Los microARN responsables de atacar al coronavirus disminuyen con la edad.

La característica más importante y sorprendente de la COVID-19 es el aumento de la tasa de mortalidad en personas de edad avanzada, de tal manera que casi la mitad de los pacientes que requieren hospitalización tienen 65 años o más, y estas personas mayores representan alrededor del 80% de las muertes.

Ante la infección vírica, normalmente, el sistema inmune entra en juego para destruir al virus, pero en ocasiones ante una gran carga viral que además continúa replicándose, se produce una respuesta inflamatoria abrupta, que finalmente provoca «tormentas» de citoquinas que en estas cantidades destruyen en vez de proteger nuestros órganos. Un grupo de investigadores  del Departamento de Medicina y Centro para el Envejecimiento Saludable en el Colegio Médico de Georgia en la Universidad de Augusta, trabajan en la hipótesis que un grupo de microARN, que son algunos de los responsables de atacar al virus que causa la COVID-19, se ven disminuidos con la edad y los problemas de salud crónicos. Una reducción de estos niveles puede facilitar la gravedad de la enfermedad, esto  en cierta medida probablemente ayuda a explicar por qué las personas mayores y las personas con afecciones médicas preexistentes son poblaciones vulnerables.

Estos microARN desempeñan un papel importante en nuestro metabolismo en el control de la expresión génica, y también son una línea de contención frente a virus, de tal manera que se adhieren a ellos y cortan el ARN viral, el material genético del virus, desactivando la infección. Pero con la edad y algunas condicionantes de enfermedades crónicas, la cantidad de microARN disminuyen, reduciendo nuestra capacidad de responder a los virus. Al no disponer de suficientes «soldados», el coronavirus secuestra nuestra maquinaria celular para poder replicarse, y estos microARN claves involucrados en la respuesta inmune al virus, no pueden identificarlos y desencadenar la respuesta adecuadamente.

Los investigadores de este etudio observaron la secuencia de ARN de dos coronavirus, el SARS, que apareció en 2002, y el actual SARS-CoV-2, que causa la COVID-19, y por otro lado la secuencia de los microARN que parecían ser los candidatos para defendernos contra esos virus. Utilizando una simulación por ordenador intentaron averiguar cuál de esos candidatos de microARN encajaría como piezas de puzzles para activar la defensa.

Encontraron que 848 microARN se dirigen al genoma del virus SARS y 873 al SARS-CoV-2, de los cuales 558 combaten a ambos virus. Los microARN con más capacidad para atacar el SARS-CoV-2 mostraron más de 10 sitios objetivo y, en última instancia, podrían ser los mejores candidatos en la lucha contra el virus. También descubrieron que los microARN dirigidos al SARS-CoV-2 estaban asociados con otros muchos procesos biológicos, desde la producción de moléculas hasta la respuesta inmune, etc. Se conoce además que estos microARN de estos procesos biológicos se desregulan y/o disminuyen con la edad. También las enfermedades subyacentes como diabetes y enfermedad cardiovascular, son un factor probable en la disminución de los niveles de microARN y por tanto, aumentaría la probabilidad de agravamiento de la enfermedad y las tasas de mortalidad observadas en estos individuos, según los propios investigadores.

Un ejemplo de este tipo de microARN es el miR-15b-5p, que tiene una alta afinidad por el SARS-CoV-2, pero en personas con patologías relacionadas con las arterias coronarias presentan niveles disminuidos. Sin embargo, en personas jóvenes y sanas, estos microARN con alta afinidad para unirse al virus en su presencia, son más propensos a hacer lo que deberían y evitar la replicación.

Este estudio se ha desarrollado a partir de 29 muestras de enfermos tomadas entre enero y abril de 2020 de cinco continentes que cubren 17 países desde Estados Unidos hasta Alemania y Tailandia, observándose la presencia de los mismos tipos de microARN, lo que indica que el virus tiene una presencia bastante uniforme a nivel internacional y que cualquier tratamiento o vacuna desarrollada debería  ser eficaz en un amplio rango geográfico de la población.

Al haber sido una investigación con modelos por ordenador, el siguiente paso según los investigadores, es desarrollar estudios in-vitro y en animales de laboratorio para garantizar que los hallazgos son consistentes con el análisis por ordenador desarrollado en el estudio actual.

Si se confirman estos estudios preliminares, podrían existir un conjunto clave de microARN que son importantes para procesos biológicos normales pero también muy importantes para desencadenar una respuesta inmune adecuada al ataque del virus y por tanto, comprobar si esto podría ser utilizado como una herramienta terapéutica complementaria.

Ante todos estos hallazgos, se nos plantean otro tipo de dudas, por ejemplo en el caso de personas jóvenes afectadas gravemente por la COVID-19 y que no es la edad la desencadenante de la disminución de los niveles de estos microRNA, en estos casos, ¿cuál sería el patrón?.

Como siempre, todos estos estudios parecen esperanzadores para encontrar estrategias que nos acerquen al fin último de tener una terapia para luchar contra esta pandemia lo antes posible, pero debemos ser muy cautos con este tipo de avances por que queda mucha etapas por desarrollar para confirmar su validez.

Referencia: Fulzele Sadanand, Sahay Bikash, Yusufu Ibrahim, Lee Tae Jin, Sharma Ashok, Kolhe Ravindra, Isales Carlos M. COVID-19 Virulence in Aged Patients Might Be Impacted by the Host Cellular MicroRNAs Abundance/ProfileAging and Disease, 2020; 11 (3): 509-522 DOI: 10.14336/AD.2020.0428 

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