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Energética en España 

Iniciado el 19/1/2006  y finalizado el 2/2/2006    
Actualmente la situación energética en España es de un gran derroche ya que depende en más del 80% de combustibles fósiles, pero se puede obtener un gran ahorro utilizando las energías renovables, sobre todo si se utiliza la energía solar en la edificación.

El creciente aumento de la demanda energética en España para su uso en los sectores de industria, transporte y terciario (residencial y servicios), está dando lugar a múltiples debates y a veces, a opiniones contradictorias incluyendo intentos de imponer unas fuentes energéticas en vez de otras y dando soluciones que pasan por hacer hincapié en el agotamiento de las fuentes de energía no renovables, el ahorro monetario o el cuidado del medio ambiente.

Ya que la energía es un elemento clave dentro del desarrollo sostenible y además es la causa de algunos de los problemas ambientales más graves del Planeta, aunque también sea el motor que mueve el desarrollo, no se puede hablar de desarrollo sostenible sin cambiar el modelo energético actual, que como ya se sabe, de sostenible tiene poco. Esto esta dando lugar a que, en todos los ámbitos nos estemos familiarizando con el término de eficiencia energética sin tener claro, muchas veces, a que nos estamos refiriendo. Pues bien, por eficiencia energética se entiende la adecuada administración del uso de la energía y, en consecuencia, de su ahorro en los distintos sectores antes mencionados.

La situación energética en España pasa por un buen plan de ahorro energético, si se quiere reducir de verdad, la gran dependencia que se tiene del petróleo y de los combustibles fósiles y a la vez propiciar un uso mayoritario de las fuentes de energías renovables para ayudar a paliar la creciente demanda energética, ya que tan sólo el 6,5% de la energía utilizada en España proviene de fuentes renovables. Resulta, pues prioritario reducir la dependencia energética de los combustibles fósiles, y para ello hay dos soluciones, por un lado se trataría de potenciar el uso de fuentes renovables y, por otro, aún más importante, aprender a usar eficientemente la energía. En está cuestión todos tenemos igual responsabilidad dada la crisis energética en la que estamos inmersos, con un crecimiento desmesurado en su uso indiscriminado y con tanto derroche como se da en toda la sociedad española debido a la falta de concienciación energética.

Pues bien, para paliar esta crisis energética es necesario aunar esfuerzos y conseguir el empleo de todo tipo de fuentes de energía tanto renovables como no renovables e incluso propiciar la I+D para obtener que otros vectores energéticos, como el hidrogeno y todos los tipos de energía nuclear, puedan proporcionar las cantidades que se necesitan. Por lo tanto, ya no es el momento de continuar con la disyuntiva de si unas energías u otras, si renovables o nucleares, ya que en cuanto a Recurso Energético son tan validas unas como otras y para cada una debe considerarse su potencial y su aplicabilidad, ya que en algunas circunstancias serán más útiles y aplicables unas que otras.

Hasta hace unos años las energías renovables eran consideradas como las hermanas pequeñas, e incluso había que ir haciendo difusión de sus "bondades" pues se pensaba que su contribución era "testimonial". En los últimos años, se ha visto el gran despegue que han tenido algunas aplicaciones de las energías renovables en nuestro país, como es el caso de la energía eólica, aunque no se entiende como, si se consideran las necesidades, no se utiliza de una manera mayoritaria la energía solar, teniendo en cuenta no solo la producción de energía en si, sino el ahorro que propicia como fuente primaria en la edificación, partiendo de las condiciones climáticas de donde este el edificio.

Por lo tanto, las energías renovables son imprescindibles en un modelo energético sostenible, teniendo en cuenta que la crisis energética en que estamos inmersos tiene graves problemas de sostenibilidad ya que actualmente, la producción de energía tiene un impacto ambiental enorme y que, además, un tercio de la humanidad no tiene acceso a las formas modernas de energía, lo que comporta una espiral de pobreza y migración.

Luego, es urgente tomar decisiones en cuanto a los usos de la energía que pasan por: aumentar el ahorro y la eficiencia energética en todos los sectores, investigar y desarrollar al máximo los usos y aplicaciones de las energías renovables y potenciar la investigación de mejoras tecnológicas como la captación de CO2, la tecnología del hidrógeno y la fusión nuclear.

Hay quien dice que tanto derroche es debido a que la electricidad en España es muy barata, aun siendo esto cierto, al no considerar los aspectos medioambientales en la producción convencional de electricidad, realmente el verdadero problema es la falta de concienciación del tema energético que tiene la sociedad española, por eso cada vez es más necesario planes de difusión y formación para "cambiar mentalidad" respecto al uso de la energía. Esta concienciación debe ser a todos los niveles, tanto de los estamentos responsables como de los usuarios en general, lo que requiere un gran esfuerzo de educación en todos los niveles sociales partiendo de las etapas docentes (primaria, secundaria y universidad) hasta llegar a toda la sociedad. Para ello es necesario formar a todos los agentes y comunicadores sociales para que sean capaces de informar a los usuarios y a la sociedad en general sobre temas energéticos en general, sobre las diferentes aplicaciones de las energías renovables y no renovables.

Si nos referimos al ahorro, se debe influir en todos los sectores, industria, transporte y terciario, pero donde se debe hacer un énfasis especial, es en el sector terciario, es decir en la en la edificación ya que es donde se puede ejercer más influencia por la repercusión que tiene a gran escala. Este sector muestra una tendencia al crecimiento de su consumo energético, por lo que se están diseñando estrategias que permiten la contención del mismo. En este sentido, existen diversas iniciativas que suponen la mejora de la eficiencia energética mediante actuaciones sobre la envolvente edificatoria y sobre los equipos empleados, por un lado y sobre los hábitos de consumo de los usuarios finales, por otro.

Para esto se debe empezar por considerar, y debería hacerse obligatorio, las condiciones climáticas en el diseño arquitectónico ya que es la manera de utilizar la energía solar de una manera pasiva, arquitectura bioclimática, y complementarla con las aplicaciones de energía solar activa para producción de energía eléctrica, aplicación fotovoltaica, o para el agua caliente sanitaria y apoyo a calefacción y refrigeración, aplicación solar térmica. Y así, racionalizar la utilización de la energía en la edificación, y contribuir al ahorro de energía en los edificios considerando el confort térmico.

Los edificios así concebidos y construidos reducen la demanda de energía en el acondicionamiento térmico para calefacción y refrigeración con lo que se reducen las emisiones de CO2 y otros agentes de polución a la atmósfera, luego son "edificios que se alimentan con el sol" de forma pasiva y activa. Con los edificios así construidos todas las naciones podrán contribuir a no degradar más el medio ambiente y así cumplir con los compromisos adquiridos en el Protocolo de Kyoto.

Por lo tanto, los objetivos que debe perseguir la utilización de la energía solar en la edificación, en sus variadas aplicaciones son:

  • propiciar las condiciones adecuadas para conseguir edificios más eficientes desde el punto de vista energético tanto en obra nueva como en rehabilitación de la ya existente.

  • favorecer la utilización de los recursos naturales renovables para el acondicionamiento de los edificios, también conocido como uso de técnicas naturales de acondicionamiento, considerando los componentes, las técnicas constructivas y el emplazamiento del edificio.

  • integrar los sistemas solares activos de calentamiento térmico o de producción de electricidad como otro componente más de la "envolvente" del edificio.


Para conseguir estos objetivos, se deben desarrollar componentes y técnicas de ahorro energético en la edificación, utilizando la energía solar en sus diferentes aspectos en un sector con consumo de energía convencional alto (31% en España desde 2003 y 40% en los países de la UE) y que presentan un gran potencial de ahorro como se ha demostrado cuando se incorporan sistemas solares pasivos y activos. Aunque la aplicación de la energía solar en forma activa ya se investigaba anteriormente, los estudios sobre la energía solar pasiva comienzan en la UE en 1980 con diversos proyectos tanto de I + D como de D + A.

La creciente preocupación social por todo lo relacionado con el ahorro energético y el Medio Ambiente, se ve reflejado en el crecimiento que está desarrollando el sector de la energía solar dentro de la Unión Europea. La aplicación de los sistemas activos de transformación de la energía solar en energía útil dentro de la edificación presenta una amplia perspectiva de crecimiento y según se ha comprobado "el consumo energético en los edificios podría reducirse más de un 50% en la UE para el año 2010 mediante la integración de sistemas solares pasivos y activos desde las primeras fases del diseño del edificio".

La contribución dependerá del esfuerzo que haga cada país para utilizar y exigir los diseños solares pasivos en sus edificios, misión que es responsabilidad de todos, desde las Administraciones Públicas, los profesionales relacionados con la arquitectura hasta el usuario de esos edificios. Ahora bien, una conclusión es clara, la responsabilidad es de cada ciudadano para conseguir una reducción en el derroche de energía, propiciando un uso más racional de la energía, reducir las emisiones de gases con efecto invernadero en las naciones y como consecuencia no degradar más el medio ambiente, a partir del uso eficiente del transporte y de las edificaciones que se utilizan.

Para propiciar esto existe una Directiva Europea 2002/91/CE, de 16 de diciembre de 2002, relativa a la eficiencia energética de los edificios que se inscribe en el marco de las iniciativas de la UE contra el cambio climático (obligaciones del protocolo de Kyoto) y la seguridad de abastecimiento (Libro Verde sobre la seguridad de abastecimiento) pues por un lado, la Comunidad depende cada vez más de las fuentes de energía externas y, por otro, las emisiones de gases de efecto invernadero van en aumento, pero la Comunidad no puede modificar el origen del abastecimiento, pero si puede influir en la demanda. Una reducción del consumo de energía mediante la mejora de la eficacia energética constituye una de las posibles soluciones a ambos problemas. El consumo de energía por los servicios asociados a los edificios supone aproximadamente un tercio del consumo energético de la UE y la Comisión estima que es posible realizar ahorros importantes estableciendo medidas a nivel comunitario con el fin de abordar estos desafíos de carácter comunitario.

El Objetivo básico de la Directiva es el Fomento de la eficiencia energética de los edificios de la UE, procurando que las medidas adoptadas tengan alto nivel de eficacia técnica y económica. Para lo cual se hace referencia al Ahorro potencial merced a medidas de fomento de la eficiencia energética y a impulsar el uso de fuentes renovables de energía haciendo especial énfasis en el "Ahorro potencial a través del diseño y la orientación de los edificios: la dimensión bioclimática" con lo cual se puede reducir la demanda de energía hasta el 60% por técnicas de aprovechamiento pasivo de la radiación solar.

Además de esta Directiva Europea, en España se va a promulgar el Código Técnico de la Edificación (CTE) que es el marco normativo de la Ley de Ordenación de la Edificación (LOE) del año 2000, donde se establecen los requisitos técnicos que deben cumplir las edificaciones y las exigencias básicas de calidad de los edificios y de sus instalaciones, de tal forma que permita el cumplimiento de los requisitos esenciales. En el CTE dentro de las condiciones exigibles a los edificios en la Parte 2, Criterios y soluciones técnicas, en los temas de habitabilidad es donde se recoge todo lo referente al ahorro de energía, apartado HE, y donde se contempla la limitación de la demanda energética considerando las zonas climáticas, los cerramientos y los espacios interiores, así como la producción de agua caliente sanitaria por energía solar térmica y el uso de energía solar fotovoltaica

Con la promulgación del CTE, con el nuevo Reglamento de Instalaciones Técnicas (RITE) y con el Plan Estratégico de Eficiencia Energética para España (E4) se cumplirá con la trasposición de la Directiva Europea para España.

Por lo tanto, como Conclusión y Resumen se puede decir que aunque la situación energética en España actualmente es de un gran derroche y de gran dependencia de los combustible fósiles se puede obtener un gran ahorro utilizando las energías renovables, sobre todo en el sector residencial y servicios si se utiliza la energía solar en las aplicaciones pasiva y activa con lo que se puede obtener un ahorro de más del 60% y así también se reducen las emisiones de gases a la atmósfera.

Mª Rosario Heras Celemín
Unidad de Investigación sobre Eficiencia Energética en Edificación
CIEMAT

 Comentarios:

 

1 
El problema energético
Autor: Javier Sanz Feito
Catedrático de Ingeniería Eléctrica
Universidad Carlos III de Madrid

Efectivamente, el problema no radica en cómo producir, sino en cómo consumir. Durante muchos años el problema era producir, porque el nivel de consumo no llegaba a producir un impacto apreciable. Hoy en día el impacto ambiental a escala planetaria existe, pero nuestros hábitos de consumo y utilización de la energía apenas han cambiado.

Por otra parte, analizando el problema de la producción y el uso de energías renovables, el problema surge de que el recurso energético renovable está disperso, mientras que el consumo está concentrado. Pero sobre todo lo que está concentrado son los centros de poder y de decisión tecnológica y económica en una industria que es muy intensiva en capital. En el mundo de la energía eléctrica, el problema a resolver es cómo afrontar el nuevo paradigma de Generación Distribuida desde unas estructuras empresariales y organizativas creadas para una generación centralizada. ¿De dónde si no, viene el nombre de "central" eléctrica?

Y además, en pura ortodoxia económica, el mercado, que es el mecanismo elegido para el ajuste de precios, no incluye (porque cuando se inventó no era necesario) la variable medioambiental. El "recurso natural" del que hablaban los fisiócratas era inmutable. Pero los teóricos de la economía de mercado no tenían (¿siguen sin tener?) ni idea de la dinámica de los sistemas. El mecanismo de mercado supone un ajuste estático, y no permite considerar que el impacto de decisiones económicas guiadas por la maximización del propio beneficio (dentro del horizonte temporal del que toma la decisión, que nunca es mayor que su propia vida laboral) pueda tener consecuencias a larguísimo plazo con una constante de tiempo de unos cincuenta o cien años. Alguien debería empezar a considerar la importancia de los cambios de escala (geográfica, social y temporal) en la toma de decisiones económicas. Y el mundo de la energía constituye un magnífico campo para realizar este análisis.
Escrito el 20/1/2006


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