ESPAÑA TAMBIÉN APUESTA POR LAS BIORREFINERÍAS BASADAS EN ALGAS: EJEMPLO DE PROYECTO: CO2ALGAEFIX

Autor: José Antonio Calles (URJC)

Un proyecto español, financiado por el programa LIFE+ de la Unión Europea, ejemplo de investigación aplicada a la sostenibilidad energética de un país como el nuestro, con mucho SOL. El proyecto se denomina CO2AlgaeFix y acaba de finalizar, aunque sus promotores anuncian que lo mantendrán más allá del programa de la financiación de la Unión Europea. Según la Agencia Andaluza de la Energía, uno de los socios del consorcio de CO2AlgaeFix, su continuidad “contribuirá al desarrollo del concepto de biorrefinería, aspecto de orden prioritario en Andalucía”, que comprende la obtención de diferentes productos de elevado valor añadido, (nutracéticos, energía, alimentos, materiales, servicios, …). Además, supondrá la instalación de “el mayor fotobiorreactor tubular del mundo hasta ahora construido, de 85.000 litros de capacidad”. Para la Agencia Andaluza de la Energía, “la construcción y operación de la planta ha supuesto un hito a nivel mundial, por sus dimensiones, por las técnicas de cultivo aplicadas y por los objetivos técnico-científicos perseguidos, entre los que se encuentran conseguir una producción de 100 toneladas de biomasa por hectárea y año, equivalente a la captación de 200 toneladas de CO2 por hectárea y año”.

El proyecto comenzó en el año 2011, con un presupuesto de 3.000.000 €, confinanciados por la UE (50%) y finalizó a finales 2014. Su desarrollo ha estado liderado por AlgaEnergy, compañía de base tecnológica en la que participa Iberdrola, y ha contado con el respaldo de un consorcio en el que se integra la misma multinacional energética, la empresa Exeleria (Grupo Everis), las universidades de Almería y Sevilla, la Agencia Andaluza de la Energía y la asociación Madrid Biocluster.

El objetivo principal del proyecto era fijar y capturar CO2 procedente de plantas de generación eléctrica mediante el cultivo de microalgas. Para ello se desarrolló un prototipo de biorreactor vertical plano (conocido como jaula-bolsa) que optimiza la eficiencia de captación de CO2 para su transformación en biomasa y energía.

El proyecto se desarrolla en las instalaciones de la Estación Experimental de las Palmerillas (CAJAMAR), construyendo una planta de producción que utiliza en reactores tubulares cerrados, con una superficie útil de 400 m2. El escalado de los reactores verticales fue uno de los aspectos más complicados del proyecto, en cuanto a consumo y requerimiento de materiales, pero aun así se desarrolló un reactor con un volumen de poco más de 1,5 m, suficiente como para ser considerado de escala demostrativa. Los resultados obtenidos han sido similares a los de los reactores diseñados a escala piloto y de laboratorio (volumen de cultivo de 300 litros). La capacidad de producción de la planta está en torno a los 100.000 kg/año de biomasa (microalgas). Estos recursos son de interés para sectores tales como acuicultura, cosmética, salud y alimentación humana o animal y como fertilizante agrícola.

El carbono (en forma de CO2) es un nutriente imprescindible para el desarrollo de las microalgas. Se ha podido comprobar que algunas especies de microalgas toleran los gases de combustión como fuente de este elemento y es lo que se ha desarrollado en el proyecto. Los datos de emisiones de CO2 a la atmósfera de la instalación de ciclo combinado de Arcos para obtener energía eléctrica, donde se ubica el proyecto, garantizan la disponibilidad de elemento.

La responsable de la CE de la supervisión del desarrollo del proyecto, Filipa Ferrao, confirmó “la importancia de todo el conocimiento y valiosas experiencias adquiridas a lo largo de cuatro años de desarrollo del proyecto”. Además, la Agencia Andaluza de la Energía recuerda que la planta “ha sido la primera instalación mundial a escala preindustrial que ha implementado diversas técnicas de cultivo, reactores tubulares, reactores verticales planos y reactores raceways utilizando gases de combustión industriales como fuente de carbono”.

El éxito del proyecto ha sido tal, que aunque ha finalizado y ya no dispone de financiación europea, sigue adelante. La misma agencia recientemente comunicó que “a partir de la valiosa experiencia adquirida, la planta seguirá evolucionando y aumentando de escala hasta superar incluso la extensión inicial de una hectárea, corrigiendo desviaciones, así como implementando mejoras adicionales que permitan lograr el objetivo inicial de disponer de una instalación de cultivo masivo de microalgas asociada a una central de ciclo combinado”. De esta forma, se va a proceder a instalar “el fotobiorreactor tubular más grande en el  mundo hasta la fecha, con 85.000 litros de capacidad de cultivo, cuyos lazos tienen un desarrollo de cerca de 40 kilómetros de tubos de vidrio especial, la mejor evidencia del estado de la tecnología en estos momentos”.

Aparte de los sistemas de cultivo, desde el consorcio se menciona la importancia de la elección de la microalga a cultivar, ya que “debe reunir ciertas propiedades, como altas tasas de crecimiento, mínimos requerimientos nutritivos, resistencia a condiciones climatológicas adversas y robustez frente a contaminaciones”, entre otras.

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