Esculpiendo paisajes ‘naturales’ para estabilizar zonas de riesgo: el caso de la escombrera Nuria

La restauración geomorfológica como punto de partida para alcanzar una verdadera restauración ecológica en espacios afectados por movimientos de tierras ha sido convenientemente divulgada y explicada en el ámbito de los distintos programas REMEDINAL. Recientemente, esta técnica ha sido utilizada también, de modo pionero, para estabilizar zonas sujetas a actividades extractivas con un elevado riesgo. En concreto, la restauración geomorfológica acaba de ser aplicada para  asegurar una gran escombrera minera en la que se inició un deslizamiento rotacional del terreno, así como para evitar los efectos de una balsa de escorrentía, formada al pie de un antiguo frente de explotación, sujeta a episodios recurrentes de roturas y desbordamientos. Todo ello en la mina Nuria, Poveda de La Sierra (Guadalajara).

En el caso de la escombrera, el origen del deslizamiento se debió a que la actividad extractiva acumuló una cantidad elevada de estériles mineros rellenando un antiguo valle, impidiendo el drenaje natural de la cuenca aguas arriba, y saturando su interior de agua. Como consecuencia se produjo una gran rotura del subsuelo de la escombrera, dando origen a enormes grietas y hundimientos en su cabecera. A su vez, la masa de material deslizado invadió parte del valle situado aguas abajo, a modo de una lengua de tierra y barro que avanzaba varios centímetros a la semana. Técnicamente, esta inestabilidad se denomina deslizamiento rotacional (slump), dado que la superficie de rotura del interior del terreno es curva, y profunda, lo que provoca que la masa deslizada ‘rote’ en su movimiento.

Ante el riesgo que suponía esta inestabilidad se desarrolló una solución innovadora y pionera, combinando tres medidas universales: reducir el peso en la cabecera  y en los bordes de la rotura, drenar la masa deslizada, y reforzar la base de la lengua que invadía el valle. Pero únicamente mediante restauración geomorfológica. En concreto, a partir de la construcción de dos valles ‘naturales’ laterales, siguiendo el perímetro de la rotura. Y todo ello sin utilizar ninguna estructura ni elemento artificial (diques, hormigón, bulones, gunita…). Es decir, haciendo uso únicamente del remodelado de geoformas que replican a las naturales, construidas con los propios materiales de la antigua mina: bloques de roca, estériles mineros y antiguos suelos.

En el problema de la balsa, sucede que un hueco minero generado al pie de un antiguo frente de explotación acumulaba un gran volumen de agua (de escorrentía y subterránea). Después de eventos de precipitación muy intensos o continuados, esta gran balsa desbordaba, incluso rompía alguno de sus diques de cierre, provocando pequeñas avenidas o inundaciones relámpago (flash flood) aguas abajo. Ante este escenario, de nuevo, en lugar de recurrir a adoptar medidas estructurales costosas, cuya eficacia a largo plazo es más que dudosa, se acudió a la restauración geomorfológica. En este caso, se construyó un auténtico cinturón de meandros naturales aguas abajo de la balsa. Éstos fueron diseñados de manera experta (‘copiando’ la morfología de meandros del entorno). Con esta solución, en el caso de que ocurra algún rebose o rotura de la balsa aguas arriba, la energía de la avenida o pequeña inundación quedará totalmente disipada, de manera natural, por los meandros. A su vez, éstos causan que los sedimentos transportados por el flujo de agua (carga de fondo y sólidos en suspensión) sedimenten en su interior.

Estas soluciones, claramente innovadoras y ecológicas, muestran el camino que seguirán muchas actuaciones futuras ante problemas similares.

Autores: José Francisco Martín Duque, Ignacio Zapico Alonso, Cristina Martín Moreno

Más información: en el enlace https://vimeo.com/130539337 se puede acceder a un vídeo explicativo de la intervención sobre la escombrera

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