Hasta ahora el biodiésel se ha beneficiado de las exenciones fiscales y las subvenciones para fomentar su uso, lo que, junto a la obligatoriedad para el 2012 de que un 5,75% de los carburantes usados en España sean biocombustibles, ha hecho que este negocio se “dispare”, pasando de una capacidad instalada de 200.000 toneladas/año (2006) a una de 760.000 en el año actual, que alcanzaría los 2.500.000 si incluyéramos las plantas en construcción. Pero, ¿qué pasaría si el gobierno decidiera gravar los biocarburantes con impuestos?

[J. Dufour]

Esta pregunta surge porque en Alemania se ha impuesto una tasa de 6 céntimos de euro por litro de biodiésel y piensa aumentarla hasta 44 céntimos para el año 2012. Esto ha provocado que las grandes empresas del sector empiecen a anunciar pérdidas y a presionar para eliminar este sobrecoste. No podemos olvidar otros sectores afectados como la agricultura: un 10% de la superficie dedicada a agricultura en Alemania está plantado con colza para uso en la fabricación de biodiésel. Una caída en el uso de este combustible, acarrearía también una grave crisis en este sector.

 

En realidad hay factores a favor y en contra de este impuesto. A continuación se exponen algunos de ellos, recogidos de diferentes medios de comunicación.

 

Por un lado, si la capacidad de producción aumenta tanto, se dejarían de consumir cantidades importantes de combustibles fósiles que sí están gravados con lo que el Estado dejaría de percibir cantidades importantes de ingresos que se podrían destinar a otros fines sociales. Además las exenciones fiscales que se realizaron en su momento (y que en nuestro país llegan hasta el 2012) tenían como objetivo que las instalaciones que se construyesen pudieran amortizarse para facilitar el florecimiento de este negocio, pero ese no significa que deba mantenerse eternamente. Desde el punto de vista social, al aumentar el precio ya no sería tan interesante dedicar terrenos a cultivos energéticos, con lo que los cultivos de uso alimenticio disminuirían su precio, contribuyendo a mejorar la inflación.

 

Desde el otro punto de vista, este impuesto fomentará la importación la importación de biodiésel de otros países con menores costes de producción y también menores preocupaciones ambientales, poniéndose el ejemplo de Indonesia donde el aumento de producción de aceites de semillas conllevaría la deforestación de la selva en su búsqueda de nuevos terrenos de plantación. Quizá el principal argumento para evitar la tasa sea que el aumento del precio, hará que los consumidores prefieran utilizar gasóleo convencional. No obstante, no podemos olvidar que al actual precio del petróleo, rondando los 100 dólares por barril, es dudoso que el biodiésel no sea competitivo al nuevo precio.

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2 comentarios

  1. Le felicito por la noticia, aunque mi respuesta es: NO. Por ahora, cuando el consumo sea mayor y el precio del petróleo más alto habrá que estudiarlo. La situación de Alemania, un gigante con los pies de barro (energéticamente), es muy distinta a la nuestra y, por tanto, no del todo comparable.

    1. El aumento del precio de los productos alimenticios se debe, como mucho, en un 3,6% al uso para biocombustibles. ESTO ESTÁ YA DEMOSTRADO, PUBLICADO, CALCULADO Y COMPROBADO POR LA AGENCIA INTERNACIONAL DE LA ENERGÍA, EN MÚLTIPLES PÁGINAS WEB QUE PUEDEN CONSULTARSE EN LA PÁGINA WEB DE APPA.

    BASTA YA, POR FAVOR, DE FALTAR A LA VERDAD (NO LO HACE EL AUTOR DE ESTA NOTICIA, PERO SE HACE ECO DE ALGO QUE NO ES CIERTO).

    ¿QUIÉN ESTÁ DETRÁS DE ESA MENTIRA? ¿HAY INTERESES ECONÓMICOS, LEGÍTIMOS, CREADOS.?

    ESTOY DE ACUERDO CON LO QUE DICEN LOS GRUPOS ECOLOGISTAS, QUE NO SE PONEN DE ACUERDO Y CADA UNO DA UNA VERSIÓN ,CON LA MEJOR INTENCIÓN, PERO DISTINTA.

    2. ¿Quién puede impedir el cambio de regimen alimentario de los chinos? Desde luego que los fabricantes de biodiésel o de bioetanol españoles no.

    3. ¿Quién puede impedir en un mundo global las especulaciones y compras a futuro de materias primas en las principales bolsas del mundo donde se comercia con ellas? Desde luego que los fabricantes de biodiésel o de bioetanol españoles no. Tal vez no sea el mejor mundo, construyamos otro mejor.

    4. Ha habido y hay hambre en el mundo. ¿También de ello tienen la culpa los biocombustibles? El biodiésel no existía apenas en el año 1980 y había hambre en el mundo.

    Estoy de acuerdo de que en el presente, ya, y en el futuro, mañana, hay que hacer una comprobación de la sostenibilidad ecológica y social de los biocombustibles líquidos. Pero no echemos la culpa de algo a quien no la tiene; por favor, gracias.

    5. A los que critican a los biocombustibles líquidos (incluidos premios nobeles de Bioquímica, pero no sé lo que saben de planificación energética) les pido que, por favor, si son tan amables tengan la gentileza de darme una respuesta razonada, desde el punto de vista científico, a esta pregunta:

    ¿Qué alternativa sostenible, desde el punto de vista ecológico, hay a los combustibles fósiles líquidos en el transporte? Estoy haciéndola en el horizonte 2050-2100 e incluyo a consumidores chinos, indios, africanos, sudamericanos,…

    No conozco la respuesta; pero no creo que sea sencilla.

  2. La fabricación sostenible del biodiesel pasa por que un buen porcentaje del mismo se fabrique con aceites de producción nacional. Para promocionar esto esto, durante un tiempo , el aplicar un impuesto que deberia ir en ayuda a la producción de oleaginosas sería una buena medida para fomentar la producción de la materia prima clave de un sistema sostenible para la utilización masiva de biocombustibles.

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