En el marco de la conmemoración del centenario de la Universidad Autónoma de México, la UNAM organiza una serie de simposios en donde se abordan diferentes temáticas de fuerte calado en el desarrollo de México. El 7º de estos eventos, celebrado durante el 3 y 4 de mayo, se centró en la transición energética y las energías no emisoras de CO2. A ella fueron invitados IMDEA Energía y CIEMAT para dar su visión de la evolución de la energía solar. La singularidad del evento radicó en el enfoque dado por sus organizadores (encabezado por el Profesor Claudio Estrada, director del Centro de Investigaciones Energéticas, CIE) que permitió abordar la problemática energética desde diferentes puntos de vista; desde lo puramente técnico a lo social, cubriendo el terreno económico y político.

[José González-IMDEA Energía]

Las inmensas reservas de petróleo encontradas en México han determinado el desarrollo de esta nación, promoviendo una política económica basada en la explotación petrolífera, supeditando cualquier otra forma de producción de energía y marginando las políticas de eficiencia y ahorro energético. Así mismo, se ha generado una importante política de ayudas en combustibles y electricidad de manera que el consumidor final no percibe el gasto real asociado a la producción de estos productos. Esta estructura peligra por la disminución ya probada de las reservas de crudo conduciendo a México a un callejón sin salida dentro de unas décadas. La solución no es trivial teniendo en cuenta el contexto político y social mexicano, acuciado por la inseguridad ocasionada por el enfrentamiento del estado mexicano con los cárteles de la droga y el aumento del desempleo.

Sin embargo, y como muchos países iberoamericanos, este país cuenta con una enorme riqueza en recursos energéticos de carácter renovable hoy en día apenas explotada. A modo de ejemplo cabe señalar que toda la energía eléctrica consumida en el país podría ser satisfecha con la energía solar que llega a 0.14% de la superficie de dos estados de la República Mexicana: Chihuahua y Sonora. También cabe destacar los recursos en eólico y geotérmico (en donde México ocupó un destacado papel en el pasado).

Recientemente, México ha dado un paso adelante en el área de la investigación básica, aplicada y desarrollo tecnológico con la inauguración del Laboratorio Nacional de Concentración Solar y Química Solar (LACYQS), el cual reúne una red de grupos de investigación con el propósito de avanzar en las tecnologías solares. Entre las infraestructuras desarrolladas se encuentran un horno de alto flujo radiativo, una planta solar para el tratamiento fotocatalítico de aguas residuales y un campo de pruebas para helióstatos (Hermosillo Sonora). Los dos primero se encuentran en el Centro de Investigación en Energía de la UNAM en Temixco, Morelos, mientras que el tercero se ha instalado en Hermosillo, Sonora.

Lo dicho, habrá que seguir de cerca la evolución de las renovables en toda Iberoamérica y en México, en particular.

 

Referencias:

[1] http://www.cienciasyfuturo.unam.mx

[2] Energías Renovables, no. 99, Abril 2011. Número especial Energías renovables en América.

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