Algunos criterios y consideraciones generales para el diseño de la red de caminos en el ámbito rural

Como punto de partida para establecer la adecuada red de caminos se debe elaborar el correspondiente inventario ambiental para poder realizar una correcta Evaluación de Impacto, identificando al menos los siguientes elementos:

·         Núcleos urbanos y localidades presentes.

·         Los vasos de los embalses existentes de un cierto tamaño. Ellos obligarían a pasos concretos o a la realización de grandes obras.

·         Entorno de monumentos histórico – artísticos de importancia, dado que se puede modificar la identidad de los mismos.

·         Bosques de interés, atlánticos o mediterráneos de frondosas (robledales, castañares, encinares, etc.) con fracción de cabida cubierta igual o superior al 40%. Estos ecosistemas poseen un valor natural alto.

·         Áreas en las que las condiciones constructivas sean muy desfavorables, en particular aquellas en que sean habituales los deslizamientos, desprendimientos, etc. o lugares con cotas por encima de los 1.000 metros sobre el nivel del mar.

·         Las canteras en explotación y las concesiones mineras, por las limitaciones que pueden suponer para su correcto desarrollo.

·         Paisajes sobresalientes.

·         Paralelismo prolongado con infraestructuras viales, dado que aumentan considerablemente el número de observadores y, por tanto, la magnitud del impacto visual.

Una vez identificados se deben analizar bajo los siguientes criterios:

·         La red debe quedar integrada en el sistema de vías existentes.

·         El nuevo trazado debe conservar todas las vías interiores de la zona que por sus condiciones sean utilizables, aun cuando sea preciso realizar algunas mejoras o acondicionamientos en ellas.

·         El trazado debe evitar la parcelación.

·         La densidad de la red debe ser la mínima indispensable para realizar su función.

·         Los accesos deben tener las características técnicas precisas para soportar el tráfico previsible, cualquiera que sea la época del año, teniendo en cuenta que las nuevas redes constituyen un medio de producción y por ello han de estar proporcionadas al fin para el que se las destina, sin absurdos excesos técnicos que eleven innecesariamente su coste ni tampoco con carencias de calidad que deriven en una segura y rápida degradación.

·         Para lograr lo anterior se debe minimizar el coste de ejercicio del transporte, formado por la suma de los gastos directos (coste de operación del vehículo más pérdida de tiempo en el transporte más pérdidas de productos más gastos de conservación de camino originado por su utilización) y los gastos indirectos (amortización de la obra más conservación de la red no imputable a su utilización, como la derivada de los efectos del clima). De lo expuesto se deduce que el coste de ejercicio del transporte no siempre es fácil de determinar.

1.1      Tráfico

El conocimiento del tipo y número vehículos que van a utilizar el acceso es un dato de partida fundamental para su diseño. Es frecuente establecer clasificaciones basadas en la heterogeneidad de su tráfico. Su utilización es casi siempre marcadamente estacional, con una gran incidencia de los factores metereológicos, y con grandes fluctuaciones en su Intensidad Media Diaria (IMD); asimismo, la gran variedad de tipos de vehículos que circulan por ellos, camiones, tractores, maquinaria agrícola, automóviles, circulación de ganado, etc., les confieren un carácter especial.

En un extremo se situarían aquellas vías transitadas por vehículos todoterreno unas pocas veces en su vida útil, mientras que en el otro extremo se encontrarían aquellos accesos sobre los cuales circulan camiones con cargas importantes en sus ejes y en número considerable anualmente. En el primer caso sólo se precisan pequeños retoques en algunos puntos de su traza mientras que en el segundo sería de aplicación la tecnología propia de las carreteras y los caminos rurales.

Entre ambos extremos se sitúan la práctica totalidad de los accesos objeto de estudio. El dato a determinar más importante, por tanto, sería la composición del tráfico (tipo de vehículo) para el cual se dimensiona el acceso, siendo la intensidad un parámetro de influencia secundaria debido a su pequeña cuantía en todos los casos.

Los vehículos a considerar serían:

·         Automóviles todo – terreno

·         Camiones con carga por eje del orden de tres toneladas

·         Camiones de mayor capacidad y tonelaje.

La composición del tráfico, camiones, tractores, maquinaria agrícola, automóviles, circulación de ganado, etc., elegida para el diseño, fija las anchuras y pendientes longitudinales admisibles para cada caso.

La velocidad de proyecto, que en la tecnología de carreteras es un punto básico de partida a determinar, carece de significación para el tipo de accesos objeto de estudio. Muchas veces, y en terreno forestal, estos accesos pueden considerarse como pistas forestales.

1.2      Pendientes máximas

Aunque se pueden presentar casos muy particulares en los que pueda sobrepasarse el 8% de pendiente, no es conveniente que se proyecten con pendientes superiores. Si bien los tractores con remolque pueden subir por caminos con pendientes mayores, la bajada con carga en el remolque puede ser peligrosa, sobre todo en días de lluvia en los que el firme se hace resbaladizo y de pendiendo del tipo de suelo.

No obstante, y para evitar en su caso grandes movimientos de tierra, puede superarse la cifra citada, alcanzando hasta el 10 %, pero en tramos cortos e intermedios, hasta de 250 metros.

Es necesario insistir en que el ingeniero proyectista, a la vista de la topografía del terreno, deberá estudiar las pendientes más adecuadas de la rasante a fin de disminuir los movimientos de tierra que, además de encarecer la obra, puedan limitar el uso del camino al dificultar el acceso a las parcelas adyacentes. Se recuerda que el acceso se debe considerar como un medio de producción más, y por ello ha de estar proporcionado a su fin específico.

1.3      Traza y perfiles

La geometría del eje del acceso en planta debe respetar al máximo al entorno, acomodándose a él, aun a costa de aumentar la longitud del camino. Evidentemente, y compatibilizándolo con ello, se procurará que el número de tramos rectos sea el mayor posible, por razones de economía y confort en la conducción, con el fin de facilitar la utilización de los mismos por otros usuarios y facilitando su permanencia frente a invasiones de matorral.

En general, y para cualquier camino que se vaya a proyectar, se ha de procurar establecer la traza de tal forma que los movimientos de tierra sean los menores posibles, cosa que se logra fácilmente en lugares de escasa pendiente.

Como estudio previo de la traza y, consiguientemente, del perfil longitudinal, se reconocerá detenidamente el terreno, y en un plano parcelario, si se dispone de él, se deberá situar todo lo que se considere de interés en relación con el proyecto: zonas húmedas, afloración de rocas, cursos de agua, infraestructuras existentes, elementos fijos como mojones o hito de la ROI, etc. Lo mismo puede decirse de los datos de propietarios.

1.4      Tratamiento de taludes

El movimiento de tierras, ya se trate de excavación o terraplenado, produce una modificación en la naturaleza de los taludes que habrá que tratar adecuadamente para conseguir el objetivo primordial: provocar el menor impacto ambiental.

Los trabajos se iniciarán siempre por la retirada de la capa vegetal de la zona que vaya a ser ocupada por las obras, acopiándola convenientemente para su aprovechamiento posterior.

Una vez concluidas las extracciones de las tierras vegetales se inician los trabajos de movimiento de tierra, que siempre serán de pequeño volumen. Para su realización se debe seguir el criterio general de emplear todos los productos extraídos en la construcción de terraplenes de manera que se igualen ambos volúmenes y no resulten productos sobrantes.

Si los terrenos son de buena calidad y resistencia no será preciso aportar sobre las excavaciones y terraplenes material de afirmado, concluyendo los trabajos con la extensión sobre los taludes de la tierra vegetal previamente extraída. Esta capa protege de la erosión, sobre todo en terrenos arenosos, y minimiza el impacto ambiental de las obras, por lo cual, tiene gran interés su correcta ejecución. Estas labores, a veces, deben complementarse con siembra reforzada o hidrosiembra de vegetación autóctona, realizándose el mantenimiento preciso hasta conseguir su implantación y desarrollo.

1.5      Tratamiento de canteras y vertederos

Si el terreno natural, una vez compactado, no tiene suficiente capacidad portante para resistir los esfuerzos producidos por el tráfico, serás preciso extender sobre él una capa de material de buena calidad, o firme, con las características indicadas anteriormente. Para su obtención, lo más conveniente económicamente es buscar en algún punto de la traza una zona de la cual se pueda extraer este material. Se retira previamente la capa vegetal de la superficie a ocupar por la cantera, se extrae el material formando taludes lo más tendidos posibles y una vez concluidos los trabajos, se procederá a la regeneración mediante el extendido de la tierra vegetal primitiva y si fuera necesario, se recurriría a hidrosiembras y plantaciones de árboles y arbustos, de manera que se cubra totalmente con vegetación la superficie ocupada.

Siempre que sea factible se buscarán emplazamientos de las canteras en que el terreno presente la orografía más favorable y se cause, por tanto, el menor impacto ambiental.

Si la cantera va a tener cierta importancia, hay una normativa específica que regula legalmente este tipo de aprovechamientos.  


Aspectos ambientales

Los trabajos de construcción y/o mantenimiento de los accesos pueden suponer ciertos efectos sobre el medio, función de las características del medio atravesado y de la época del año en la que se desarrollan los trabajos. La magnitud de estos efectos se deben de tener en cuenta en la apertura y el mantenimiento de los accesos, cuyo fin es evitar que en estas labores se provoquen impactos sobre el medio significativos.

No obstante la presencia de los caminos supone una mejora de la accesibilidad a las fincas y a los montes, lo que implica un impacto positivo importante en cuanto al beneficio económico que supone.

Los accesos tienen que reunir las condiciones mínimas para cumplir su cometido, reduciendo en lo posible los costes económicos de construcción, lo que supone minimizar los movimientos de tierras, las obras de fábrica, etc. adaptándose al terreno lo máxima posible, aumentando la pendiente longitudinal admisible en forma apreciable y reduciendo al máximo los radios en las curvas, lo que es viable porque el ancho de la plataforma es muy reducido, y su paso se restringe solamente al necesario para el paso de vehículos ligeros y camiones normales (hormigoneras) en sentido único, es decir, unos 3 a 4 metros de ancho. Esto hace que los daños que se generan no sean muy graves, siendo los impactos de pequeña magnitud dado que las actuaciones suponen exclusivamente una actuación superficial, no provocando su construcción alteraciones graves sobre la topografía. Esta circunstancia puede no cumplirse en zonas con fuerte desnivel.

Principalmente, los impactos serán función del valor ecológico de los elementos del medio afectados y, en menor grado, del diseño adoptado para el acceso, sus características técnicas y de los métodos utilizados para la construcción.

A continuación se enumeran los efectos ambientales que un acceso puede generar, aclarando que este listado es exhaustivo y algunos de los efectos reseñados se refieren a circunstancias especiales o casos extremos (en zonas de topografía muy acusada o áreas de un valor natural importante), por lo que han de considerarse como efectos que en general no se producirán prácticamente nunca, evitándose en la inmensa mayoría de las situaciones.

1.6      Efectos negativos en la creación de caminos

1.6.1      Medio físico

El análisis se realiza estudiando la posible incidencia sobre el medio físico a través de sus tres elementos esenciales: suelo, agua y atmósfera.

Suelo

Los accesos provocan un acusado incremento de los procesos erosivos que supone, en general, su principal impacto desfavorable.

Esta transformación se provoca por la ejecución de las siguientes actividades:

1.    Movimientos de tierras para la creación del camino.

2.    Daños directos sobre los horizontes superficiales del suelo por compactación, vuelco, remoción o eliminación.

3.    Daños sobre horizontes profundos por corte y afloramiento de los mismos, que al no estar meteorizados hace que sean inviables para ser colonizados de forma natural por la vegetación en un plazo corto.

4.    Incremento de riesgos de deslizamientos en laderas inestables. En circunstancias especiales, en las que en una pendiente acusada se una la presencia de horizontes de naturaleza impermeable relativamente superficiales y lluvias abundantes, la construcción de un acceso puede provocar un incremento de la inestabilidad de la ladera pudiendo desencadenar un deslizamiento en masa.

5.    Contaminación de suelos por aportes de materiales extraños de peor calidad.

6.    Daños sobre enclaves singulares de interés geológico. En el territorio nacional existen una serie de puntos y enclaves que se incluyen por su valor geológico dentro de un Inventario de Enclaves de Interés Geológico, en el que se encuentran puntos como las ignitas (huellas en roca de dinosaurios), zonas con abundancia de fósiles, enclaves con formaciones geológicas extrañas, etc. que deben ser evitados.

7.    Contaminación de suelos por vertidos accidentales o por negligencia. La contaminación del suelo por vertidos de aceites, cambios de lubricantes de la maquinaria o actividades similares, pueden suponer un daño de importancia en zonas sensibles. Un control realizado durante las obras puede evitar y minimizar la incidencia de estas eventuales contaminaciones, reduciendo el riesgo de accidente.

8.    Inicio de procesos erosivos provocados por la pérdida de la cobertura arbórea. Esta afección no posee apenas importancia en aquellas zonas en las que, por existir una pendiente suave, la regeneración natural por parte de la vegetación es inmediata, con lo que en un plazo de tiempo relativamente corto el impacto estará corregido.

Agua

Los impactos potenciales sobre el agua se centran exclusivamente en los daños que la construcción de la instalación puede suponer sobre la red de drenaje, que a su vez se restringen a las eventuales interrupciones de la red de superficie, debidas a los movimientos de tierra, las contaminaciones puntuales provocadas por el incremento de sólidos en suspensión en los cursos de agua o por vertidos incontrolados o accidentales de sustancias contaminantes.

1.    Modificación de la red de drenaje superficial por desviación de las aguas fluyentes debidas a la acumulación de materiales. La adopción de unas medidas preventivas mínimas durante la construcción, como la colocación de tubos en los cruces de los cursos, obvia el problema.

2.    Daños sobre cursos subterráneos debidos a movimientos de tierra. En la valoración de este efecto se ha de tener en cuenta que al ser una actuación muy superficial, los cursos que se pueden ver afectados serán de escasa entidad. Este impacto sin embargo es bastante fácil de evitar, ya que basta simplemente con controlar este posible hecho durante la construcción de la línea, restituyendo el curso mediante una pequeña obra hidráulica.

3.    Contaminación de los cursos cruzados por incremento de sólidos en suspensión. Este impacto es proporcional a los movimientos de tierra.

4.    Contaminación de los cursos afectados por vertidos de aceites provocadas por cambios de lubricantes de la maquinara o actividades similares, que puedan suponer un daño irreparable en la fauna acuícola. Dado que estos posibles daños tienen su origen en actos que se realizan por negligencia o por desconocimiento de sus consecuencias, un control realizado durante las obras puede evitar y minimizar la incidencia de estas eventuales contaminaciones.

Atmósfera

Los efectos identificados son:

1.    Incremento del polvo en suspensión. Durante la fase de construcción, el posible impacto sobre la atmósfera se reduce a la contaminación debida al aumento de polvo en el ambiente, provocado por el movimiento de la maquinaria. Este incremento de partículas en suspensión puede afectar a la flora y fauna.

2.    Modificaciones microclimáticas en las áreas afectadas. Exclusivamente en los puntos en los que la desaparición de la vegetación arbórea tenga importancia, aunque ésta sea relativa, se producirán pequeñas variaciones climáticas, sobre todo en la proximidad del suelo, por el incremento de los valores de evaporación e insolación, que supone la inexistencia de una cubierta vegetal que mitigue los cambios bruscos entre el día y la noche, por lo que en estas zonas se incrementará el peligro de helada, aumentará la velocidad del viento, etc.

1.6.2      Medio biológico

El análisis se realiza estudiando la posible incidencia sobre el medio biológico a través de sus dos elementos esenciales: vegetación y fauna.

Vegetación

1.    Daños directos sobre la vegetación herbácea, arbustiva y arbórea. El movimiento de maquinaria, necesario para la apertura del camino, supone una modificación del terreno y por tanto la desaparición de la vegetación herbácea, arbustiva y arbórea existente, con el consiguiente incremento de la dificultad para el futuro arraigo de las plántulas por hallarse el suelo compactado. En el caso de que la zona sólo posea vegetación herbácea y el camino no sea permanente, el impacto que se genera es temporal, dado que se reduce a un periodo corto de tiempo. En zonas inundables o con cultivos de regadíos los daños son del mismo tipo que en zonas de secano o de matorral, ya que el proceso conlleva igualmente una compactación del suelo y un daño sobre la vegetación presente, por el aplastamiento de la misma, siendo su valor función del tipo de vegetación presente y de su capacidad de recuperación. Para el caso de matorrales y pastos, en general, la regeneración es prácticamente inmediata. Esta situación motiva que de forma genérica se pueda mencionar que los impactos debidos a estas labores son prácticamente nulos, siempre y cuando se realice con el cuidado necesario, teniendo en cuenta que los daños son, de producirse, más de tipo económico que de tipo ambiental excepto cuando la vegetación presente posea alguna característica especial, como puede ser el hecho de ser exclusiva, endémica, etc., en cuyo caso el impacto será función de la superficie o ejemplares afectados. Para su valoración se ha de mencionar la facilidad de regeneración de estas áreas, ya que mediante una simple roturación se puede recuperar su capacidad de soportar una vegetación natural o un cultivo. En terreno arbolado se debe de minimizar la corta, adecuando el trazado a ellos.

2.    Fragmentación de masas forestales cerradas.

3.    Daños directos sobre especies protegidas o ejemplares emblemáticos. También se habrá de valorar en la cuantificación del impacto la presencia y posibles daños sobre especies raras, vulnerables, endémicas, los ejemplares singulares, las especies que cumplan una función importante para la fauna, etc., ya que las alteraciones sobre éstas pueden tener un carácter irreversible y su pérdida ser irreparable, con generación de alteraciones que de forma indirecta afecten a otros elementos del medio.

4.    Invasión de especies no adecuadas del ecosistema original. El camino de pasillo puede comportarse como introductor de especies invasoras foráneas, que con antelación a la apertura del acceso veían condicionada su entrada, o al hecho de que se vean potenciadas las especies heliófilas a las propias del sotobosque, que viven en la umbría del mismo y soportan mal la insolación directa, caso típico de muchas especies de herbáceas que colonizan los caminos. Esta alteración puede suponer en zonas inalteradas impactos significativos.

5.    Riesgo fitosanitario, derivado del apilado de la madera cortada para la apertura del acceso por tiempo excesivo, especialmente en la época de actividad de los insectos perforadores (primavera y principios de verano). La acumulación de los residuos de corta de cierto tamaño (más de 5 cm sin corteza) puede agravar el riesgo.

Fauna

Las alteraciones que se pueden producir sobre la fauna son:

1.    Daños directos sobre madrigueras y nidos provocados por los movimientos de tierras o por la corta de arbolado. Este impacto potencial puede minimizarse si se realizan las labores eludiendo las épocas de cría.. Este problema se agrava en las áreas en que se realizan cortas, dado que en las zonas de cultivo, en las que en general todos los años se realizan tareas agrícolas posee una importancia muy inferior.

2.    Daños derivados de la alteración de hábitat de vida silvestre. Las modificaciones más significativas que se producen durante la fase de construcción son las variaciones que de forma genérica se pueden producir en los hábitat terrestres por el movimiento de máquinas y hombres que esto conlleva, que producen un estado de agitación en el ecosistema negativo para la fauna, sobre todo en las épocas de celo y cría.

3.    Efectos derivados del incremento de ruido en ecosistemas aislados. Este efecto es función esencialmente de la sensibilidad que posean los ecosistemas atravesados, siendo tanto más sensibles cuanto menor sea la presencia del hombre en la zona, provocando un cierto stress en el ecosistema que puede derivar en situaciones como el abandono de nidos o madrigueras por parte de los progenitores, la huida a otras zonas de las especies presentes, etc., impactos de mayor valor cuando se provocan sobre especies endémicas o en vías de extinción.

4.    Modificación de las condiciones de habitabilidad para ciertas especies. La apertura y presencia permanente del acceso supone en muchas ocasiones una barrera para los movimientos de diversos animales que utilizan los árboles como medio de vida y comunicación, caso de ardillas, etc., dividiendo un bosque único en dos. También puede servir de zona de penetración en el medio forestal, cuando las masas atravesadas son muy extensas, de especies de áreas abiertas, pudiendo darse el caso de que se modifiquen las cadenas tróficas.

5.    Posibilidad de acceso para cazadores y furtivos. A través de los accesos se introducen cazadores o furtivos que aprovechen las zonas despejadas para la caza de animales que en el bosque se encontraban protegidos.

6.    Efecto barrera, que obliga a la fauna a atravesar las vías con riesgo a atropellos si el tráfico es intenso.

1.6.3      Medio socioeconómico

Los impactos que se han identificado sobre el medio social y económico son:

1.    Efectos negativos derivados de la mejora de la accesibilidad. Por permitir el acceso de foráneos que perturban su modo de vida; sobre el paisaje, por los efectos que pudiera tener sobre el valor estético en la zona atravesada, etc.

2.    Daños sobre las propiedades, pérdidas de superficies, daños sobre los cultivos presentes, cortas en áreas forestales, etc.

3.    Daños directos sobre monumentos y/o yacimientos arqueológicos.

1.6.4      Paisaje

Los impactos paisajísticos son muy variables y, en ocasiones, de difícil valoración, aunque se pueden introducir una serie de apreciaciones que sugieren las correspondientes medidas preventivas:

1.    El impacto paisajístico aumenta con la fragilidad visual de la zona a atravesar por el futuro acceso: en general, es mayor en zonas de montaña aumenta con la pendiente de la ladera y si es visible desde rutas o áreas muy transitadas.

2.    El impacto paisajístico de pistas con pendiente longitudinal aumenta al aumentar ésta, y es generalmente superior al de aquellas que siguen curvas de nivel.

3.    El impacto visual aumenta al aumentar la anchura de las vías, ya que aumenta también la altura y extensión de los taludes.

4.    El impacto visual aumentará, lógicamente, si las cortas previstas en las cercanías de la vía son muy intensas.

5.    Aumenta por la presencia de taludes.

1.7      Efectos positivos en la creación de caminos

1.7.1      Medio Natural

Se han agrupado en este epígrafe los efectos de carácter positivo que se pueden proporcionar al conjunto de elementos que definen el medio natural, esto es el medio físico y biológico analizados de forma conjunta.

1.    En zonas de montaña, el riesgo de vuelco lateral fuerza a los vehículos a desplazarse en líneas de máxima pendiente, por lo que, en ausencia de una adecuada red de caminos, sus trayectorias acaban convergiendo en trochas de arrastre, o en cauces y arroyos de vaguadas, donde se produce un gran número de pasadas de tractor con carga, con impactos altamente negativos. Por el contrario, la existencia de una red de caminos forestales de densidad suficiente acorta las trayectorias de los tractores, disminuyendo el número de pasadas por el mismo sitio y evitando, aguas abajo de cada acceso, el tránsito de toda la madera de la zona superior del monte.

2.    Impactos favorables relacionados con los incendios forestales. La superficie quemada por un incendio forestal y el riesgo de que un fuego incipiente se transforme en catastrófico están relacionados inversamente con el tiempo de acceso por el personal y medios de extinción. La existencia de una red de caminos de cierta densidad es el factor decisivo para disminuir tiempo de acceso y disponer además de medios terrestres que solo pueden acceder por carretera al lugar del siniestro. Además, los accesos pueden jugar un papel fundamental como cortafuegos (especialmente si se mantienen adecuadamente las cunetas y fajas laterales de protección), como punto de inicio para contrafuegos, base de operaciones culturales preventivas, circuitos de vigilancia, etc.

3.    Efectos favorables sobre la gestión. Se aumenta la facilidad de acceso por técnicos y operarios, que disminuye los costes de operaciones culturales o de aprovechamiento.

4.    Hace innecesaria la apertura de otros accesos con menor control por la administración La construcción de una nueva instalación supone que en su realización se ha de disponer de los permisos precisos por parte de la administración, que los analiza y en gran parte de los casos da el visto bueno a su apertura, en particular en zonas forestales y Montes de Utilidad Publica. Esta situación posibilita que se reduzcan los efectos negativos sobre el entorno, dado que la apertura del acceso se realizará por donde menos daño se produzca, con la supervisión de los agentes de la administración.

5.    Creación de nuevos hábitat para ciertas especies animales. La creación de taludes de desmonte y terraplén permite a ciertas especies de aves que nidifican en el suelo en zonas en pendiente, y que podían tener limitada la creación de sus nidos, anidar en los taludes creados.

1.7.2      Medio socioeconómico

Mejora de la accesibilidad, con todas las ventajas económicas que ello supone: gestión de las propiedades, aprovechamientos agrícolas y forestales, caza, gestión contra incenidos etc. La creación de caminos, en general supone un efecto positivo, ya que genera una mejora de la accesibilidad en el medio rural, completando la red de caminos existentes, lo que en muchos casos puede representar una ventaja para la explotación de las fincas afectadas y para la población en general.

La construcción de los caminos lleva consigo un incremento, aunque reducido, del empleo existente en la zona, producido no sólo por los puestos de trabajo creados directamente por la obra, sino también por los inducidos en el sector servicios y otros sectores.

1.8      Medidas preventivas y correctoras.

La mayor parte de las medidas que se analizan a continuación poseen un carácter preventivo, es decir, aquellas que se desarrollan para evitar, mediante su aplicación, la generación del impacto antes de que éste se produzca, por lo que su toma en consideración ha de ser anterior al inicio de la actividad. Las medidas correctoras serán aquellas que se acometen una vez que se ha provocado el daño o impacto, y su fin es corregirlo. Por ello las medidas correctoras se desarrollan una vez finalizada la actividad. Las medidas correctoras son a menudo técnicamente o económicamente inabordables. Es por ello por lo que hay que hacer hincapié en la prevención.

Las actuaciones a realizar se definen en función de la situación en que se encuentre cada acceso, teniendo en cuenta los siguientes factores:

q  Las particularidades del medio, en particular las características del clima y del suelo.

q  La forma en que se ejecutó el acceso durante la construcción.

q  Del uso o abandono a que haya estado sometido por los propietarios de la zona.

Las medidas a adoptar se agrupan y determinan según el tipo de accesos, distinguiéndose:

·         Accesos de nueva creación. Necesarios para la nueva construcción o cuando haya desaparecido el original

·         Rehabilitación de accesos muy deteriorados.

·         Tratamiento de accesos invadidos por la vegetación.

·         Actuaciones de mejora en general.

1.8.1      Accesos de nueva creación

En primer lugar se ha tener en cuenta que los accesos se deben de ejecutar de común acuerdo con los propietarios, de tal forma que, en la mayor parte de los casos la construcción de los mismos supone una mejora de la accesibilidad de la finca, o una mejora del servicio de la misma.

·         Solicitud del permiso a las autoridades medioambientales o, cuando menos, gestoras de los montes, por lo que se deberán cursar las correspondientes solicitudes, en las que se incluirán las medidas de carácter preventivo. Esta medida es muy importante Espacios Naturales Protegidos, solicitando apoyo de los técnicos responsables de la gestión del Espacio y de la Guardería Forestal, de forma que la determinación del trazado de los accesos se realice de común acuerdo, minimizando con ello los daños y para que el desarrollo de los mismos se ajuste a las necesidades de la instalación del Espacio.

·         En zonas arboladas se debe diseñar un trazado sinuoso para reducir al mínimo posible la corta de árboles. En particular se evitarán ejemplares añosos, debiendo mantener troncos y copas en el mejor estado posible y llegando a podar para evitar que el paso de vehículos provoque daños.

·         Aprovechamiento al máximo la red de caminos existentes para reducir al mínimo la longitud de caminos de nueva creación, considerando que, de forma genérica, una mayor longitud de nuevos accesos supone mayores efectos sobre el medio. Hay que tener en cuenta que siempre que sea preciso se ha de dar un rodeo, incrementando la longitud de una pista, antes que, por acceder por el camino más corto, se provoque un daño mayor. La toma en consideración de esta circunstancia es de suma importancia en áreas de topografía compleja, con fuertes pendientes, en áreas forestales, en Espacios Naturales Protegidos o en Áreas de Interés de todo tipo.

·         En los tramos en pendiente fuerte se deberá reducir al mínimo la apertura de pistas de acceso, así como los movimientos de tierras, con el fin de evitar el inicio de procesos erosivos e incrementar la perdurabilidad del acceso. Si fuera inevitable, es positivo reducir la anchura de la pista (reduciendo el desmonte).

·         En las fincas cultivadas, prados, etc., cuando se realiza el acceso a campo traviesa se debe señalar la zona de paso por medio de cintas, de manera que todos los vehículos, que entren y salgan, circulen por un mismo lugar y utilizando una sola rodada.

·         En el caso que haya que proceder a una excavación en prados y zonas de cultivos productivas, se procederá a la retirada y acopio en la propia zona del horizonte superficial de tierra vegetal, rico en nutrientes, para proceder a su restitución una vez finalizada la obra, con el fin de realizar una restauración del suelo óptima. Estos horizontes superficiales suelen ser muy valorados por los agricultores.

·         En el caso que se atraviesen varias propiedades, se deberán mantener cerradas en todo momento las cancelas vallas en el caso de que se crucen los cercados por en medio, a fin de evitar la entrada y salida de ganado.

·         Se debe prohibir verter aceites y grasas al suelo, por cambio de los mismos, debiendo gestionarse correctamente. La medida óptima sería el realizar los cambios de aceite en taller.

·         Prohibición de realizar depósitos de materiales a pie de pista, o de basuras, obligando al contratista a trasladar a vertedero todos los restos producidos al finalizar la construcción del acceso. El hormigón que es desechado por falta de calidad debe ser eliminado en vertedero, o bien extendido en los caminos para mejorar su firme, siempre y cuando existiera con antelación un tratamiento superficial de los mismos o se acuerde así con la propiedad y, claro está, siempre con el visto bueno de las autoridades competentes.

·         En la determinación del trazado debe evitarse el paso o la proximidad de las zonas de interés natural, en particular el cruce por zonas boscosas, en las que se aprecien especies vegetales protegidas, así como por zonas de nidificación la proximidad de nidos o lugares de refugio de fauna de interés, como pueden ser especies de rapaces estrictamente protegidas. A modo de ejemplo cabe señalar en algunos países, como Finlandia, donde prohíben hacer caminos a distancias inferiores a 500 metros de los nidos y suspenden toda actividad durante la época de cría en un radio de un kilómetro.

·         Igualmente se evitará que el acceso discurra por las proximidades de monumentos culturales y/o yacimientos arqueológicos.

·         Se deben evitar las zonas en las que se aprecie riesgo de deslizamientos en masa.

·         Se ha de buscar la máxima adaptación al terreno, de forma que se sigan las curvas de nivel, para reducir los movimientos de tierra, que serán los estrictamente necesarios, minimizando la creación de desmontes y terraplenes de grandes dimensiones. En zonas de fuertes pendientes, en las que mantener las curvas de nivel puede hacer precisos movimientos de tierras de consideración se deberán extremar las medidas en la determinación del trazado, con el fin de optimizar el desarrollo del acceso minimizando los impactos sobre el suelo, la vegetación y la red de drenaje.

·         Mínimo tratamiento superficial del firme, utilizando el propio terreno y maquinaria ligera, de forma que se posibilite una fácil regeneración natural o artificial. La adopción de esta medida tiene una repercusión clara en cuanto al mantenimiento de la accesibilidad de la zona, ya que la preservación de la cubierta vegetal evita los daños derivados de la escorrentía superficial.

·         Con objeto de aumentar la vida del acceso y la estabilidad de su firme se debe proceder a realizar pequeñas obras de drenaje superficial, principalmente en los tramos con fuerte pendiente, para evitar la aparición de regueros y pequeñas cárcavas. Para ello se puede efectuar la apertura de surcos de pequeñas dimensiones de pendiente suave, transversales a la plataforma del acceso, que desvíen las aguas corrientes a las cunetas.

·         Rehabilitación de los daños realizados sobre las propiedades durante la ejecución de los trabajos, o compensación económica por los mismos, de común acuerdo con los dueños de los predios.

·         Una vez finalizada la construcción del acceso, y de común acuerdo con los propietarios o gestores del espacio, se obstaculizarán los caminos y pistas, que no se consideren necesarios para el adecuado mantenimiento de la línea.

·          En general las pendientes longitudinales máximas, deberían ser inferiores al 8%. Se ha de procurar que en ningún caso las pendientes longitudinales superen valores del 12 %, ya que a partir de éste se pueden originar problemas de conservación importantes.

·         Para eludir un árbol aislado de un cierto porte en la traza ideal del acceso, se bordeará superándolo por la parte superior de la ladera a una distancia del tronco de cinco veces el diámetro a la altura normal (1,20 metros del suelo), y en cualquier caso, a más de 0,5 metros, con el fin de que el árbol actúe a modo de barrera visual, reduciendo el impacto paisajístico que provocan los taludes pelados. Con ello, además, se evita dañar las raíces del mismo.

·         En el caso de cruce de zonas forestales, con una densidad del arbolado media o baja, el acceso deberá tener un trazado sinuoso que se adapte a la presencia del arbolado, para reducir al mínimo posible la corta de árboles.

·          Antes del inicio de los trabajos de construcción del acceso se deben de marcar de forma clara y permanente el trazado consensuado para el mismo, de forma que se respeten los acuerdos obtenidos durante el proceso de determinación del mismo.

·         En las masas forestales se deberán marcar mediante señales fácilmente visibles los árboles que se de cortar, con el fin de que este sea el mínimo necesario.

·         Para reducir al mínimo las posibles alteraciones de la red de drenaje, se deberá proceder en el cruce de los cursos de carácter permanente a la colocación de obras de fábrica.

·         Para minimizar daños sobre el cauce, se evitará que en los movimientos de tierras se produzcan acumulaciones de materiales en los cauces.

·         Reparación de los caminos existentes que hayan sido utilizados.

·         Realizar plantaciones u obras de consolidación en el caso de haberse realizado excavaciones para la obtención de tierra o de áridos de canteras.

·         Si hay taludes grandes en zonas muy erosionables o con riesgo de deslizamientos en masa, es necesario vegetarlos rápidamente y/o efectuar obras de contención o de drenaje. En repoblaciones del norte de España, se ha propuesto plantar los taludes para aminorar las pérdidas de producción.

1.8.2      Tratamiento de accesos invadidos por la vegetación.

En muchas ocasiones la falta de uso de los caminos hace que la plataforma de éstos se vea invadida por la vegetación. Esta circunstancia supone dos situaciones de signo totalmente contrario en función del tipo de vegetación que se haya instaurado. Así si la vegetación que ha arraigado en el camino es de tipo herbáceo o subarbustivo, de tallo blando, el efecto es positivo ya que su presencia mejora la capacidad de conservación del camino, disminuyendo el riesgo de erosión. Por ello se debe controlar el paso de vehículos y la invasión de matorral leñoso que inhabilitará el camino. Como efecto negativo es que se debe circular con mayor cautela en épocas de lluvias, ya que disminuye la adherencia de la plataforma.

Cuando la invasión de la calzada se produce por especies arbóreas o arbustivas de tallo leñoso, el problema se agrava ya que el camino se vuelve intransitable, impidiendo el tránsito de vehículos. Esta situación supone un problema a corto y medio plazo pues, aunque se elimine esta vegetación, subsiste el riesgo para las ruedas de los vehículos, ya que aunque se corte o desbroce la vegetación invasora presente, permanecen los tocones, aumentando el riesgo de pinchazos o cortes en los neumáticos.

Para devolver el camino a su uso se debe eliminar el matorral presente, desbrozándolo para evitar una nueva invasión, que se realizaría en un plazo relativamente breve de tiempo.

Las medidas de carácter ambiental a adoptar en el mantenimiento de los caminos con respecto a la vegetación no poseen una significación importante, dado que la vegetación presente no suele ser la original no constituyendo, entonces, un impacto grave su nueva reapertura. Además, las especies presentes han demostrado su capacidad de regeneración y su capacidad de invasión siendo, por tanto, especies propias de la zona y que no encuentran una problemática especial en su continuidad. Por todo ello su eliminación no ha de considerarse como un impacto significativo. Esta apreciación de carácter general deberá estudiarse en detalle en el caso de afectar a un Espacio Protegido, por lo que es necesario solicitar la colaboración de la guardería del mismo.

Para evitar la reapertura deben acometerse actuaciones tendentes a prolongar la vida útil del acceso en su principio mediante compactación del firme que dificulte el enraizamiento, o progresión mediante estolones, de la vegetación. Con ello se evita la reiteración del daño, evitando que la introducción en el camino de una especie de interés haga que el daño sea superior.

También deberá tenerse en cuenta la medida definida anteriormente referente a la eliminación de los materiales leñosos producidos, para lo que se deberá proceder a su quema in situ en el centro del camino, en las épocas que para ello marca la legislación. Las quemas en el caso de realizarse se acometerán de forma segura, en una zona despejada y libre de vegetación, con los medios de extinción de incendios precisos situados al alcance y con un control permanente del fuego de forma que se evite una posible propagación.

Otra forma de disponer de estos materiales es su trituración in situ, mediante la cual se aporta al propio firme de un estabilizante, de sumo interés en zonas en las que el suelo sea impermeable y se produzcan encharcamientos permanentes. También pueden realizarse el extendido de las astillas por el entorno, realizando con ello un aporte de materia orgánica que a posteriori puede ser de interés para el propio bosque. Es de interés en estos casos contactar con los propietarios y los gestores forestales o ambientales con el fin de consensuar la solución adoptada.

Actuaciones de mejora en general

Desde un punto de vista ambiental el interés en todo caso se centrará esencialmente en la preservación de las especies protegidas y en el tratamiento de los residuos orgánicos y/o inorgánicos, mediante quema – trituración en el primero de los casos o traslado a vertedero autorizado en el segundo.

En todo caso se debe conocer lo más profundo posible el entorno del camino para evitar causar daños a especies faunísticas de interés que habiten próximas, detalle éste que puede llegar a conocerse con el contacto con la guardería forestal de la zona, evitando problemas a largo plazo.

Aspectos legales

En la determinación de las medidas de carácter ambiental se deben tener en cuenta, entre otros aspectos, los derivados de la legislación sectorial correspondiente, en, ya que existe un grupo de normas que suponen limitaciones al desarrollo de actividades en el medio rural y en particular a la apertura de nuevos caminos

Citando como ejemplo a la Comunidad Autónoma de Andalucía, las tres normas básicas que rigen las labores a realizar en el mantenimiento de los caminos y, en especial para los de nueva creación, son la Ley 7/1994 de Protección Ambiental de Andalucía, el Decreto 104/1994, por el que se establece el Catalogo Andaluz de Especies de la Flora Silvestre Amenazada, y los Planes de Uso y Gestión definidos en los Espacios Naturales Protegidos, en particular en los Parques Naturales, en los que se determinan qué actuaciones están reguladas o limitadas en los mismos.

La ley 7/1994 de Protección Ambiental de Andalucía entre las actividades que regula se encuentran los accesos y caminos rurales y forestales, ya que en el caso de que más de un 20 % de su longitud discurra por zonas cuya pendiente media sea superior a un 40 %, se han de someter a Evaluación de Impacto Ambiental en Andalucía.

En cuanto al Decreto de protección de la flora, según el artículo 8, se condicionan totalmente las actividades a desarrollar cuando éstas afecten zonas en las se hallen especies de las incluidas en el catálogo. En este caso, y referido básicamente a la apertura de nuevos caminos, será necesario, para cumplir con la norma, conocer los enclaves donde puedan hallarse especies protegidas en los que será preciso que la definición del acceso se realice eludiéndolos, lo que, en principio y dada la rareza de la mayor parte de las especies incluidas en el catálogo, representa una labor relativamente sencilla, si bien la dificultad estará determinada por cada situación concreta.

Este aspecto tendrá una clara importancia en las áreas pertenecientes a la red de Espacios Naturales Protegidos, declarada por la Ley 2/1989 del Parlamento Andaluz. En particular es importante la toma en consideración de los enclaves con especies incluidas en el catálogo anteriormente citado, y las limitaciones o condicionantes que se definan en los Planes de Uso y Gestión de los espacios afectados, ya que si bien no afectarán directamente a los accesos, sí que pueden limitar actuaciones precisas para su apertura, como acumulaciones o vertidos de estériles en su ámbito, etc.

Un caso particular de camino protegido legalmente es el caso de las cañadas reales. Estas no sólo son vías de comunicación más o menos antiguas y que perdieron su utilidad con el debilitamiento de la trashumancia.

Su evolución discurre de forma paralela a la historia peninsular y hunde sus raíces incluso en la época prerromana, desembocando legislativamente en el decreto ley de 1995 que a falta de un reglamento propio, sigue vigente el anterior, además de las cláusulas administrativas que cada comunidad autónoma está ejecutando en función de las atribuciones que tiene. El derecho consuetudinario de las servidumbres de paso remonta el reconocimiento legal de las cañadas al Fuero Juzgo, de donde arrancan los distintos intentos para concretar sus medidas y las sanciones para quien las obstruya.

 

 

 

Santiago Delgado Mateo

Tomás Ramón Herrero Tejedor

 

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2 comentarios

  1. Necesitaría algún libro que me sirviese de guía para el diseño de caminos rurales y obras de fabrica, ¿qué me recomienda?

    Atentamente:

    Francisco Javier Martínez Jorge

    Ingeniero Técnico Agrícola

  2. Excelente informacion, en Peru, estamos creando una corriente de Ingenieros junior, que se interesen en las redes viales rurales,

    Seguiremos su ejemplo.

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