No son muchos los detalles que se conocen sobre el asunto, apenas unas líneas generales que la Ministra Rosa Aguilar adelantó el pasado sábado en Córdoba. En cualquier caso y con las reservas debidas, parece oportuno felicitar a los impulsores de dicha iniciativa. Se supone que un libro es blanco porque está por escribir. Es deseable que cuando se termine nada quede al azar y todo se estudie, valore o contemple.

Un dato que se resalta en dicha información es la referencia, por otra parte recurrente, a los más de 120 mil kilómetros lineales de vías pecuarias que existen en España. Además, se pone de manifiesto la “relación creciente de la trashumancia con otros sectores…”.

Se cita el apoyo a las escuelas de pastores, fomentar la educación, defender la biodiversidad, mitigar los efectos del cambio climático, los alimentos de calidad, el turismo, la cultura, etc. Pero destacan sobre todo los 146 millones de euros en ayudas a la ganadería extensiva que se ejecutarán por medio de diferentes medidas.

Tanto en el I Congreso Nacional de Vías Pecuarias como en el II Congreso Nacional de Vías Pecuarias en los que hemos tenido la oportunidad de participar, se generó material académico, técnico y científico suficiente para rellenar una buena parte de dicho libro. Entendemos que los tiempos y las personas cambian, si bien algunos datos permanecen impertérritos, son los que son.

Una parte de ciudadanos europeos padecen, en unos casos y perciben en la mayoría de situaciones, las rigideces administrativas, así como las prolijas normativas que nuestros varios niveles administrativos nos suministran año tras año. En este sentido, cuando la Ministra habla de regular el sector debe ser más explícita y tranquilizar a los involucrados, de esta forma seguro que no hay dudas acerca de la buena voluntad ministerial.

A partir del 11 de abril y hasta el día 15 se van a realizar las IV Jornadas sobre la Explotación del Ganado de Lidia en laEUIT Agrícola de la Universidad Politécnica de Madrid. Tratamos de ofrecer alguna respuesta a demandas o peticiones, por una parte de nuestros alumnos, por otra de diferentes colectivos vinculados a este sector productivo, que debiera ser estratégico para nuestro país.

Cuando se habla del ganado de lidia, de su explotación, de cómo mejor gestionar esta actividad altamente sensible, cultural y económicamente importante, algunos tenemos la impresión de que para algunas administraciones parece como si no existiera.

Según datos de la UCTL (Unión de Criadores del Toro de Lidia) se dedican más de 4 millones de hectáreas a la cría de este singular bovino. Existen casi 400 mil cabezas pertenecientes a dicha raza que influyen sobre un volumen de negocio superior a los 1.500 millones de euros y afectan a unos 250 mil empleos.

Hay que resaltar que al igual que existen piaras de ovejas merinas o vacadas de avileñas que ejercen la trashumancia o algún tipo de trasterminancia, también lo hacen reses de bravo, siendo escasas las ocasiones en que esto se reseña. Una familia ha sido heredera de esta tradición, ahora al cargo de Dña. Alicia Chico a quien saludamos des de este blog y animamos a seguir por esos cordeles, azagadores y cañadas del Centro y Sureste Peninsular.

A veces los datos son fríos y dicen poco o mucho según quien los interprete. En todo caso ante un debate como el suscitado, cuando menos, nos debería llevar a la reflexión y admitir que nuestro país presenta esta peculiaridad. En nuestra opinión se debe defender y valorar, más allá de los gustos y opiniones encontradas en materia de espectáculos, quizás, esto es harina de otro costal.

En este blog siempre hemos defendido las vías pecuarias como un dominio público explícitamente delimitado y formando parte de un territorio compartido en donde los valores medioambientales y culturales tengan la posibilidad de expresarse de forma equilibrada. Los sistemas adehesados forman parte de esta cosmovisión y contienen elementos como son las explotaciones de ganado de lidia que ayudan a mantener ese equilibrio.

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