Buscando los pastos de invierno:del día de Todos los Santos al día de San Isidro

El mes de octubre se ha incorporado a la tradición y al costumbrismo pecuario por el regreso de los trashumantes de largas distancias a las zonas templadas del sur peninsular,  en este sentido existe una cita que cada año nos recuerda ese trasiego de ganado de norte a sur, es el tránsito de rebaños de ovejas por el centro de Madrid. Los telediarios nos traen esas imágenes a la hora de comer.

En cierta medida es un testimonio evocador de otro tiempo, las antiguas rutas ganaderas, así como cualquier tipología caminera puede ser borrada del mapa o ser transformada sobre el propio territorio, pero al final los recuerdos cuando son fuertes, cuando forman parte de la esencia cultural de un país, siempre vuelven, están vivos en la memoria colectiva.

Por otra parte, en unos días llegará el 1 de noviembre, es una fecha especial en el ámbito agrario, está señalada en el calendario de muchas generaciones de pastores trashumantes y estantes. Ahora los niños celebran la fiesta de Halloween y las calabazas se importan y se pintan, ya no forman parte del ato del pastor. Recordemos que era costumbre alimentar a los pastores por parte de los dueños del rebaño, así en los mandamientos del pastor dice: «ir y venir a por ato en casa del amo» y en otro » el ato de Carbina, es muy largo de contar, sin vino y sin caldero, y en las cedras poco pan, la sal en un trapillo, y el acite en un dedal, y la pella de los perros se ha quedado en el lugar».

Cuando la trashumancia perdía vigor, entre otras cuestiones por el aumento de los ganados estantes además de la pérdida de poder e influencia gremial, surgió y se impulsó un tipo de mercado de pastores muy estacional, el de los contratados, cuyos compromisos se establecían del día de San Isidro al día de Todos los Santos, o lo que era lo mismo, desde el momento en que se descotan los pastos comunales hasta que de nuevo se acotan. El objetivo era la renovación del pasto, mediante un invierno reparador a la espera de una buena primavera. El refranero  castellano nos lo recuerda: “Por los Santos nieve en los altos y por San Andrés nieve en los pies”, también “diciembre es un viejo que arruga el pellejo” o más adelante en “marzo lluvioso y abril ventoso sacan a mayo florido y hermoso”.

Pastores y ovejas en las calles de Madrid

 

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