Siendo fundamental la cooperación a nivel regional entre todos los agentes con el fin de lograr una masa crítica que haga de la Comunidad de Madrid una de las regiones más innovadoras, el desarrollo globalizado de la ciencia y la tecnología plantea un nuevo reto para las organizaciones empresariales y sus empresas, que han de internacionalizar esta actividad reforzando su cooperación local.

La innovación en las empresas es un proceso complejo que se ve afectado por innumerables factores, desde la propia historia y cultura de la empresa hasta el entorno en el que se desarrolla. Este entorno es, sin lugar a dudas, de carácter regional ya que es a nivel de región donde se dan condiciones de interacción entre las empresas y otros agentes, decisiones políticas, financieras, de creación y gestión del conocimiento, etc. que facilitan o dificultan la innovación empresarial y todo ello teniendo en cuenta la dimensión global del desarrollo tecnológico. La Comisión Europea, ya en el año 1995 establecía la necesidad de fomentar la innovación en las empresas, especialmente en las PyMEs, proporcionándoles los medios y apoyos necesarios para acceder a las competencias exteriores que necesitan en una dimensión regiona, estrategias que se han materializado especialmente en el III Plan regional de Investigación Científica e Innovación Tecnológica (PRICIT) y se han ampliado a lo largo de la elaboración del IV PRICIT.

La innovación empresarial es un proceso que se refuerza a medida que el número de empresas que innovan se incrementa, al generarse masa crítica de innovación. En este sentido, el aprendizaje y la imitación, en el mejor sentido del término, así como la cooperación en red y en la red de los agentes, que hacen que una región sea verdaderamente innovadora.

Por otra parte, el rápido desarrollo de las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones son responsables en gran medida de lo que ha venido en llamarse la Nueva Economía, basada en la Sociedad de la Información. Según la OCDE en los países desarrollados en torno al 50% del PIB procede de inversiones en productos y servicios de alta tecnología y de manera especial en tecnologías de la información y las comunicaciones. En este sentido, las inversiones crecientes en equipos informáticos, en I+D+i o en formación técnica ponen de manifiesto la creciente importancia del conocimiento y la gestión de la información en el desarrollo económico de los países y de las regiones. Es fundamental, por ello, que la Comunidad de Madrid siga manteniéndose, en los indicadores de referencia como una de las regiones más innovadoras de Europa.

Y es absolutamente necesario que se hagan todos los esfuerzos para dotar a las empresas y a los territorios en los que desarrollan sus actividades de las herramientas de innovación adecuadas. La Cumbre de Lisboa de 2000 establecía unos ambiciosos objetivos para poner a Europa al frente de las áreas con mayor desarrollo tecnológico. El reciente Informe Kok, presentado ante la Comisión Europea en Noviembre de 2004 pone de manifiesto que están todavía lejos de poderse alcanzar, recomendando en primer término reforzar la Sociedad de la Información, a través de transformar en prioridad las actividades del I+D+i y fomentar el uso de las tecnologías de información y las comunicaciones.

Por otra parte, la representatividad y capacidad de movilización de las organizaciones empresariales, su comprensión de cuáles son las demandas de las empresas a las que representan y su capacidad de interlocución con las administraciones con responsabilidad en políticas de innovación, hacen que hayan de ser consideradas como elementos clave en el proceso de innovación.

Sin embargo, la diferente concepción de las asociaciones en función de su campo de representatividad, territorial o sectorial, hace que las funciones que pueden llevar a cabo en términos de innovación tecnológica tengan características identificadotas de cada una de ellas. Por ello, la comprensión de la importancia de la innovación y de los mecanismos para facilitarla de forma eficaz a las empresas, deberían estar ampliamente incorporados a las capacidades de las organizaciones empresariales.

Posiblemente el hecho de que la innovación no tenga un único procedimiento para hacerla efectiva, es una de las razones fundamentales para que las organizaciones empresariales no hayan incorporado todavía plenamente estas prácticas entre sus actividades fundamentales. Es la propia responsabilidad de los empresarios con la sociedad en la que desarrollan su actividad la que les lleva a innovar, al igual que ha impulsado los conceptos integrados en la responsabilidad social corporativa.

En el ámbito de la innovación, las organizaciones empresariales avanzan de manera decidida hacia la prestación de servicios de alto valor añadido a través de tres vías fundamentales.

Por una parte, la cooperación en red y en la red con los diferentes agentes que conforman la innovación a nivel regional en el marco del Sistema Regional de Innovación madri+d. En el caso de CEIM, su participación como Patrono de la Fundación para el Conocimiento madri+d, que preside la Dirección General de Universidades e Investigación, hace que los servicios que se diseñan tengan un marcado carácter empresarial, que facilitan la innovación de las asociaciones y de las empresas.

Al ser la innovación tecnológica un proceso globalizado, la posibilidad de innovar pasa, en gran medida, por la internacionalización de la empresa, no solo en términos de adquisición de tecnología, sino, y de manera cada vez más importante, a través de la cooperación internacional y especialmente en el ámbito europeo, que se está conformando de manera decidida en torno al Espacio Europeo de Investigación.

Los Programas Marco de I+D han sido los principales instrumentos de la Comisión Europea para financiar las actividades de Investigación, Desarrollo e Innovación Tecnológica (I+D+i) en Europa. Representan, por ello, una excelente oportunidad para el desarrollo de las capacidades de I+D de las empresas, para la cooperación con universidades y centros de investigación y para la internacionalización de sus actividades en materia de I+D.

El VI Programa Marco de I+D tiene dos objetivos principales:

• fortalecer las bases científicas y tecnológicas de la industria europea, contribuyendo a fomentar su competitividad internacional.
• promover actividades de investigación de apoyo a las políticas comunitarias.

La participación de CEIM junto con dos de sus asociaciones afiliadas (AEDHE y AECIM) en el proyecto europeo de Centros de Enlace para la comercialización de tecnologías, da una dimensión internacional a estas actividades y facilita el acceso de las empresas madrileñas a mercados tecnológicos muy innovadores.

No obstante estos esfuerzos por dar a conocer las oportunidades que representa la participación en este marco internacional, el número de empresas, especialmente PyMEs y sobre todo como líderes de proyectos, que participan en proyectos europeos no ha mantenido los ritmos de crecimiento que serían de esperar para nuestro país.

Conscientes de ello, desde CEIM se ha coordinado, entre otras acciones de difusión y formación, una Guía sobre el VI Programa Marco para PyMEs, que ha sido editado por la Dirección General de Universidades e Investigación y publicado en la Colección de Gestión de Ciencia y la Tecnología de madri+d.

La Guía tiene como propósito apoyar a las empresas de la Comunidad de Madrid en la internacionalización de sus actividades de I+D. En este empeño, va dirigida a:

• directivos y técnicos de PyMEs, facilitándoles la toma de decisiones sobre su participación en proyectos estratégicos de I+D, al tener una herramienta para la definición y seguimiento de las propuestas
• asociaciones empresariales, a quienes permitirá prestar un servicio de asesoramiento a sus afiliados y participar de forma efectiva en proyectos del VI PM de la Unión Europea
• agentes de innovación, que desde el entorno de las asociaciones y entidades locales, apoyan su desarrollo tecnológico
• consultores y Agentes de Desarrollo Local, a quienes la Guía facilitará la colaboración con las empresas y las asociaciones de su entorno

Hemos de continuar en este camino que creemos es el acertado, mediante la colaboración con las administraciones de la Comunidad de Madrid, coordinando al conjunto de las instituciones que generan conocimiento científico y tecnológico susceptible de ser transformado en innovación a través de las actividades de I+D de las empresas.

En este camino, es necesario, además, incorporar otros elementos de mejora, desde un mejor conocimiento y uso de los incentivos fiscales a la innovación, mejores herramientas de gestión del conocimiento, información especializada, vigilancia tecnológica, asesoramiento específico a las empresas y formación de los recursos humanos dedicados a la innovación, entre otros.

Por todo ello, la cooperación de CEIM en el marco del Sistema madri+d es fundamental y será reforzada con el fin de ofrecer servicios con un valor añadido mayor a todas nuestras empresas y asociaciones.

Gerardo Díaz