El escándalo del climategate llega a la cumbre de Copenhague
Nueva cumbre para establecer los marcos de actuación donde se desarrollarán las futuras políticas medioambientales en Copenhague y nos encontramos que el hackeo producido a los ordenadores de la CRU (Climate Research Unit) ha tenido cierto protagonismo en los debates de la CNN y ruedas de prensa.
Hace tres semanas se supo que el sistema informático del CRU había sufrido un hackeo de una gran cantidad de emails enviados entre su personal, donde en algunas ocasiones (quizá fuera de contexto o quizá no) se abducía a la posibilidad de que los datos actuales sobre la teoría del cambio climático no son todo lo fuertes que se hacen ver y que no son suficientes para otorgar a las emisiones de gases de efecto invernadero la capacidad de modificar el clima. Existen gran cantidad de espacios en internet donde se pueden encontrar los correos y son fáciles de encontrar, por lo que no voy a dejar enlaces a documentación que ha sido substraída de forma ilegal. También la blogósfera se ha hecho eco del asunto. Os dejo unos cuantos enlaces al final del post.
El CRU o Unidad de Investigación del Clima por sus siglas en inglés y perteneciente a la Universidad Británica de East Anglia, es uno de los centros de investigación colaboradores de la teoría sobre el calentamiento global de origen antropogénico y coordinada por el Panel Intergubernamental sobre el cambio climático o IPCC. Parece ser que este no es el primer escándalo al que tiene que hacer frente el CRU.
Los correos electrónicos hackeados contienen una gran cantidad de información y documentación donde se pueden extraer diferentes consideraciones, dependiendo de si eres ecoalarmista-calentólogo o si eres negacionista-escéptico. Actualmente existe un fuerte debate en la red sobre el posible contexto en que se trata la información, ya que se habla de modificación de datos, ajustes de gráficas, ocultaciones, “tricks”…, que han provocado la dimisión del máximo exponente científico del centro Phil Jones. El tema es bastante amplio para un solo post, por lo que seguiré hablando del asunto e ir desgranando los mails.
Pero todo este suceso generado a las puertas de la cumbre de Copenhague es un tanto sospechoso. Es indudable de que existen grandes interés generados alrededor del medioambiente por lo que acusaciones por parte de ambos bandos es incesante. Por un lado se encuentran las asociaciones climatológicas, el IPCC, gran parte de gobiernos, centros de investigación y la gran mayoría de la población, que apuestan por la teoría del calentamiento global de origen antropogénico. Por el otro, los malos. Nucleares, petroleras, asociaciones del carbón e investigadores y periodistas comprados por los primeros. Cualquier persona, científica o no, que intente si quiera debatir el origen del cambio climático, está expuesto al fusilamiento de los ecoalarmistas.
Para este debate se habla de bandos, se usan términos despectivos como negacionista (aquellos que niegan el holocausto) para las personas escépticas, se acusan de ocultar informaciones, de modificarlas al antojo. Una serie de palabras mayores en un área de la ciencia que establece una situación de total beligerancia. La ciencia, en teoría aséptica, se ha convertido en un arma, en una razón de todo o nada.
La cumbre de Copenhague aspira a ser el recambio del antiguo y demacrado protocolo de Kioto que, dicho sea de paso, muy pocos países han cumplido y donde ni Estados Unidos ni China refrendaron, uno por no querer y otro por no estar invitado. Esperamos que las nuevas bases políticas de carácter ambiental que se establezcan en esta nueva cumbre sean satisfactorias para todos, sin que por ello se despilfarre el dinero ni se invierta en humo.
Os dejo enlaces relacionados para los interesados:
http://antonuriarte.blogspot.com/2009/11/escandalo.html
[…] informe del IPCC, sólo un error respecto a los glaciares que ya ha sido reconocido ». Y es que el escándalo del CRU (más conocido como climategate) parece haber hecho mella en el centro ideológico del IPCC. Desde […]