¿Por qué se confunde lo que es y lo que no es Restauración Ecológica?

Dr. Luis Balaguer, Grupo Ecología Evolutiva Vegetal y Restauración Ecológica, Universidad Complutense de Madrid

La Restauración Ecológica es el tratamiento de los ecosistemas degradados con el fin de restituir servicios -o la capacidad del ecosistema para ofrecer servicios- a los seres humanos. Este tratamiento se caracteriza porque está centrado en el ecosistema, no en sus elementos aislados. Se distingue de otros tratamientos porque actúa sobre procesos ecológicos, y porque esta actuación se orienta hacia un ecosistema de referencia concreto. La Restauración Ecológica debe ser holística, es decir, debe contemplar no sólo criterios científicos sobre el dinamismo de los ecosistemas, sino además debe integrar criterios socioeconómicos, valores culturales y, en la medida de lo posible, las percepciones subjetivas de cada ciudadano.

Trabajo en Doñana
El profesional de la Restauración Ecológica puede plantar árboles o sembrar herbáceas, pero también puede incendiar, extender piedras o arrancar árboles con maquinaria pesada. En concreto, en la imagen se están arrancando eucaliptos en Doñana para restaurar marismas. No son las técnicas lo que define a la Restauración Ecológica, sino el diagnóstico ecológico, la intervención sobre los procesos y la definición de ecosistemas de referencia.

Esto es Restauración Ecológica, pero gran parte de la población desconoce esta práctica, e incluso, muchos técnicos relacionados con la materia confunden lo que es y lo que no es. ¿Por qué? Las razones son históricas. En primer lugar, el nacimiento de la agricultura hace 13.000 años ha marcado nuestra forma de interpretar el entorno. Ante un espacio degradado, nuestra primera reacción es proponer siembras o plantaciones. En segundo lugar, el ‘boom’ de las repoblaciones forestales desde la segunda mitad del siglo XIX también ha marcado nuestra manera de intervenir en el medio. De hecho, las repoblaciones fueron denominadas en algún momento con el término de ‘Restauración Hidrológico-Forestal’. En tercer lugar, la Restauración Ecológica tiene un origen muy reciente, aunque no muy lejano al origen de la propia Ecología. En los felices años veinte, ya se planteaban en Estados Unidos aproximaciones ecosistémicas para el tratamiento de espacios degradados. Sin embargo, hay que esperar hasta los años 80, para concretar que se trata de una intervención sobre procesos ecológicos orientada hacia la consecución de un referente previamente definido. Finalmente, el enfoque holístico no se describe de forma explícita hasta esta primera década del siglo XXI.

La confusión entre lo que es y lo que no es  se comprende si consideramos que la mayor parte de los actuales técnicos tiene una formación agronómica o forestal, pero rara vez ecológica, como consecuencia de las razones históricas mencionadas. Esta falta de técnicos con una sólida formación en Ecología es preocupante. El reto del siglo XXI es la sostenibilidad, y sin duda se necesitan técnicos cualificados en esta nueva disciplina para que la Restauración Ecológica contribuya significativamente a este fin.

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