El 35% de las semillas dispersadas en los excrementos son depredadas por hormigas

Grupo Ecología y Conservación de Ecosistemas Terrestres, Universidad Autónoma de MAdrid

Investigadores del Grupo de Ecología y Gestión de Ecosistemas Terrestres de la UAM han publicado recientemente los resultados de un interesante experimento desarrollado en los pastizales de la vecina localidad de Tres Cantos.

El estudio comprobó que ingentes cantidades de semillas son movilizadas en los excrementos del ganado: en verano los animales ingieren las semillas mezcladas con el pasto, y aquéllas no digeridas acaban resembrando el pastizal. Esto ya se sabía.

La novedad del experimento, publicado en la revista especializada en ecología Oikos, radica en que los investigadores miraron más allá, y trataron de seguir el rastro a las semillas así dispuestas en el pastizal. ¿Qué les ocurre hasta las lluvias del otoño, cuando llega la oportunidad de germinar y crecer? La dispersión de semillas por dos o más mecanismos sucesivos, y la depredación de semillas dispersadas inicialmente por un herbívoro se habían analizado en algunas ocasiones, pero pocas.

Tras la pista de las semillas defecadas

La experiencia, y los modelos de la Ecología, muestran que en la naturaleza la presencia de un recurso abundante y predecible raras veces pasa desapercibido para los organismos que podrían beneficiarse de él. Este principio motivó el experimento central del presente trabajo: un análisis del destino de las semillas inicialmente defecadas por las ovejas.

En los pastizales estudiados las hormigas depredan de forma intensa las semillas, y detectan los puntos donde se concentran éstas. ¿Camuflarían los excrementos a las semillas ante las hormigas? ¿O, por el contrario, serían las hormigas capaces de detectarlas?

El experimento mostró que las hormigas detectan los excrementos cargados de semillas y los llevan a sus hormigueros. Este es el destino del 60-90% de los excrementos (y sus semillas) en pleno verano, mientras que las hormigas no les prestan atención el resto del año, cuando apenas hay semillas en ellos. En total, se ha estimado que alrededor del 35% de las semillas dispersadas en los excrementos son finalmente depredadas por las hormigas.

¿Cómo había podido pasar desapercibido este hecho? Una revisión de los trabajos publicados sobre el tema dio la clave. Los 20 estudios realizados hasta el momento se habían centrado sobre todo en ecosistemas tropicales (85%) y casi en su totalidad en especies de árboles, arbustos y lianas (unas 100 especies). Estas especies poseían en su mayoría semillas de gran tamaño depredadas por vertebrados (principalmente roedores).

En unos cuantos casos en que las semillas eran pequeñas se detectó la depredación por hormigas. Sin embargo, nunca se había analizado el problema en pastizales de biomas templados. En ellos el recurso «semillas en excrementos» es abundante y predecible, al menos en verano y en zonas pastoreadas. Consecuentemente, los depredadores de semillas, en este caso hormigas, estaban allí.

Los autores del estudio concluyen que aún existen en la Ecología grandes huecos de conocimiento fruto de la aparente ceguera de los científicos. El trópico atrae a científicos, naturalistas y curiosos de todo el mundo, y en él se han estudiado multitud de procesos que por su espectacularidad merecen incluso atención televisiva. Por el contrario, procesos de igual o mayor magnitud pasan desapercibidos en ecosistemas templados, donde viven la mayoría de los investigadores del planeta.

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Referencia bibliográfica:

Manzano, P.; Azcárate, F.M.; Peco, B. & Malo, J.E. «Are ecologists blind for small things? The missed stories on seed predation on feces outside the tropics». Oikos 119: 1537-1545, 2010.

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