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Hablar el lenguaje de los jóvenes emprendedores
Tres son los ingredientes necesarios para que la innovación fructifique: tecnologia, educación y financiación, acompañados de una adecuada cultura de la innovación, en palabras Yossi Vardi , un inversor israelí famoso por haber invertido en ICQ, empresa de software que fue comprada años más tarde por America Online (AOL), y que sta mañana nos lo contaba en un desayuno organizado en Promomadrid.
De la mejor tecnología andamos realmente bien en nuestros centros tecnológicos y de investigación, con niveles de aplicación industrial mucho más que aceptables. De educación … … aún lejos del concepto de «formación emprendedora» que nos gustaría, aunque todo se andará. De financiación andamos mucho mas escasos ahora, pero se mantiene un buen soporte público para el lanzamiento de las nuevas empresas, y la tendencia de la inversión privada ya sólo puede mejorar, si es cierto que invertir en ladrillo en España no va a volver a proporcionar las rentabilidades del pasado, como nos dicen. Vardi decía que en Israel el punto de inflexión, a principios de los 90, se produjo cuando el Gobierno Israelí fue capaz de atraer unos 40 fondos americanos, en los que el propio Gobierno aportaba el 50%, demostrando que existía un buen «deal flow» (flujo) de proyectos con futuro en su país.
Lo del «deal flow»o de la cultura innovadora ya es otro tema, sobre todo porque se nos escapa de las manos, es un concepto intangible, relacionado con actitudes personales como la aversión a «parecer estúpido» por apostarlo todo a aquella baza en lo que uno realmente cree. Si a muchos más estudiantes se les pidiese transformar sus conceptos en planes de empresa, la mayoría no los pondrían en marcha, pero algunos (los suficientes para multiplicar por mucho ese flujo de proyectos) lo harían en algún momento de su vida. La simplicidad del discurso de Vardi, en el que todo parece posible si se mira con objetividad, no venía a transmitir más que una idea: la clave está en ser constante, conciso y ético, es decir, en hablar el lenguaje de los jóvenes emprendedores.



Efectivamente nos queda mucho.
Pienso que los estudiantes se animarán un poco más cuando vean que los que van por delante de ellos también lo hacen.
Pero no ocurre: Cuántos profesores han dejado sus puestos de funcionario para participar activamente en empresas?.
Eso sí que sería un modelo, ocurre en Israel y en otros paises a los que queremos alcanzar.