Kyneo, ganador del Premio Europeo de la GSA en la Satellite Masters (ESNC) 2015

Crear una red de objetos físicos o cosas incrustados con la electrónica, software y sensores, estableciendo la conectividad para lograr un mayor valor y servicio a través del intercambio de datos de cosas y operadores, es uno de los retos del futuro: el conocido ‘Internet de las cosas’. Kyneo es un exponente de esta corriente. Este proyecto fue elegido con el máximo galardón en el Premio de la GSA en los premios «Satellite Masters» (ESNC) de esta edición 2015, que reconocen a las aplicaciones espaciales de última generación.

Esta start-up con sede en Madrid, incubada en el Parque Científico Leganés Tecnológico de la Universidad Carlos III y que también ha recibido servicios de apoyo al emprendimiento por la Fundación madri+d, desarrolla un pequeño dispositivo electrónico diseñado para permitir una gran variedad de proyectos en los que la ubicación, el movimiento y la orientación de las personas y vehículos sean la clave.

La solución que propone KYNEO es la comercialización de un módulo electrónico miniaturizado diseñado para la programación de código abierto que permite la ejecución de proyectos o soluciones donde hay una necesidad de medir, registrar o compartir de forma inalámbrica el posicionamiento y movimiento de datos a partir de elementos en movimiento, o para permitir la navegación de colaboración entre las cosas y personas.

Este objetivo KYNEO lo logra mediante un receptor EGNSS sensible y sensores de movimiento de alto rendimiento que proporcionan toda la información con respecto a la orientación, altitud, aceleración, giro, posicionamiento y sincronización.

Por último, el sistema de Kyneo permite una transmisión inalámbrica y fiable gracias a un módem de RF de gran alcance, facilitando grupos inalámbricos o para conectar cualquier módulo con dispositivos externos. De ahí, que a partir de esta tecnología, se puedan implementar nuevas soluciones y una utilización temprana de los Sistemas de Navegación Espacial Europea.

¿Aceptamos los nuevos retos?

 

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