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Error número 9 del EBT: a ese no lo puedo ni ver
Vamos a dedicar este post a la ira.
«…negociar bien es el camino más corto entre nosotros y nuestros objetivos. Estamos todo el día negociando. Cualquier cosa que uno desee – dinero, amor, paz, felicidad, alegría, salud – sólo puede obtenerse a través de una buena negociación con otras personas… o en ocasiones con uno mismo. Deberíamos enseñar a negociar a nuestros pequeños… en lugar de dejar que aprendan a trompicones como nosotros lo hicimos.»
Página 20 de «Negocie, disfrute y gane» de Antonio Valls
Parece claro que la habilidad para negociar es quizás la más útil que podemos aprender en nuestra vida, pero si somos emprendedores, esta destreza es vital, es decir, de ella puede depender el futuro de la empresa. Existen dos formas de negociar, la colaborativa y la competitiva, la primera suele ofrecer mejores resultados que la segunda, y además deja abiertas las puertas a futuras colaboraciones, pero para negociar de forma colaborativa es preciso separar las personas del problema, y esto requiere eliminar nuestros prejuicios, labor complicada cuando nadie nos ha enseñado a negociar, ni tampoco es una habilidad a la que hayamos dado mucha importancia a lo largo de nuestra vida.


