La importancia y el valor social de los premios a la innovación
Este mes la Oficina Española de Patentes y Marcas, O. A. (OEPM) ha convocado la IV Edición de los Premios a la Mejor Invención, cuya inscripción permanecerá abierta hasta el 3 de marzo, con el fin de recompensar la dedicación de los inventores, que han empleado sus mejores esfuerzos para llevar a buen puerto sus investigaciones y que han protegido el resultado de las mismas mediante patentes y modelos de utilidad.
Evidentemente, premiar la valía de los inventores y reconocer su ingenio es la razón de ser principal de estos galardones, pero ni mucho menos es la única. Y es que los premios que con tanto esfuerzo e ilusión organiza y concede la OEPM tienen también la finalidad de contribuir al impulso del desarrollo económico, de la innovación y de la competitividad de la sociedad española, a través del fomento del conocimiento y el uso de la Propiedad Industrial.
En definitiva, estos premios ayudan a la consecución de la misión de la organización. Hacen más visible, por un lado, la importancia que tiene para los inventores proteger sus creaciones y, por otro, constituyen un escaparate para los propios investigadores, quienes disponen de un altavoz para dar a conocer sus invenciones. Por tanto, les resulta más sencillo, por ejemplo, encontrar empresas dispuestas a comercializar sus dispositivos; o pueden surgir también oportunidades de trabajo o de colaboración futuras, al ser la celebración de los premios un punto de encuentro entre profesionales del sector de la innovación.
Apoyar, mediante iniciativas como esta, a la comunidad científica de nuestro país es un compromiso que asume la OEPM con convicción, ya que, es a través de la innovación que surgirán las soluciones a los problemas que enfrentamos hoy.
Esta es una tarea que no afronta la OEPM en solitario y son muchas otras las instituciones que fomentan de igual forma el progreso científico. Un buen ejemplo de ello son los Premios Nacionales de Innovación y de Diseño que convoca anualmente el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y que persiguen este mismo fin. Estos galardones premian a aquellas personas o entidades que han hecho de la innovación un elemento indispensable en el desarrollo de su estrategia profesional y de su crecimiento empresarial y también a quienes han contribuido significativamente al incremento del prestigio del diseño español, demostrando que el diseño es una potente palanca de la innovación y la competitividad.
El Ministerio de Industria y Turismo también participa de este tipo de iniciativas con la concesión de los Premios Industria conectada 4.0, que reconocen el esfuerzo y el mérito de las empresas industriales españolas en el ámbito de la digitalización, avalando el prestigio del sector industrial español y contribuyendo a apoyar la ‘Marca España’.
Fuera de las fronteras de nuestro país también se reconoce y se premia el talento de los inventores que protegen sus creaciones. La Oficina Europea de Patentes (EPO, por sus siglas en inglés) organiza con carácter anual el European Inventor Award, que galardona a aquellos inventores capaces de transformar sus ideas en progreso tecnológico, crecimiento económico o en mejoras que hagan nuestro día a día más cómodo y sencillo.
La Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) es otra de las instituciones que cada año premia, a través de los WIPO Global Awards, a aquellos emprendedores, pymes y start-ups que, mediante el empleo de los derechos de Propiedad Intelectual e Industrial (PI), impulsan el desarrollo económico de nuestras sociedades.
La Unión Europea también ha asumido el compromiso de contribuir a fomentar los derechos de PI y convoca anualmente, a través de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (EUIPO, por sus siglas en inglés), los DesignEuropa Awards, para los titulares de Diseños Comunitarios Registrados (RCD) y cuyo plazo de inscripción finaliza, para la presente edición, el próximo 28 de febrero. La ceremonia de entrega de premios tendrá lugar en la ciudad danesa de Copenhague, conocida por su enfoque innovador y vanguardista del diseño.
Todos estos premios, más allá del reconocimiento directo al trabajo de los ganadores y del respaldo económico de los galardones, que, obviamente, es importante, cumplen una función social de gran trascendencia. Por un lado, son un incentivo directo para que los investigadores puedan seguir desarrollando un trabajo que acabará beneficiando al conjunto de la sociedad. Al mismo tiempo, suponen un escaparate para los propios investigadores, pero también para la comunidad científica en general y pueden, por tanto, ser una fuente de inspiración para las nuevas generaciones, que habrán de encontrar a sus referentes para tomar el relevo en el futuro.
En conclusión, los premios a la innovación y a la investigación a los que las Administraciones Públicas y otras instituciones dedican parte de sus recursos son una inversión que tiene un gran retorno en términos de progreso científico y técnico, pero también de desarrollo económico, que redundan en grandes beneficios para el conjunto de la sociedad.