"Antes que de lo oscuro me desgaje, maestro", dije cuando estaba erguido, "sáqueme de mis dudas tu lenguaje. ¿Dónde está el hielo? ¿y como está invertido éste? ¿Y como del véspero a la aurora tan deprisa ha hecho el sol su recorrido?" Y él me dijo: "Tú crees estar ahora de allá del centro, donde yo me asía al gusano que al mundo en él perfora. De allá estuviste mientras yo me hundía; y el punto en que converge todo peso pasaste cuando yo me revolvía; a otro hemisferio tienes ahora acceso opuesto al que a la gran seca depara techo, y en cuyo más alzado teso estuvo el hombre que jamás pecara: tienes los pies en la pequeña esfera que forma la Judea en la otra cara. Allí es tarde y aquí hora mañanera, y el que nos hizo escala de su pelo plantado está como plantado fuera. Por esta parte se cayó del cielo; y las tierras que había de este lado por miedo a el hicieron del mar velo y al hemisferio nuestro se han pasado; y tal vez la que acá se ve elevada, por huir, un vacío aquí ha dejado". |
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