Ciencia y Cultura


 Lucrecio
(Roma)

LA SÓLIDA SIMPLICIDAD DE LOS ÁTOMOS
En fin, si la naturaleza no hubiese fijado ningún término a la
destrucción de las cosas, ya los cuerpos de la materia hasta tal
punto se habrían reducido por la acción devastadora del tiempo
anterior, que nada engendrado por ellos a partir de cierto momento
podría cruzar el límite último de su vida. Pues vemos que cualquier
cosa puede descomponerse más pronto que rehacerse de nuevo;
por tanto, lo que la prolongada duración infinita de los días de todo
el tiempo pasado hubiese destruido hasta ahora, dispersándolo y
disolviéndolo, jamás podría repararse en el tiempo que resta. Pero
ahora sin duda permanece establecido un límite preciso de la
destrucción, porque vemos que todas las cosas se rehacen y que al
mismo tiempo ellas tienen marcadas según su especie períodos
fijos en los que puedan alcanzar la flor de la edad.

A esto se añade que, aunque los elementos de la materia son
absolutamente sólidos, pueden sin embargo explicarse todas las
cosas que son blandas, el aire, el agua, la tierra, los vapores, de
qué modo se producen y qué fuerza gobierna a cada una, porque
existe a la vez el vacío mezclado en las cosas. Pero, por el
contrario, si los elementos primeros de las cosas son blandos, no
podrá darse explicación de cómo es posible que se formen las
duras rocas y el hierro; pues la naturaleza carecerá enteramente del
principio de todo su fundamento. Así pues, son potentes por su
sólida simplicidad los elementos con cuya densa unión todo puede
apretarse más y mostrar poderosas fuerzas.

Además, si no se ha establecido ningún límite a la destrucción de
los cuerpos, es necesario no obstante que desde tiempo eterno
subsistan para toda clase de cosas todavía ahora cuerpos que aún
no hayan sido atacados por ningún peligro. Pero, dado que están
dotados de una naturaleza frágil, no concuerda con ello que haya
podido durar un tiempo eterno sacudidos a través de las edades por
golpes innumerables.

Además, dado que existe el vacío en las cosas creadas, es
necesario que haya a su alrededor materia sólida, y no puede
probarse con razonamiento lógico que alguna cosa oculte vacío en
su cuerpo y lo tenga en su interior, si no admites que es sólido lo
que contiene. Esto a su vez no puede ser nada sino un agregado de
materia, que sea capaz de contener el vacío de las cosas. Así pues,
la materia, que está dotada de cuerpo sólido, puede ser eterna,
mientras que todo lo demás se descompone.
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