William Carlos Williams
(Estados Unidos)
|
EL NACIMIENTO
|
Para 10 de unos cuarenta años Navarra o Navatta, no lo sabía resignada. en la pequeña habitación donde habíamos estado trabajando toda la noche durmiendo con intérvalos de diez o quince minutos su enorme barriga pesada marcada por los latidos de la contracción bajo la piel. No se avanza En aquella época se respiraba una reposada tranquilidad al empezar a rayar el alba en Guinea Hill. ¿Qué pasa, doctor?, No quiere salir Eso al fin me decidió. Me hice con una sábana resistente Ciñéndosela alrededor de la barriga. Cuando los dolores se apoderaron nuevamente de ella la dirección no cambió contra su propia columna no hacia abajo hacia la salida. Empezó a moverse... qué tonto no haber pensado en eso antes. Al final sin que escapara de ella un solo grito más bien como un pequeño animal gimiendo salió la cabeza hasta el cuello. girando mucho tiempo. Pensé en un chiste gracioso sobre una criatura en ese momento de su carrera y me sonreí en silencio bajo la máscara. Soy un feminista. Al poco rato pude extraer los hombros ajustados primero uno, luego otro. ¡Virgen Santa! Cinco kilos y medio. No hay ningún hombre entre nosotros Que haya podido igualar Eso.
|
|
 |
Histórico de poesías |
|
|