Quiero explicarte una cosa: ¿sabes por qué sopla el viento, y alza en blando movimiento recio oleaje en el mar? Madre, también me lo dijo el maestro el otro día; yo la causa no sabía, mas hoy la puedo explicar. El calor, dice el maestro, todos los cuerpos dilata, y el viento que se desata es efecto del calor. El aire, así dilatado, mueve otras capas, y en breve el airecillo más leve es huracán destructor. Calienta el Sol a la Tierra, y el aire en contacto asciende,
porque calentado, tiende constantemente a subir Entonces deja un vacío que otra masa va ocupando, nueva corriente formando, viento que empieza a cundir. Refresca al aire una nube, y comienza su descenso; porque, haciéndose más denso, mal se puede sostener. ¿Comprendes, madre? El vacío llena otra masa al momento, y este mismo movimiento vuelve el aire a conmover. Hay en las altas regiones rudos combates, no en vago, que hacen cundir el estrago, la ruina y desolación. ¡De cuán terribles efectos el viento va acompañado, cuando sopla huracanado o en la forma de ciclón! Mas oye: ese mismo viento arranca lluvia indolente, barre también el ambiente de algún miasma fatal; y purifica la atmósfera, por mil causas corrompida
junto a la muerte, la vida; el bien, a trueque del mal. |
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