Alberto Carpio
(Sevilla, 1983)
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LECCIÓN DE ANATOMÍA
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El hombre amoratado en la camilla con los ojos velados como un pez en la plaza. Las fibras sueltas que el Doctor Tulp levanta indiferente y la piel retirada como si fuera un guante. Mi padre conducía, llegamos hasta Holanda, con sus canales y sus girasoles, el mercado del queso aquel domingo, la lencería azul de la mujer en el escaparate.
Mi padre nos mostraba el Rijksmuseum, daba clases de historia y los originales no enseñaban nada que no estuviese ya en los libros. No se habló de la muerte, nos fuimos a comer. Sólo tenía once años la muerte como Rembrandt era un nombre vacío, mi padre nos habló de los colores, cómo dispuso a cada personaje según su economía.
Qué perseguía Tulp, por qué nos miran, por qué miran el libro y no al cadáver. El profesor no busca la verdad, les enseña la ausencia del misterio. Entiendo que mi padre se callara.
De Los comensales. Ed. Pre-textos, 2012. |
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Histórico de poesías |
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