Si se comprueba que su validez es óptima, podría aplicarse en el Metro y en otras universidades
El confinamiento estricto llevado a cabo durante los peores meses de la pandemia provocada por el nuevo coronavirus ha demostrado ser una medida valiosa para la contención de un patógeno que estaba desbocado. Sin embargo, la manera de cercar al Covid-19 sin un extremo de tanto impacto económico se podría resumir en dos pasos: detectar los casos de manera precoz y aislarlos.
Y en ese primer aspecto, el del diagnóstico temprano, es donde la Comunidad de Madrid trata de evolucionar buscando nuevos caminos. Por ello, el vicepresidente regional, Ignacio Aguado, y el consejero de Universidades, Eduardo Sicilia, presentan hoy un proyecto piloto con el aval del Hospital La Paz mediante el cual se va a testar en la Universidad Autónoma una nueva prueba serológica en saliva desarrollada por un grupo de científicos madrileños, con el objetivo de evaluar la utilidad real de la saliva como fuente diagnóstica.
La aplicación de este test comienza hoy y continuará mañana llegando hasta 260 alumnos de la Facultad de Medicina –con la capacidad de testar a todos los voluntarios mayores de edad, matriculados en el primer curso de Medicina– que habían estado hasta ahora trabajando de forma telemática y que empiezan a interactuar físicamente, repitiéndose cada vez que vuelvan a concurrir a clases presenciales para evaluar la progresión. Además, este test será acompañado por una batería de test accesoria que pretende cubrir todas las alternativas diagnósticas para coronavirus disponibles actualmente (PCR, serología de anticuerpos en sangre o serología de antígenos en saliva).
La superposición de estas pruebas pretende validar en condiciones reales de interacción social dentro de las aulas la hipótesis planteada por estos investigadores madrileños, según la cual la saliva sería el tipo de muestra mejor para un diagnóstico temprano y no invasivo. Dicho planteamiento, inicialmente validado mediante pruebas de laboratorio por este grupo de científicos, ha sido respaldado por la empresa británica Medusa-19, que financiará por completo el proyecto piloto bajo la supervisión de los Comités Éticos del Hospital La Paz y de la Universidad Autónoma.
El nuevo programa, por tanto, pretende poner sobre la mesa todas las alternativas tecnológicas para poder hacer un seguimiento en la población y descargar la presión existente sobre los hospitales en esta segunda ola.
«El test que hemos desarrollado es una prueba no invasiva que funciona en saliva y que reconoce la respuesta inmunológica al contacto con coronavirus en pacientes con sintomatología inespecífica y, en algunos casos, inexistente. El objetivo de este ensayo clínico es llegar a definir el conjunto de pruebas que permitan articular una red de vigilancia epidemiológica para separar potenciales positivos de manera temprana y así descargar el sistema de salud», detalla Pablo Castán, coordinador de Medusa-19. Igualmente confirma que la financiación ascenderá a 50.000 euros, sin coste alguno para la Comunidad, de los que 15.000 euros irán destinados para efectuar las PCR homologadas por un laboratorio externo e independiente y 35.000 más para materiales reactivos y horas de ejecución.
En la elaboración del proyecto participa un equipo multidisciplinar, conformado por Ramón Cantero, profesor asociado de Medicina y Director de la Plataforma de Ingeniería Tisular e Impresión en 3D del Hospital Universitario La Paz, José Miguel Rubio, del Centro Nacional de Microbiología Instituto de Salud Carlos III, Antonio Madejón, del Centro de Investigación Biomédica en Red y Anabel Gil-García, colaboradora del equipo desarrollador del test de saliva.
Según ha podido saber ABC, si la evolución es positiva en la Autónoma y se confirma como una alternativa válida para atajar la evolución del coronavirus en la región, la intención es extender su uso a otras universidades y espacios como el Metro o diferentes entornos laborales reglados.
Venta en farmacias
Recientemente, el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, expresó la pretensión de la Comunidad de utilizar «de manera muy inmediata» las farmacias como una primera red de vigilancia epidemiológica y, por ello, una evaluación positiva de las pruebas de saliva podría colocarlas en estos establecimientos en un corto espacio de tiempo.
En concreto, este test fue desarrollado por los doctores Madejón y Castán, junto a la investigadora Gil-García, en un tiempo récord, aprovechando su experiencia previa en el desarrollo de test moleculares aplicados al diagnóstico de la malaria, la tuberculosis o el virus de la hepatitis C, para plantear una alternativa técnicamente capaz de detectar los niveles de inmunoglobulina (IgM e IgG) de manera ultra sensible, como avanzó ABC a primeros de agosto. Una idea que surgió en un laboratorio del hospital Carlos III y que podría llegar a aplicarse de forma masiva entre los madrileños.
«El hecho de utilizar la saliva es un avance porque estás democratizando una tecnología molecular poniéndola al alcance de cualquiera y ya no tienes que dar un pinchazo para extraer la sangre. Que tú puedas hacer la prueba en tu casa le otorga muchísimo valor y posibilidad de permeabilizar en la población», concluía en la primera toma de contacto realizada por ABC en agosto el Jefe de Sección del Hospital La Paz, Javier García Samaniego, que dirige el grupo de investigación al que pertenece uno de los padres de la tecnología, el citado doctor Madejón.
