Un día como hoy, hace 150 años, Charles Darwin (1809-1882) publicaba «El origen de las especies», posiblemente uno de los títulos con mayor impacto y que ha creado y crea más polémica a lo largo de la Historia. En sus páginas, el naturalista inglés desarrollaba la teoría de la evolución por selección natural. Los 1.250 ejemplares de los que constaba su primera tirada fueron vendidos el primer día. Como ya otros se ocuparán de ello con mayor conocimiento y detalle me pregunto ¿cuál fue la relación de Charles Darwin con el mar?


Además de que en aquel tiempo el medio de transporte era el barco (viaje de cinco años en el HMS Beagle 1831- 1836) lo cual ya supone una íntima relación con los océanos, Darwin realizó una serie de contribuciones a la oceanografía y a la biología marina, algunas de las cuales reseño a continuación. Supongo que se me quedarán muchas cosas por reseñar.

Darwin publicó una explicación de la formación de atolones de coral en el Pacífico Sur (1842) basada en las observaciones hechas durante su viaje de cinco años a bordo del HMS Beagle (1831-1836). Su explicación, que sigue siendo aceptada como básicamente correcta, implica la consideración de que varios tipos de islas tropicales — empezando por las islas volcánicas más elevadas, continuando con los arrecifes de barrera, y terminando con los atolones — representan una secuencia de subsidencia (hundimiento) gradual de lo que comenzó como un cono volcánico oceánico. Darwin razonó que un arrecife de coral desarrollado alrededor de una isla volcánica en el océano tropical, crecerá hacia arriba a medida que la isla se hunde, formando tarde o temprano un gran arrecife coralino, como el representado, por ejemplo, por Bora Bora. Esto ocurre porque la parte externa del banco se mantiene por sí misma próxima al nivel del mar por su crecimiento biótico, mientras la parte interior del banco se rezaga en su crecimiento, dando lugar a una laguna, porque las condiciones en el interior son menos favorables para los corales y las algas calcáreas, responsables de la mayor parte de crecimiento del arrecife. Durante ese proceso, la subsidencia lleva al viejo volcán a encontrarse por debajo del nivel del mar, pero no así a los bancos de coral, que no dejan de crecer mientras la isla se hunde, manteniendo la máxima actividad biológica donde las condiciones le son óptimas, al ras del agua. Al llegar a este punto, la isla que nació como un cono volcánico, se ha convertido en un atolón, una isla coralina de forma anular.”

Alexander Humboldt y Charles Darwin tuvieron admiración mutua por sus trabajos respectivos e intercambiaron correspondencia. “El documento más importante de la relación Darwin-Humboldt posterior al viaje del Beagle es un intercambio epistolar entre ambos establecido en 1839, cuya carta inicial enviada por Darwin se halla perdida. Sin embargo, la extensa carta respuesta de Humboldt (18 de Septiembre de 1839) incluye el párrafo donde Humboldt relata: «He recibido su excelente y admirable libro …. Ud me dice en su amable carta que cuando era joven, la manera en la que yo estudié y describí la naturaleza en las zonas tórridas contribuyeron a su ardiente deseo de viajar a tierras distantes. En consideración a la importancia de su trabajo, señor, esto puede ser máximo éxito que mi humilde obra haya podido alcanzar». Esta misma carta es notable por su detalle al comentar diversos aspectos científicos, discute terremotos, volcanes, glaciares, clima, y las características adaptativas, paleontológicas y geográficas de plantas y animales. Entre estos temas, comentó sobre la corriente fría de Humboldt por la cual Humboldt solicitaba a Darwin datos de los resultados de la expedición del Beagle…. De estos párrafos, lo más notable es lo referente a la especulación correcta acerca del mecanismo de la corriente por surgencia donde relata…..

«Me hubiese gustado hablar con Ud. más acerca de la corriente de agua fría que bordea las costas del Perú, sobre la cual yo me ocupé tantas veces, porque yo creo que modifica el clima de la costa (la temperatura del mar superficial en Noviembre en Callao es 60.2ºF, pero lejos de la corriente fría, la cual se torna hacia el Oeste en cabo Pariña, la temperatura del agua es 82-85ºF). Ud. debe haber visto la carta de corriente de agua del capitán Duperrey quien cree que un río de agua fría fluye desde el Sudoeste y golpea la costa de Chile en latitud 35 a 40ºS, yendo hacia el norte y Sur de los Chonos a lo largo de la costa del Perú. Me gustaría mucho saber si esta visión concuerda con su experiencia y la del capitán Fitzroy. Quizás yo perdí ese pasaje en la parte del «Voyage» donde esta corriente es mencionada. Que el mar siempre sea frío entre las islas Galápagos es notable ya que el archipiélago está al norte de la línea donde cerca del cabo Pariña (cercano a la parte convexa de Sudamérica) la corriente fría cambia su curso hacia el Oeste. Entre las islas rocosas así como sobre los bordes de los bancos uno encuentra algunos riachos de agua fría que provienen de la profundidad del océano. Estas son corrientes ascendientes, al igual que las corrientes descendientes de aire que uno siente al pie de las cordilleras».

“La respuesta de Darwin a esta última nota fechada en Noviembre 1 de 1839 es bastante más sucinta, en cuanto que… a diferencia de Humboldt, Darwin se adscribe esencialmente al cuestionamiento sobre la corriente fría en latitudes tropicales del modo siguiente:

«Las observaciones en las islas Galápagos fueron hechas por una persona muy cuidadosa empleada por el capitán Fitzroy (de su bolsillo) para ponerse a cargo de los cronómetros. Agua fue extraída en un balde pequeño desde cerca de la superficie a las 8, 12 y 20 hr y su temperatura observada con un buen termómetro (escala: Fahn. Noventa y seis observaciones fueron hechas en el período entre el 16 de Septiembre y 20 de Octubre, tiempo en el cual el Beagle estaba fondeado en diferentes bahías abiertas o navegando desde una isla a otra. El promedio de estas observaciones fue 68 F. La temperatura menor observada fue de 58.5 F en la extremidad SW de Abermale [Isabela]. En el lado oeste de esta isla la temperatura fue varias veces 62 y 63 F»….. (Correspondance, II, p.239) (ver apéndice).”

“Cuando finalmente Darwin y Humboldt se conocieron en persona en Londres en la casa del geólogo Sir Roderick Murchinson el 29 de Enero de 1842, es probable que conversaran sobre el tema de las corrientes marinas entre muchos otros. Sin embargo, no hay testimonio sobre este particular disponible.”

En la carta de Humboldt a Darwin, este menciona al final que a pesar de su edad (contaba entonces con 70 años) pretendía iniciar con coraje imprudente una nueva obra que sería una Geografía física del mundo (physische Weltbeschreibung) que llegó a publicarse a partir de 1845 como una síntesis de la visión humboldtiana de la Geografía como a un todo harmónico en una serie enciclopédica que se llamó COSMOS (1845-62), dónde hizo amplio uso de las obras de Darwin (7 referencias mayores en la edición inglesa de 1850) en especial en sus notas geológicas.”

«Observaciones sobre aspectos tan nuevos en esa época tal como fue la abundancia de vida en los bosques sumergidos de algas tales como el huiro (Macrocystis sp.) se basaron en Darwin:

Cosmos[309-10];» A pesar que la superficie del océano es menos rica en formas vivientes que los continentes, no es improbable que, al investigar más en sus profundidades, su interior pueda ser encontrado poseer una mayor riqueza de vida orgánica que cualquier otra porción de nuestro planeta. Charles Darwin, en la agradable narrativa de sus extensos viajes, nota justamente que nuestros bosques no contienen tantos animales como las regiones boscosas bajas del océano, donde las algas, enraizadas al fondo de los bajíos y los variados tipos de fuci, desprendidos por la fuerza de las olas y corrientes y nadando libres, se desprenden de su follaje delicado alzado por células aéreas.» (Darwin, 1842).

Les recomiendo que lean el interesantísimo artículo (Humboldt y Darwin escrito por Luis Chirino y David Yudilevich L.) de donde he sacado estos parráfos. Pueden acceder pinchando aquí.

La importancia del «Origen de las especies» en la biología moderna ha eclipsado el resto de la obra de Darwin, y no por eso es menos importante o extensa entre ellas podemos citar obras sobre temas marinos como  en 1851 un primer volumen de «Monografía sobre los Cirrípedos» y en 1852 un segundo volumen sobre los cirrípedos. Los cirrípedos son los balanos, esos pequeños crustáceos que con forma de volcanes están incrustados en las rocas y muchas veces hace difícil caminar sobre ellas.

“En la actualidad, y con motivo del «año Darwin» -también se celebra el bicentenario de su nacimiento-, ha llegado a las librerías una nueva versión de «El origen de las especies». Publicada por Alianza Editorial, corresponde a la sexta y definitiva edición en inglés de la obra clave de Darwin, y está prologada por el biólogo de origen español Francisco J. Ayala, uno de los mayores expertos mundiales en la evolución. Además de publicaciones, la fecha se celebra con distintos actos a lo ancho de la geografía española. El Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) celebrará hoy una lectura continuada en la que participarán destacados científicos e historiadores, así como el público en general.”

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Un comentario

  1. Pienso exactamente la misma cosa, que en las profundidades del oceano hay mayor riqueza que en la superficie, mayor riqueza de vida orgánica y pienso que existen mucho más secretos abajo que que nuestra vã filosofia pueda explicar.

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