La contaminación lumínica, enemigo para la vida marina
Cada noche, cuando cae el sol, la oscuridad no llega al mar. En su lugar, aparece una claridad artificial que ya forma parte del paisaje costero moderno. Farolas, hoteles, puertos, plataformas petrolíferas e, incluso, barcos pesqueros lanzan haces de luz que inundan la superficie y penetran bajo el agua, hasta 20 metros de profundidad en algunos casos. No es visible como el plástico ni se derrama como el petróleo, pero tiene consecuencias igual de disruptivas. La contaminación lumínica marina, un…