El apasionante mundo de las anguilas

Las anguilas son peces catádromos que son aquellos que viven en sistemas fluviales de agua dulce tales como los ríos, pero se aparean agua salada, tales como el mar y el océano.

«De los huevos de anguila salen pequeñas larvas llamadas leptocéfalos, que se dejan arrastrar por las corrientes marinas a grandes distancias. Al acercarse a las costas de Norteamérica -al cabo de un año- o a las europeas -al cabo de, por lo menos, tres años-, se transforman en angulas, que penetran a millares en los ríos y nadan corriente arriba para establecerse en el curso alto, donde continúan creciendo. Cuando la anguila tiene ya catorce o quince años, cambia su coloración, para convertirse en una «anguila plateada» y emprender el largo viaje de regreso al mar de los Sargazos, sitio en que, finalmente se reproduce y muere.»

«Desde los tiempos más antiguos llamó la atención el hecho de que en las aguas dulces de Europa hubiera anguilas adultas. Aristóteles, en su Historia de los Animales. Libro VI.570ª,  no pasó por alto el hecho de que jamás se había podido encontrar ejemplar alguno de anguila que diera muestras de poseer o haber poseído huevas en su interior:

«Las anguilas ni son fruto de apareamiento ni son ovíparas, y nunca jamás ha sido capturada ninguna provista de líquido seminal ni de huevos y, abiertas por la mitad, no presentan por dentro ni conductos seminales ni uterinos. De todos los animales sanguinos, ésta es la única especie que no procede ni de apareamiento ni de huevos. Es evidente que ello ocurre así, pues en ciertas lagunas de marismas, después de haber sido vaciada fuera toda el agua y todo el fango extraído, vuelven a salir cuando llega agua de lluvia… Algunos son de la opinión de que las anguilas procrean… pero esto no es cierto, sino que nacen de las llamadas «entrañas de la tierra», animalillos que se forman por generación espontánea en el fango en la tierra húmeda… Las referidas «vísceras de la tierra» se forman también en el mar, en sitios donde haya algas y en las orillas de los ríos y lagunas, pues es ahí donde, al ser fuerte el calor concentrado, provoca descomposición de muchas materias.»

“Más adelante, en algunos países del norte de Europa, el Mediterráneo y la costa este de Norteamérica, se observó que en ciertas épocas del año llegaban a los estuarios de los ríos pequeñas larvas de anguila -las angulas, que nadaban río arriba hasta llegar a las aguas dulces del interior, donde seguían creciendo pero sin reproducirse nunca. En otras épocas. En otras épocas, anguilas más grandes, con la piel plateada y los ojos mucho mayores, bajaban hasta las aguas de los estuarios. Pero todos estos datos no aportaban ninguna luz sobre el enigma principal: dónde se reproducían las anguilas adultas.”

“Hubo que esperar hasta las primeras décadas del siglo XIX para que el misterio quedara resuelto, gracias al oceanógrafo danés Johannes Schmidt (1877-1933). A finales del siglo pasado quedó demostrado que los leptocéfalos, unos pececillos alargados con forma de hoja que se pescaban con cierta frecuencia en aguas del Atlántico no pertenecían a una nueva especie de pez. Aunque su aspecto era bastante diferente del de las angulas, se demostró que se trataba de otra forma de larva de anguila. Pero ¿de dónde habían salido? A partir de 1904, Schmidt siguió la pista de estas criaturas transparentes que nadan entre el plancton, iniciando su investigación en las islas Feroe, al norte de Escocia. No tardó en descubrir que cuanto más se desplazaba hacia el sur y hacia el oeste, más leptocéfalos encontraba, y más pequeños eran éstos. Parecía que se iba aproximando al lugar donde habían nacido. Y por fin se descubrió el lugar donde se reproducen las anguilas: en el mar de los Sargazos, a profundidades de 300 a 600 m, bajo el dosel protector de la masa de algas. Para reproducirse en esta zona, las anguilas tienen que realizar una larguísima migración en dos direcciones. Las larvas que salen de los huevos se dejan arrastrar por las corrientes marinas, bien hacia la costa este de Norteamérica, bien hacia Europa, siguiendo al corriente del Golfo, en una migración que dura varios años. Después de haber crecido en aguas dulces, cuando ya tienen unos 10 años de edad, las anguilas adultas regresan al mar y emprenden de nuevo el largo viaje, para reproducirse y morir en el mar de los Sargazos. Todavía queda un misterio por resolver en el ciclo vital de la anguila. Algunos científicos, si bien aceptan la evidencia de la migración inversa de las anguilas adultas europeas. Según ellos, son las anguilas norteamericanas, que tienen que realizar un viaje mucho más corto, las que engendran todas las larvas, incluyendo las que llegan a Europa.”

¿Cómo son capaces las larvas leptocéfalas de emprender el camino de ida hacia los ríos que vieron crecer a sus padres, sin equivocarse?«

«Otro asunto espinoso es la dificultad de encontrar anguilas adultas en las costas europeas, emprendiendo su camino de vuelta. ¿Por qué razón es tan difícil capturar anguilas adultas en el mar? En toda la historia, sólo han podido documentarse cuatro o cinco capturas, siempre muy cerca de la costa. ¿Dónde están todas estas anguilas? Se supone que llevan una vida pelágica muy profunda, de modo que nada pueda molestarles en su camino de vuelta hacia los Sargazos.»

¿Sabemos más de Marte que de las simpáticas anguilas? Aunque hay más de 6500 publicaciones sobre su ciclo de vida, grandes partes del mismo siguen siendo una incógnita.

Esta dificultad en conseguir cerrar su ciclo de vida hace que su cultivo sea prácticamente imposible. Los «cultivos» de anguila consisten en engordar  juveniles de esta especie. Teniendo en cuenta el precio de las angulas, pocos comienzan el engorde en esa fase.

Vean leptocéfalos en acción en este video…

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=eYphdv58ZA8[/youtube]

Párrafos tomados del artículo El escurridizo asunto de las anguilas por Owen S. Wagensteen

 

 

 

 

 

Compartir:

Un comentario

  1. No sabia que se podía comprar así como asi y encontré esta pagina anguilasroset.com donde venden y ademas las crian aquí…. en el delta de l’ebre. Genial!

Deja un comentario