La idea es fascinante: si se necesitara solo un átomo o pequeña molécula para toda una unidad de datos (un cero o un uno, en el caso de la tecnología digital binaria), se podrían almacenar cantidades masivas de datos en la cantidad más pequeña de espacio.
Esto es teóricamente posible, dado que ciertos átomos pueden ser magnetizados en solo una de dos posibles direcciones: 'espín arriba' o 'espín abajo'. La información podría ser entonces almacenada y leída en función de la secuencia de las direcciones de magnetización de las moléculas.
Sin embargo, aún hay que superar varios obstáculos antes de que el almacenamiento de datos mediante moléculas magnéticas individuales se haga realidad. Hallar moléculas que puedan almacenar información magnética de forma permanente y no solo fugazmente, es un reto, y es incluso más difícil disponer estas moléculas sobre una superficie sólida para construir dispositivos de almacenamiento de información. Buscando una vía que permita resolver este último problema, el equipo internacional de Christophe Copéret, del Instituto Federal Suizo de Tecnología en Zúrich (también conocido como Escuela Politécnica Federal de Zúrich), ha creado un nuevo método que ofrece numerosas ventajas sobre otros.
Copéret y sus colegas han desarrollado una molécula con un átomo de disprosio en su centro. El disprosio es un metal que pertenece al grupo de los elementos llamados tierras raras. Este átomo está rodeado por un andamio molecular que actúa como vehículo. Los científicos han ideado asimismo un método para depositar tales moléculas sobre la superficie de nanopartículas de sílice y fijarlas allí a 400 grados centígrados mediante un procedimiento específico para ello. La estructura molecular utilizada como vehículo desaparece en el proceso, dejando a las nanopartículas con átomos de disprosio dispersas adecuadamente sobre su superficie. Copéret y sus colegas han mostrado que se puede magnetizar a estos átomos y que mantienen su información magnética.
El proceso de magnetización actualmente solo funciona a alrededor de 270 grados centígrados bajo cero (cerca del Cero Absoluto), y la magnetización solo se puede mantener durante un minuto y medio. Los investigadores están por tanto buscando métodos que permitan que la magnetización quede estabilizada a mayores temperaturas y durante periodos de tiempo más largos. También están buscando formas de fijar átomos con una superficie plana en vez de hacerlo con nanopartículas.