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Autor
Esperanza Marcos Martínez (Catedrática URJC y coordinadora del Grado en Ingeniería de Servicios)

Humanidades, complemento clave de la formación en tecnología

La disrupción digital en las empresas y la globalización, son factores que están revolucionando el mundo de la empresa. En este nuevo contexto, se requiere un perfil profesional diferente al que venimos formando las universidades, tradicionalmente orientado a dar respuesta a las necesidades de una sociedad industrial. Vivimos en una sociedad de los servicios que demanda perfiles profesionales multidisciplinares, en los que el Ingeniero combine conocimientos de humanidades, con conocimientos técnicos, entre otros.
Tradicionalmente, las organizaciones han hecho uso de la tecnología, principalmente, para dar soporte a sus procesos de gestión. Sin embargo, la disrupción tecnológica está revolucionando el mundo de la empresa, permitiendo ofertar productos y servicios más innovadores, on-line y on-time. No cabe duda, por tanto, que la demanda de profesionales con conocimientos en tecnología aumenta día a día. Es por ello que, cada vez más, se introducen contenidos en tecnología en los programas de grado y de master; incluso ya en la escuela primaria se están incorporando contenidos de programación. Todo ello, por supuesto, en detrimento de otro tipo de contenidos con corte más humanístico y social.

Sin embargo, y en contra de lo que podría pensarse, la mayor parte de los fallos en los proyectos de ingeniería no proceden de una pobre formación en tecnología, y así lo señalan instituciones reconocidas en la formación de perfiles técnicos como el Massachusetts Institute of Technology (MIT), o empresas líderes en el sector, como IBM. Tal como señala Ana Torres en su artículo, ¿Y si las humanidades sirvieran para innovar?, "muchos de los proyectos de ingeniería fallan porque no tienen en cuenta lo suficiente el contexto cultural. Por eso, los alumnos del MIT están obligados a dedicar el 25% de sus horas de clase a asignaturas como literatura, idiomas, economía, música o historia".

Y, ¿PARA QUÉ LAS HUMANIDADES?

Destacamos dos motivos que hacen necesario un perfil profesional que combine conocimientos técnicos, con conocimientos de humanidades. Por una parte, no podemos olvidar que vivimos en un mundo globalizado, en el que las empresas dirigen su oferta a clientes de diferentes nacionalidades, con diferentes idiomas y diferentes culturas. Conocer al cliente potencial es sin duda crucial a la hora de que un producto o servicio tenga aceptación en el mercado. Así, por ejemplo, podemos pensar qué porqué un servicio como WhatsApp destaca por encima de otros similares, ¿es tan sólo el factor tecnológico?

Los perfiles profesionales, lejos de ser especializados, deben de ser abiertos y transversales. Para ello, una formación multidisciplinar que incluya humanidades a la vez que tecnología es fundamental

Además del factor cliente y del impacto social que pueda tener un determinado producto o servicio, existe otro factor importante que hace necesaria la combinación de conocimientos multidisciplinares en un solo perfil profesional, y es el creciente proceso de servitización al que se está sometiendo la industria 4.0. Cada vez más, las empresas ofertan servicios en lugar de, o ligados a, productos. Un ejemplo claro de esta tendencia lo podemos ver en la industria del automóvil, donde cada vez más se tiende a ofertar servicios como el leasing o el renting. Los móviles son otro ejemplo en el que el producto se queda relegado y los consumidores piensan más en los servicios que pueden obtener a través del dispositivo físico (WhatsApp, correo electrónico, etc.). Y, en el diseño y construcción de estos servicios, se hace necesario un perfil diferente al del clásico ingeniero industrial, característico de la industria 2.0; el Ingeniero de Servicios.

INGENIERO DE SERVICIOS: UN NUEVO PERFIL MULTIDISCIPLINAR

Al igual que en la etapa industrial el ingeniero se ocupaba de diseñar y construir productos, o participaba en la dirección de fábricas, en la sociedad de los servicios, en la que vivimos, el Ingeniero de Servicios es el responsable de realizar las mismas tareas, pero en empresas de servicios. La diferencia clave respecto a la formación de este nuevo tipo de ingeniero estriba en que la creación de un servicio requiere de conocimientos multidisciplinares.

Nube

Pensemos, por ejemplo, en el servicio de venta de libros de Amazon. Se trata de un servicio que supone innovación (en su creación); tecnología (para ponerlo a disposición de los consumidores); que necesita conocimientos de empresa (para conseguir rentabilidad); especialización en el sector editorial y también en otros como distribución o almacenamiento, además de capacidad para identificar las necesidades del cliente (estudios psicológicos, sociológicos, de márketing), etcétera. Y, para todo ello, es necesario contar con equipos multidisciplinares y multiculturales.

Por ello, el Ingeniero de Servicios, responsable de la creación de este tipo de servicios, tiene necesariamente que tener un perfil multidisciplinar capaz de comunicarse con tecnólogos, personas de empresa, experto en marketing, etc. y deberá poseer la cultura suficiente para poder moverse en diferentes culturas.

En este contexto, la formación debe incluir, por supuesto, contenidos tecnológicos y de empresa, complementados con fundamentos de humanidades y ciencias sociales. Existen muchas universidades a nivel internacional que están ofertando grados y másteres que aúnan ya este tipo de conocimientos. En España, la URJC ha sido pionera y por tercer año oferta un grado de estas características, Grado en Ingeniería de Servicios, que se puede cursar tanto en modalidad presencial, como en modalidad a distancia. La universidad, y muy especialmente la universidad pública, no debe olvidar que tiene una finalidad de servicio público y que, por tanto, debe de adaptarse a los cambios y proporcionar la formación que las empresas y organizaciones reclaman. La sociedad ha evolucionado desde la etapa industrial, hasta lo que podemos denominar la sociedad de los servicios. En este contexto, los perfiles profesionales, lejos de ser especializados, deben de ser abiertos y transversales. Para ello, una formación multidisciplinar que incluya humanidades a la vez que tecnología es fundamental.

La formación de tecnólogos sin fundamentos humanos y sociales, dará lugar a profesionales muy mecanizados, incapaces de liderar los procesos de innovación que requiere la empresa actual. Formemos mejor líderes y emprendedores.

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