Joaquín Guinea López, Dr. Ingeniero de Montes. Director General de la empresa Innovatec. Miembro de la Sociedad Micológica de Madrid
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Joaquín Guinea López, Dr. Ingeniero de Montes. Director General de la empresa Innovatec. Miembro de la Sociedad Micológica de Madrid

El papel de los investigadores independientes (ciencia ciudadana) en el avance de la Micología en España

La micología es la ciencia que se dedica al estudio de los hongos. Lo que vemos en el campo son las setas, que son los fructificaciones de los hongos.

Una comparación muy útil es la de los árboles y sus frutos. El árbol sería el hongo en sí (el micelio) y los frutos las setas. El micelio con el tiempo puede llegar a ocupar grandes extensiones y cuando las condiciones son favorables (normalmente épocas lluviosas y húmedas con temperaturas moderadas) se desarrollan las setas. La función principal de las setas es producir y dispersar las esporas, y para ello su estructura ha evolucionado tomando diversas formas, a veces muy llamativas.

Diversos macrohongos fotografiados en la Sierra de Guadarrama y en Tres Cantos (Madrid)

Hasta mediados del siglo pasado, la micología fue considerada como una rama de la botánica, pero estudios posteriores demostraron que los hongos se hayan evolutivamente más cercanos a los animales que a las plantas, constituyéndose un reino aparte: Fungi. Se han descrito en el mundo unas 120.000 especies de hongos, de las cuales aproximadamente cerca de 60.000[i] son macrohongos, hongos cuyos cuerpos fructíferos (setas) se pueden ver a simple vista, pero estimaciones recientes sugieren que la cifra global de especies pudiera estar entre 2,2 y 3,8 millones de especies[ii], con lo que queda claro el gran reto que implica su identificación. En la Península Ibérica en 2002 se reportaron un total de 9.867 especies diferentes de hongos[iii], de los que aproximadamente unos 6.000 se pueden considerar macrohongos. En claro contraste con otros grupos taxonómicos mejor estudiados (mamíferos, aves, plantas, etc.), cada año se siguen descubriendo nuevas especies de macrohongos en España, a un ritmo de unas 5-15 por año[iv].

Los hongos juegan un papel fundamental en el funcionamiento de la mayoría de los ecosistemas terrestres, ya que la mayoría de las especies de hongos se nutren descomponiendo materia orgánica, enriqueciendo el suelo e incorporando nutrientes a la cadena trófica. También son una fuente de alimento natural muy apreciada desde un punto de vista gastronómico (aunque a veces pueden producir graves intoxicaciones) y fomentan el ecoturismo favoreciendo el desarrollo rural, pero la excesiva presión recolectora que sufren determinadas especies, los efectos negativos de la contaminación, los cambios climáticos y otras desafortunadas intervenciones humanas, están alterando las comunidades fúngicas y posibilitando a la desaparición de especies en nuestro país.


Los hongos juegan un papel fundamental en el funcionamiento de la mayoría de los ecosistemas terrestres, ya que la mayoría se nutren descomponiendo materia orgánica, enriqueciendo el suelo e incorporando nutrientes a la cadena trófica.

En la tarea de conocer mejor los hongos españoles se hayan embarcados tanto investigadores que trabajan en Universidades y Centros Públicos de Investigación (CPI) como investigadores independientes que desarrollan estos trabajos de investigación mayoritariamente por afición o hobby. En muchos casos estas investigaciones se realizan de forma conjunta por parte de estos dos colectivos, propiciado muy posiblemente porque tanto los investigadores que trabajan en Universidades y CPIs, como los que lo hacen por afición, suelen ser miembros de las más de 200 Sociedades/Asociaciones micológicas que hay repartidas por toda España y que desempeñan un papel relevante en la realización de estos estudios y su publicación en revistas científicas.

Recientemente se ha acuñado el término de "ciencia ciudadana" (citizen science en inglés) para indicar la participación del público en general en actividades de investigación científica en las que los ciudadanos contribuyen activamente, ya sea con su esfuerzo intelectual o con el conocimiento de su entorno o aportando sus propias herramientas y recursos[v]. Aunque este término de "ciencia ciudadana" es relativamente nuevo, grandes investigadores de épocas pasadas como Darwin, Mendel, Faraday o Edison fueron investigadores independientes que desarrollaron su carrera científica en paralelo con el desarrollo de otra actividad profesional remunerada, aunque raras veces se indique. En el siglo XX la actividad de investigación en prácticamente todas las áreas científicas que tienen que ver con la naturaleza se desarrolló fundamentalmente en las Universidades y CPIs, pero con la llegada de las nuevas tecnologías, que han posibilitado el fácil acceso a la información científica (hasta hace muy poco sólo accesible para profesionales), la disponibilidad de una gran cantidad de datos de todo tipo (de biodiversidad y medio ambiente, geográficos, meteorológicos, etc.) disponibles gratuitamente a través de Internet, y también facilitando la colaboración entre investigadores, ha vuelto a resurgir la participación ciudadana en actividades de investigación científica, especialmente en las áreas de investigación relacionadas con la biodiversidad en aspectos donde no es necesario un aparataje o una infraestructura muy costosa. Desde otro punto de vista esta actividad de ciencia ciudadana se ha potenciado como consecuencia de una edad de jubilación que permite varios años con un nivel de actividad productiva más que aceptable, y que ha atraído a un buen número de recién jubilados interesados en la investigación científica pero que no disponían del tiempo suficiente durante su vida laboral anterior.

Volviendo al tema de la micología, en España ha habido de siempre grandes micólogos que han realizado sus tareas de investigación por afición o hobby. De los que ya no nos acompañan podemos señalar a Joaquim Codina i Vinyes (1868-1934), médico en La Cellera de Ter (Girona), que publicó entre 1908 y 1933 diversos trabajos en micología, incluyendo el artículo "Introducció a l'estudi dels macromicets a Catalunya" en 1930. Roberto Lotina Benguria (1912-1997), farmacéutico en Vizcaya y autor de numerosas publicaciones científicas y divulgativas. Álvaro Zugaza (1911-2001), directivo de una empresa farmacéutica, primer presidente y fundador de la Sociedad Micológica de Madrid (cuyo primer nombre fue de Sociedad Micológica Castellana) en 1975 y autor de varias publicaciones micológicas. August Rocabruna (1922-2014), dedicado a tareas comerciales a nivel profesional y gran impulsor de la Sociedad Micológica Catalana, siendo autor de más de 50 publicaciones científicas y de varios libros y guías divulgativas. Esta lista que no es en absoluto exhaustiva, sirve para reconocer el gran aporte realizado por investigadores independientes a la micología en España, en una época donde no era en absoluto fácil el desarrollar estos trabajos.

Actualmente y en base a un pequeño análisis bibliográfico realizado[vi], observamos que en esta última década (2007-2016) se han publicado aproximadamente unos 450 artículos de investigación con la participación de unos 350 investigadores independientes con residencia en España. Esta cifra se puede comparar con los aproximadamente 150 investigadores de Universidades y CPIs, que publicaron un número similar de artículos en esos mismos 10 años. También es significativo que en aproximadamente un 50% de los artículos en los que participan investigadores independientes exista también participación (coautoría) de investigadores de Universidades y CPIs, lo cual indica claramente la importante colaboración entre ambos estamentos de investigadores, como se indicaba anteriormente. Señalar también que el número de nuevas especies reportado por investigadores residentes en España es bastante parecido tanto para investigadores independientes, como para aquellos que desarrollan su actividad en organismos públicos (unas 3-7 nuevas especies al año, algunas de ellas descubiertas de forma conjunta).

Entre los investigadores independientes españoles actuales, teniendo en cuenta el número de publicaciones en las que participan y el número de especies nuevas descubiertas, se pueden destacar (ordenados por orden alfabético) a los siguientes micólogos: Pablo Alvarado (Cantabria), Pedro Arillaga (Guipúzcoa), Manuel Becerra (Cádiz), Jaime Blanco-Dios (Pontevedra), Juan Carlos Campos Casabón (Madrid), Pablo Pérez Daniëls (Córdoba), Roberto Fernández Sasia (Vizcaya), Celestino Gelpi (Cáceres), Rafael Mahiques (Valencia), Demetrio Merino Alcántara (Almería), Miquel Pérez-De-Gregorio (Gerona), Miguel Ángel Ribes Ripoll (Madrid), Enrique Rubio Domínguez (Asturias) y un larguísimo etcétera. Los artículos publicados tratan sobre diferentes materias siendo las más frecuentes las relativas a la descripción de nuevas localizaciones (citas) de especies, la distribución y fenología de especies en áreas geográficas y/o ecosistemas concretos, las revisiones sobre determinados grupos taxonómicos, la descripción de nuevas especies, etc.

También es importante señalar que, en bastantes casos, los resultados de estas investigaciones han sido la base para publicar monografías sobre grupos taxonómicos específicos y guías regionales y locales de biodiversidad fúngica. El número total de estas guías, monografías, etc., disponibles en librerías especializados y en las que han participados investigadores independientes es de más de 40[vii]. A título de ejemplo, una muy breve representación de estas publicaciones se indica a continuación: Biodiversidad Fúngica del Parque Natural de Somiedo [autores: E. Rubio, M. Miranda, J. Linde y J. A Sánchez], El Género Russula en la Península Ibérica [autor: C. Monedero], Cortinarius Ibero-insulares 1, 2, 3 y 4 [autor: Grupo Íbero-Insular de Cortinariólogos; entre sus miembros se encuentran R. Mahiques, J.C. Campos Casabón y M. À. Pérez-De-Gregorio], Las setas en nuestro ambiente. 500 especies de la micoflora cantábrica [autores: R. Fernández Sasia y Soc. Micol. Aretza de Muskiz].

Un caso a destacar es el del veterinario de Aranda de Duero (Burgos), Luis Alberto Parra considerado posiblemente como la máxima autoridad mundial en el género Agaricus (género que incluye el champiñón, Agaricus bisporus que se cultiva), y que además de publicar en revistas internacionales ha publicado recientemente y como autor único dos monografías (de 823 y 1168 págs. cada una, publicadas por la editorial Candusso) sobre este género en Europa. Otro caso muy diferente, pero también de gran significación es el del micólogo Luis Miguel García Bona (Navarra) que lleva más de 40 años recopilando datos sobre distribución y ecología de macrohongos en Navarra (además de guías de identificación, etc.), que han sido publicados en diversos artículos y documentos. Recientemente se han puesto todos estos datos a disposición del público en general y de la comunidad científica, a través de la página web de la Soc. de Ciencias Naturales Gorosti, que actualmente preside.

Además, se estima que al menos otros 500 micólogos independientes en España[viii], disponen de conocimientos suficientes para identificar macrohongos, aunque para especies con cierta dificultad, en algunos casos necesiten el apoyo de micólogos más experimentados para su correcta identificación. Cumpliendo con los criterios de calidad necesarios, estos datos pueden servir para aumentar los datos oficiales sobre biodiversidad fúngica en España que llevan sin actualizarse desde 2006[ix] y mejorar el conocimiento de la biodiversidad de hongos en España, que podrán ser estudiados ahora o en el futuro para aportarnos información valiosa para la conservación de la naturaleza, diseñar políticas de recolección sostenible, fomentar el turismo ecológico, etc.

Para finalizar, indicar que el futuro se ve con optimismo en base al impresionante avance de las nuevas tecnologías y también al interés creciente que despierta la micología en España por motivos tanto ligados a un deseo de mejorar la conservación de nuestra biodiversidad, como por un mayor interés de la sociedad en aspectos culturales y recreativos ligados a nuestra naturaleza, incluyendo por supuesto los temas gastronómicos. Si como ya se está haciendo en otros países europeos (Reino Unido, Alemania, Austria, etc.), la Administración Pública (nacional, regional y local) valora y reconoce adecuadamente los resultados de interés general y los avances en el conocimiento que ya se están obteniendo sin coste alguno para el erario público, y por otra parte facilita y apoya su desarrollo por medio de programas específicos que faciliten y motiven su realización, el futuro se prevé incluso mejor y estaremos ante una época dorada de esta relativamente novedosa e increíblemente interesante actividad en España.

 

[i] Mueller, G. M.; Schmit, J.P.; Leacock, P.R.; Buyck, B.; Cifuentes, J.; Desjardin, D.E.; Lodge, D.J. (2007). Global diversity and distribution of macrofungi. Biodiversity and conservation, 16(1), 37-48.

[ii] Hawksworth, D.L.; Lücking, R. (2017). Fungal Diversity Revisited: 2.2 to 3.8 Million Species. Microbiol. Spectrum. 5 (4).

[iii] Tellería, M. T. (2002). Riqueza fúngica de la Península Ibérica e Islas Baleares: El proyecto "Flora Micológica Ibérica". La diversidad biológica de España. Madrid: Prentice Hall, 153-160.

[iv] Estimación personal en base a un análisis de las nuevas especies de macrohongos reportadas para los años 2000-2014 en la edición de 2016 de Catalogue of Life, en la que se ha realizado una búsqueda selectiva de investigadores españoles. Ver también: Heykoop, M.; Llarandi, E.; Moreno, G. (2003). Current state and future prospects of Spanish mycobiota knowledge. Rec. Res. Dev. Mycol, 1, 45-72.

[v] Serrano, F.; et al. (2017). Informe del Observatorio de la Ciencia Ciudadana en España [link].

[vi]Esta estimación se ha realizado en base al análisis de las recopilaciones de publicaciones en micología por parte de autores españoles y portugueses realizada por A. R. Burgaz desde 2002 hasta 2016 y publicados anualmente con el título "Bibliografía Botánica Ibérica" en la revista Botánica Complutensis.

[vii]Otros muchos libros y guías sobre micología escritos por investigadores independientes españoles se pueden encontrar en librerías especializadas como Casa Ubieto, o más generales como Casa del Libro.

[viii] En la página web www.biodiversidadvirtual.org (el portal más utilizado actualmente en España por micólogos) se pueden consultar actualmente (Enero-2018) unas 80.000 fotografías de macrohongos españoles, recopilados fundamentalmente en los últimos 10 años, enviadas/clasificadas por un número estimado de unas 1.000 personas. Existen también otros portales (Natusfera, MushroomObserver, navarra.observation.org, etc.), donde también hay datos sobre la distribución de macrohongos en España, pero no se ha realizado el análisis de sus datos.

[ix] Pando, F.; Dueñas, M.; Lado, C.; Telleria, M.T. (2016). The Flora Mycologica Iberica Project fungi occurrence dataset. MycoKeys 15: 59–72.

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