Relato de un artículo científico, contado por él mismo

David Barrado y Navascués

¿Mi historia? Mi gestación es larga, compleja a veces. Tal vez no sea especial, tal vez es la  historia de los demás  artículos científicos. Pero es la mía, y me gustaría contarla.

Todo surgió con el descubrimiento de las primeras estrellas y enanas marrones de tipo  espectral L a partir del cartografiado de todo el cielo en longitudes de onda infrarrojas por el  proyecto 2MASS (también parcialmente por DENIS). Yo hablo de ellas, de algunas de las  más importantes. Todas están dominadas por varias características espectrales peculiares,  entre las que domina una gigantesca línea de potasio, debido a que los objetos de este tipo  son aún más fríos que las estrellas M. La primera clasificación coherente fue propuesta por  Davy Kirkpatrick, de Caltech (EEUU), en 1997, y por Eduardo Martín, un español que  entonces trabajaba en Berkeley,  EEUU (ahora en el Instituto Astrofísico de Canarias).

Inmediatamente, Chris Tinney, un investigador del Anglo-Australian Observatory, basándose  en modelos teóricos del grupo de Arizona liderado por Adam Burrows y Mark Marley,  propuso la posibilidad de que existiese variabilidad en las atmósferas de los objetos de tipo L,  debido inhomogeneidades.  Éstas serían análogas a las nubes en la Tierra.   En 1998, David  Barrado y Navascués (entonces en el Max-Plank Institut fur Astronomie, en   Alemania y actualmente el en Laboratorio de Astrofísica Espacial y Física Fundamental,   LAEFF-INTA, en Madrid) y John Stauffer (Caltech, EEUU) solicitaron tiempo de  observación con Keck con objeto de detectar dicha variabilidad utilizando espectroscopia  óptica de baja y media resolución. Ya que ninguno de los dos era miembro  de una  universidad californiana o hawaiana, que tienen acceso más sencillo, solicitaron tiempo de  NASA (que dispone de un par de semanas cada semestre). El programa no fue aceptado. Lo  reintentaron al año siguiente, pero nuevamente se encontraron con un rechazo. La idea era  sugerente, respondió el comité de asignación de tiempo (CAT), pero era una programa de  riesgo (pocas posibilidades de encontrar variabilidad) y el tiempo disponible para todos los  programas muy escaso. También lo intentaron con los Very Large Telescope del European  Southern Observatory, pero tampoco aquí les sonrió la fortuna (o el CAT).  En diciembre del 2004, John,  David y Davy Kirpatrick se encontraban observando en  Hawaii, con Keck, en un programa distinto. Entre otras cuestiones,  decidieron reactivar el  proyecto. Unos meses más tarde, en febrero del 2005,  David pasó dos semanas trabajando  con John en Caltech (la mayor parte del los viajes de David a EEUU los paga John con su  proyecto). El objetivo era finalizar un hermano mío (un artículo que todavía está sin publicar) y  enviar varias propuestas para el satélite de NASA Spitzer.  No olvidemos que este  observatorio se controla parcialmente desde allí, en el Infrared Processing and Analysis    Center (IPAC) y que los científicos americanos reciben dinero (sus proyectos) cuando obtienen tiempo de  observación con grandes instalaciones. De hecho, es una  de sus  principales fuentes de financiación.

Así que los tres se pusieron manos a la obra, esta vez solicitando  fotometría de alta precisión   tomada con el instrumento IRAC. Otra gente se sumó a la propuesta. S. Carey, como experto en  el instrumento. También otros investigadores de Caltech, como Rebull y Lawrence, que podría aportar ideas y enfoques diferentes.  También algunos científicos que habían publicado resultados utilizando técnicas similares, tales  como  David Charbonneau, y cuya contribución podría resultar decisiva para extraer la  información. Incluso algún teórico (M. Marley), para ayudar en la interpretación de los resultados. O miembros (B. Patten, S. Megeath)  del grupo de tiempo garantizado que lidera Giovanni Fazzio, responsable del  instrumento, la mayor parte ahora desperdigados por instituciones americanas, pero que en  algún momento habían trabajado en el Harvard-Smithsonian Center for Astrophysics (CfA)  durante el desarrollo de Spitzer e IRAC (más de una docena años hasta su lanzamiento).  John  y David también habían trabajado allí durante ocho y cuatro años, respectivamente.

John,  Davy y David estuvieron de acuerdo que sería éste último quien analizase los datos,  quien se hiciese cargo del peso de la investigación. Esta vez la campaña de observación sí fue  aceptada, y las observaciones se realizaron varios meses después.   En el interim, surgió la posibilidad de que María Morales Calderón, una estudiante de  doctorado de David,  pasase varios meses en Caltech, trabajando con John en datos de  Spitzer. Entonces se decidió que sería María quien se responsabilizaría de este proyecto.  Surgieron numerosos problemas debido a las limitaciones del propio instrumento y a la manera  según  la cual los datos habían sido adquiridos. Pero María, en colaboración con John y el   equipo de IPAC  y ocasionalmente con  David, quien estuvo de visita en noviembre, fue capaz  de resolverlos uno a uno.  Incluso descubrió que el programa creado específicamente  por  IPAC para la extracción de la fotometría contenía errores sutiles pero muy importantes.

Fue una lucha constante, en la cual parecía que nunca se llegaría a un resultado real. Mis  primeras versiones fueron escritas a finales de ese año, pero todavía había importantes  secciones que estaban en blanco. Entre ellas, los resultados finales. ¿Había o no había  variabilidad? ¿Podían confiar los investigadores en la fotometría de IRAC  hasta los límites  requeridos por el proyecto?¿Había algún efecto instrumental que no habían sido capaces de  descubrir?

En febrero de este año  ya estaba casi completo, listo para ser enviado a una revista con  sistema de arbitro. Pero las conclusiones finales estaban en el aire. Varias rondas de correos  electrónicos y varias semanas después, muchas dudas y retrasos, varias comprobaciones  independientes después, y ya estaba preparado. Yo podría dar el gran salto al mundo de las  revistas científicas, mi gran debut. La revista elegida fue Astrophycal Journal, una de las de  mayor impacto en Astrofísica.

El arbitró respondió casi inmediatamente, a las pocas semanas. Su informe fue muy favorable,  y contenía unas cuantas sugerencias muy interesantes. Así que María  realizó unos cuantos  cambios, con los cálculos que solicitaba el árbitro. Y volvió a distribuirme entre los coautores.  Entonces poco tenía que ver con las primeras versiones de meses antes, ya era un hombrecito.  Pocas modificaciones requerí por parte del resto de los coautores. Así que a comienzos de  julio fui reenviado a la revista. La semana pasada el editor dio luz verde. 

Sí, ya estoy aceptado, seré miembro de la comunidad de artículos, del cuerpo de  conocimiento que, poco a poco, nos hace entender el mundo que nos rodea. En noviembre  apareceré en la revista,  aunque ya estoy en los repositorios de artículos para que todo el  mundo haga uso de los resultados que contengo.

¡Gracias, a María, a Davy, John y David,  y al resto del  equipo, por ayudarme a salir a la luz después de 8 años de  gestación!

PD: añadiré enlaces a lo largo de la mañana, si tengo tiempo.

Spitzer (español)
A Sensitive Search for Variability in Late L Dwarfs: The Quest for Weather

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10 comentarios

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