Imagen por defecto

JAL

Catedrático de microbiología del Dpto. de Biología Molecular de la UAM. Director del grupo de NeuroVirología del mismo departamento. Colaborador de RNE ("Entre Probetas" y "El Laboratorio de JAL", en Radio 5; "Marca España-A Ciencia Cierta", en Radio Exterior), TVE "La Hora de la 1" y de El Cultural, entre otros medios.

Nuevas vacunas desde la nanotecnología

A pesar del indudable progreso de las vacunas convencionales -que generalmente consisten en organismos vivos atenuados o inactivados-, y que han permitido erradicar patologías como la viruela o la poliomielitis, manteniendo a raya a otras muchas infecciones, las vacunas se enfrentan hoy en día a otros retos importantes...

Un virus común y una enfermedad autoinmune también común

En la celiaquía, se produce una respuesta exacerbada al gluten, componente del trigo, cebada y el centeno, entre otros. Como resultado del daño autoinmune, el intestino no absorbería algunos de los componentes necesarios de los alimentos. Tal y como parece ocurrir con nuestro modelo experimental sobre esclerosis múltiple, un estudio reciente sugiere fuertemente, como se dice en ciencia, que otro virus, aparentemente inocuo, podría jugar un papel destacado, en este caso, como desencadenante de la celiaquía.

Envejecen tus células y envejeces tú: papel de MGRN1…

Con el aumento de la esperanza de vida, por ejemplo, una sola neurona ahora puede llegar a necesitar mantenerse viva y funcional durante cerca de los 100 años... ¡o incluso más! Esta "necesidad de sobrevivir" para toda la vida es de tal relevancia para la especie que las neuronas poseen mecanismos muy robustos para contrarrestar la mayoría de los factores que llevan a la pérdida de función –a ese proceso que hemos denominado envejecimiento-.

El uso de fármacos en los adultos de mayor edad: el caso de los antipsicóticos

Según un estudio publicado en 2014, alrededor del 50% de los adultos de mayor edad toma uno o más medicamentos que no son necesarios desde el punto de vista médico. Entre los grupos de fármacos de mayor riesgo usados frecuentemente en pacientes mayores de 65 años se encuentran los corticosteroides orales, los antiinflamatorios no esteroideos, los antipsicóticos, los antiagregantes plaquetarios (como la aspirina) y los inhibidores de la bomba de protones.