Un nuevo informe, esta vez de Ecologistas en Acción, premia con 303 ‘banderas negras’ y 310 ‘puntos negros’ a la costa española. Ecologistas en Acción elabora estos informes desde hace diez años para analizar la situación de las costas de España.


Las ‘banderas negras’ hacen referencia a las «actuaciones que signifiquen impactos irreversibles en los ecosistemas o recursos costeros y marinos», mientras que los ‘puntos negros’ son los «impactos puntuales o casos proyectados y amenazantes pero no ejecutados».

Además de visitas a los lugares concretos se han utilizado los datos del Instituto Español de Oceanografía, diversas universidades y consultorías ambientales. También fue necesario recurrir a la información de las Comunidades Autónomas relativa a vertidos y depuración de aguas, así como los datos del propio Ministerio de Medio Ambiente sobre el estado de las playas y las actuaciones para su regeneración.

De los más de 600 puntos corresponden por áreas 129 banderas y 162 puntos negros al Mediterráneo; 73 banderas y 32 puntos negros al Cantábrico; 36 banderas y 28 puntos negros a las islas Canarias; 36 banderas y 54 puntos a Baleares y 21 banderas y 31 puntos negros al Golfo de Cádiz.

La costa es la que tiene un mayor grado de erosión y degradación de sus ecosistemas y la más contaminada, debido a que ninguna de sus comunidades «depura suficientemente sus aguas», apuntó Jorge Sáez, portavoz del área marina de la organización.

La ONG apunta que en las últimas décadas se ha desarrollado una «ocupación exponencial», con proyectos como la construcción de 800.000 nuevas viviendas en Galicia, 30.000 en la zona oriental de Asturias o de nuevas edificaciones en espacios protegidos como la reserva de Urdaibai en el País Vasco.

Además, destacan la proliferación de proyectos de puertos deportivos, especialmente en Cantabria, construcciones como el puerto interior de la ría de San Vicente de la Barquera, o un alto nivel de contaminación por vertidos urbanos e industriales que «afectando negativamente a las actividades marisqueras» como en el caso en las rías gallegas o la bahía de Santander donde esta actividad ha desaparecido casi por completo.

De la totalidad de los resultados presentados, los casos más graves corresponden a Murcia con 32 banderas y 68 puntos negros; Mallorca con 36 banderas y 54 puntos; Asturias con 28 banderas y 18 puntos; Cádiz con 16 banderas y 24 puntos y Málaga con 12 banderas y 24 puntos. Por su parte Huelva, con sólo cinco banderas y siete puntos negros, registra el «peor caso de contaminación industrial» de toda Europa.

Sin embargo un grupo de constructores murcianos, exigen a Greenpeace 27 millones de euros para indemnizar el daño causado, incluido el perjuicio moral. ¿El motivo? Un fotomontaje incluido en el libro Photoclima de Greenpeace, que muestra una Manga del Mar Menor anegada en un futuro no muy lejano como consecuencia del cambio climático.

Recientemente, Greenpeace hizo público su informe Destrucción a toda costa 2008, en el que situó a la Región de Murcia como una de las cuatro comunidades autónomas que «más maltratan su litoral». El informe señala hasta siete ‘puntos negros’ de la línea costera murciana. Estos son San Javier y San Pedro del Pinatar, por dañar espacios protegidos; La Manga y el Mar Menor, por contaminación y urbanización excesiva; Portmán, por contaminación; y Marina de Cope, por urbanización. Pero la peor parte se la lleva el entorno de Cartagena, que acumula tres zonas sensibles: Valle de Escombreras, por contaminación; El Gorguel por el proyecto del puerto de contenedores, y Novo Carthago y Lo Poyo, por la posible urbanización de estos espacios. El informe hace además un repaso a los casos de irregularidades urbanísticas, desde La Zerrichera a Los Alcázares, pasando por Totana.

El informe Destrucción a toda costa 2008 destaca los niveles de saturación de otras comunidades como Valencia o Andalucía. Precisamente en Almería, la inmobiliaria Azata, constructora del polémico Hotel Algarrobico, también emprendió acciones legales contra Greenpeace.

Es curioso, se puede destruir el litoral pero no se puede llamar la atención sobre estas acciones en su mayoría irrversibles.

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