El Poder Azul que Necesita Rumbo

La energía eólica marina ya no es una promesa lejana. Emerge con fuerza, transformándose en una tecnología clave. Nos guía hacia un futuro energético más limpio y bajo en carbono. Su crecimiento global es notorio. A finales de 2023, Europa contaba con 34 GW de capacidad eólica marina instalada, de los cuales 19 GW correspondían a la UE-27 . La «Estrategia UE sobre las Energías Renovables Marinas» es aún más ambiciosa: prevé alcanzar al menos 60 GW de eólica marina y 1 GW de energías oceánicas para 2030, con la meta de llegar a 300 GW y 40 GW respectivamente para 2050. Países como Reino Unido y Alemania han sido pioneros, y España, con su «Hoja de Ruta para el desarrollo de la Eólica Marina y de las Energías del Mar«, se posiciona con objetivos claros, especialmente en regiones como Galicia. Los beneficios son innegables: generación limpia, mayor independencia energética y fomento de un empleo verde cualificado. Pero su despliegue masivo también plantea efectos colaterales. Estos incluyen impactos ecológicos, posibles tensiones sociales y desafíos técnicos que requieren una planificación y gestión cuidadosas.

Producción y Rendimiento: Vientos Marinos, Eficiencia Constante

La principal ventaja de las turbinas marinas sobre sus homólogas terrestres radica en su superior eficiencia. En mar abierto, los vientos son generalmente más estables y soplan con mayor fuerza y regularidad. Mientras una turbina terrestre opera con un factor de capacidad que suele oscilar entre el 30% y el 45% para los nuevos parques en Europa en 2023, en el mar este factor para nuevas instalaciones ronda el 50%. Esto se traduce en una mayor producción de electricidad durante más horas al año, aportando estabilidad y predictibilidad al sistema energético.

Las turbinas de nueva generación son verdaderos gigantes tecnológicos. La potencia media de las nuevas turbinas offshore instaladas en 2023 fue de 9.7 MW , con modelos en el mercado que ya alcanzan los 12-15 MW e incluso prototipos de mayor capacidad en desarrollo. Una sola de estas máquinas podría abastecer las necesidades de miles de hogares. La Hoja de Ruta española destaca la importancia de la eólica marina flotante, que permite el acceso a aguas más profundas donde el recurso eólico es a menudo superior. Esta tecnología es clave para costas como la española, con una plataforma continental estrecha. España se ha fijado el objetivo de instalar entre 1 y 3 GW de eólica marina para 2030. En Galicia, los numerosos proyectos en evaluación reflejan este potencial.

Reducción de CO₂: Un Balance Positivo con Huella Inicial

Desde la perspectiva climática, la eólica marina puede llegar a ser una herramienta fundamental. El potencial de reducción de CO₂ es significativo; por ejemplo, Ørsted estima que las emisiones de ciclo de vida de la eólica marina son alrededor de 6 g de CO₂ por kWh, un 99% menos que los combustibles fósiles. Otro análisis indica 13 g CO2-eq/kWh para eólica marina, comparado con 486 g para gas natural y 1001 g para carbón. 

Sin embargo, estas cifras tan positivas no deben hacernos olvidar la huella de carbono asociada a la propia fabricación e instalación de las turbinas. Una sola de estas colosales estructuras puede requerir cientos de toneladas de acero y hormigón, especialmente para sus complejas cimentaciones. A esto se suman varias toneladas de compuestos avanzados de fibra para la fabricación de las palas. Las emisiones de CO₂ vinculadas a esta fase inicial del ciclo de vida pueden suponer varios cientos de toneladas de CO₂ por cada turbina. Es una inversión energética y de carbono inicial, que, no obstante, se compensa con creces durante los primeros años de operación limpia de la instalación.

Ruido Submarino: El Impacto Invisible que Requiere Atención

El sonido es uno de los contaminantes menos visibles en el medio marino, pero su persistencia y propagación pueden convertirlo en un problema significativo. Las turbinas marinas, durante su operación normal, emiten un ruido continuo, predominantemente de baja frecuencia (generalmente por debajo de los 200-500 Hz). Este sonido tiene la capacidad de interferir con la vida marina. Modelizaciones acústicas indican que, incluso a 67 kilómetros de distancia de un parque eólico, aún se podrían registrar niveles de ruido de 100 dB.

Las frecuencias emitidas coinciden, en parte, con las que utilizan muchos cetáceos y peces para funciones vitales. Durante la fase de construcción, el impacto acústico es aún más severo. La instalación de pilotes puede generar picos de ruido que superan los 200 decibelios, con potencial para causar daños auditivos si no se implementan medidas de mitigación. La Hoja de Ruta española subraya la necesidad de aplicar las Mejores Técnicas Disponibles para reducir el ruido submarino. A largo plazo, la acumulación del ruido operacional de múltiples parques exige una cuidadosa planificación y monitorización.

Emisiones Químicas: Metales y la Integridad del Ecosistema

Las estructuras marinas requieren una robusta protección contra la corrosión. Para ello, se emplean ánodos galvánicos y recubrimientos especiales. Con el tiempo, estos sistemas pueden liberar al agua metales como zinc, aluminio y cobre. Aunque las tasas exactas de lixiviación pueden variar, existe preocupación por la acumulación de estos metales en sedimentos o su absorción por organismos filtradores, lo que podría alterar cadenas tróficas. Además, existe el riesgo de fugas de lubricantes. La Hoja de Ruta española enfatiza la sostenibilidad como pilar central, incluyendo la monitorización ambiental.

Fin de Vida Útil: Hacia un Ciclo Verdaderamente Circular

Las turbinas marinas tienen una vida útil de 20 a 25 años. Al final, deben ser desmontadas. Las partes metálicas se reciclan con relativa facilidad. Sin embargo, las palas, hechas de materiales compuestos, presentan un desafío mayor. Aunque se estima que el 90% de la masa de una turbina puede ser procesada con infraestructura existente en EE.UU., el 10% restante, principalmente las palas, necesita nuevas estrategias. Se exploran soluciones como su uso en cemento o la valorización energética. La Hoja de Ruta española impulsa el ecodiseño y una cadena de valor en torno al fin de vida útil. La legislación en algunos países ya exige fondos para el desmantelamiento, un modelo que busca asegurar la responsabilidad sobre el ciclo completo.

Tensiones Sociales y Gobernanza: El Mar como Espacio Compartido

El despliegue de la eólica marina genera preocupación en sectores vinculados al mar. Los pescadores alertan sobre la posible pérdida de acceso a caladeros y efectos sobre las especies . La Hoja de Ruta española reconoce estas preocupaciones y propone foros de diálogo para buscar la compatibilidad. Ecologistas señalan riesgos para aves y cetáceos. La Planificación Espacial Marítima (PEM) es crucial para identificar zonas aptas y minimizar conflictos, priorizando la protección de la biodiversidad. Las comunidades costeras temen el impacto visual y piden más participación. La Hoja de Ruta aboga por la transparencia y la integración de beneficios socioeconómicos locales.

Un Desarrollo Estratégico con Rumbo Claro

La energía eólica marina es una herramienta fundamental para descarbonizar nuestro sistema eléctrico. Su despliegue, sin embargo, debe ser ordenado y guiarse por criterios de sostenibilidad ambiental y social, justicia y una planificación territorial rigurosa, tal como lo establece la Hoja de Ruta española y las directrices europeas. No se trata solo de generar energía limpia, sino de hacerlo con pleno respeto a los ecosistemas marinos y los usos históricos del mar.

La solución reside en encauzarlo de la mejor manera posible. Esto implica más transparencia, estudios de impacto ambiental exhaustivos, el fomento de tecnologías menos invasivas y reglas claras para todo el ciclo de vida, incluyendo el desmantelamiento. El European Marine Board subraya la necesidad de un desarrollo responsable y sostenible en colaboración con todas las partes. El viento marino es un aliado poderoso, pero sin una brújula estratégica clara y consensuada, su potencial podría no realizarse plenamente. La gobernanza, la investigación continua y la colaboración intersectorial son esenciales para asegurar que este poder azul contribuya a un futuro verdaderamente sostenible.

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