Invertir en proyectos tecnológicos. ¿Cuál es la clave de los «business angels»?

A muchos nos gustaría ser Inversores de éxito, de esos «business angels» que además de tener dinero, parece que realmente disfrutan invirtiendo en tecnologías rentables y además son justamente reconocidos como pioneros en esta economía española tan poco acostumbrada al riesgo. Ayer celebramos una jornada sobre inversión privada en Nuevas Empresas de Base Tecnológica con la coordinación de nuestro compañero Pedro Trucharte de BAN madri+d que fue todo un lujo de contenidos y ponentes (también había mayoría de potenciales inversores entre el centenar de asistentes, algo “fundamental” en una jornada dirigida a ellos), así que vamos a desgranar algunos de sus contenidos en varios post.

Empezamos en este post por la mesa redonda de inversores, un aluvión de ideas, experiencias personales y orientaciones prácticas para futuros inversores en proyectos tecnológicos. Estaban allí Alberto Dubois, socio y consejero en GCMcom, empresa de alta tecnología en telecomunicaciones, y de SunFund, empresa de energías renovables con proyectos en España y Latinoamérica, Rodolfo Nevado, inversor privado en nuevas empresas con experiencia profesional de más de 15 años en las áreas de Marketing y Ventas de diversas empresas multinacionales, Fernando Reymundo, inversor y consejero delegado de grandes empresas del sector de las telecomunicaciones y Luis Martín Cabiedes, inversor en fases tempranas en más de 20 de empresas tecnológicas, la mayoría de ellas en el mundo de Internet, entre las que se encuentran Ole, MyAlert, Acceso, Baquia, o más recientemente Alterian, Privalia, Sclipo, NVivo, Trovit y Bubok.

Si algo quedó claro es que existen múltiples patrones, motivaciones y criterios de inversión para los business angels en proyectos tecnológicos, siempre respetando criterios básicos como el “no poner todos los huevos en la misma cesta”, “valorar la capacidad del equipo por encima de otros criterios tecnológicos”, “no asumir participaciones mayoritarias en los primeros momentos y asegurarse de que equipo promotor está suficientemente motivado desde el punto de vista económico, ya que deberá hacerse responsable de la gestión”, o “si no conoces bien el sector o la tecnología, trata de co-invertir o contar con la opinión de otro inversor que sí tenga esa experiencia”. Rodolfo Nevado valora especialmente este aspecto, que puede basarse en redes de contactos informales o en redes más formalizadas de inversores que “delegan” en la experiencia de otros de sus miembros.

Las motivaciones personales de los business angels no son las mismas, y aunque lógicamente el ánimo de lucro ocupa un lugar preferente, la satisfacción de ver crecer tus empresas participadas tiene para algunos un valor también altísimo. En cuanto a forma de participación en las empresas, tenemos desde aquéllos como Luis Martín Cabiedes que buscan delegar la gestión lo más posible, y que admiten que su aportación se vuelve mucho menos necesaria con el tiempo, a otros como Fernando Reymundo que han vivido la necesidad de intervenir mucho más directa y activamente en la gestión.

Mientras unos buscan la especialización, otros como Alberto Dubois invierten en tecnologías diversas, aunque, destacan todos, “siempre bien asesorados por expertos en esos sectores”. Incluso la forma de valoración de las compañías responde a patrones diversos (unos tienen como referencia ciertos múltiplos de la aportación de los promotores, otros prefieren realizar “aproximaciones razonables” a partir de su experiencia y en función del grado de madurez del equipo, de la idea, de desarrollo del mercado, otros comparan con inversiones recientes realizadas por otros…). Y el Plan de empresa parece ser sólo una referencia «para empezar a hablar», lejos de esa idea de que es la perfecta justificación de la rentabilidad futura. En cuanto a la forma de desinversión, unos prefieren desinvertir lo antes posible, mientras que otros se plantean recorridos de hasta 10 años para ver madurar los proyectos.

Y sin embargo, tuvimos la sensación de que todas estas diferencias eran matices de un mismo lenguaje, el de la confianza en la rentabilidad de la buena tecnología española, el lenguaje de los olfateadores del éxito.

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4 comentarios

  1. No creo que sean muy "ángeles" estos inversores, cuando lo que buscan es la rentabilidad, o sobre todo eso, pero por lo menos parece que hay formas de invertir mucho más divertidas que compar pisos o la bolsa. Enhorabuena por el post !

  2. Enhorabuena por el post y por empezar la serie. Muy útiles para los que no pudimos ir.

    Por el País Vasco vamos a tratar de hacer algo parecido a lo vuestro. Un abrazo.

    Miguel Ángel López Trujillo

    Director de la Plataforma Crecer+

    Orkestra – Instituto Vasco de Competitividad

    http://orkestra.deusto.es

  3. Hola, Miguel Ángel. Me alegro de que también por ahí hagáis cosas similares, a ver si entre todos convencemos del interés de este tipo de inversiones (aunque sean otros los que se "forren", ¿verdad?). Un saludo

    Eduardo

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