Iniciativas para la prevención del cambio climático

Parece claro que el cambio climático global es un gravísimo problema cuya solución necesita abordarse desde un contexto internacional. Desde este punto de vista, y con el fin de establecer limitaciones y reducciones en las emisiones globales de gases de efecto invernadero, se adoptó, después de negociaciones intensas, el protocolo de Kyoto.

Algunos países como Estados Unidos, el mayor emisor de CO₂ del mundo, y su presidente, Georges W. Bush, a la cabeza, decidieron no participar en dicho protocolo. No obstante, y a nivel particular, algunos estados de este país han tomado la decisión de desarrollar determinadas iniciativas para prevenir el cambio climático.

[Rafael Garcia]

Aunque se pueda argumentar que las acciones, incluso siendo positivas, puedan tener un impacto pequeño sobre las emisiones globales de CO₂ y de otros gases de efecto invernadero, hay que tener en cuenta que las emisiones de muchos de los estados de Estados Unidos son comparables a las de países desarrollados. Por ejemplo, Tejas es el séptimo emisor del mundo de CO₂, con emisiones mayores que Canadá y el Reino Unido, y California está situada en la posición decimoquinta (España ocupa la decimonovena posición).

Dentro de las iniciativas tomadas desde los estados destacan las adoptadas por California, en el que se ha adquirido el compromiso de reducción de los niveles de gases de efecto invernadero, a los existentes en el año 2000 antes del 2010, reducción a los niveles del año 1990 antes del año 2020 y a una reducción del 80% de los gases emitidos en el año 1990 antes del 2050. Para lograr esos objetivos se han legislado mandatos para reducir un 30% las emisiones de gases de efecto invernadero, como CO₂, metano, óxido nitroso e hidrofluorocarbonos, procedentes de automóviles y camiones ligeros. Otra de las iniciativas consiste en la regulación, por parte del estado, de la cantidad de energía eléctrica proveniente de fuentes renovables que las compañías energéticas deben suministrar, la cual debe alcanzar un 20% de la total en el año 2017. Además se pretende beneficiar, mediante reducciones en los impuestos tanto a particulares como a empresas, por la implantación de paneles de energía solar, para pasar de los actuales 101 MW a los 3000 MW antes del año 2018, cantidad que sería suficiente para abastecer 2,25 millones de hogares. Otra de las alternativas es la contribución en forma de importantes ayudas para promocionar el desarrollo de vehículos alimentados por hidrógeno.

En el estado de Nueva York se han propuesto medidas similares a las de California, incluso disminuyendo un 3% los impuestos a los particulares cuyos automóviles tengan bajas tasas de emisión de gases de efecto invernadero y gravando con un 3% a los propietarios de vehículos con altas emisiones. Se estima que con estas medidas se reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero en 14,8 millones de toneladas medidas en términos de CO₂. En otro estado como Pensilvania se han aprobado leyes para que un 18% de la demanda energética provenga de fuentes renovables antes del año 2018. En algunos estados del medio oeste, como Iowa, se están concretando medidas desde el punto de vista de la utilización de una agricultura desarrollada en términos de energía renovable, entendiéndose por esto, la utilización de energía eólica, biogas, hidrógeno procedente de etanol y la utilización de biodiesel.

Aunque muchas de estas medidas se han tomado a nivel particular en determinados estados, no por el impacto mundial que están causando los gases de efecto invernadero, sino por los propios problemas locales, preocupados en algunas zonas por el aumento del nivel del mar, derretimiento de nieves en zonas importantes y reducción de agua para riego y consumo humano durante el verano, todas estas iniciativas podrían significar, si los estados se comprometen a cumplirlas, el logro de una reducción significativa de las emisiones de CO₂ en términos globales y que, por tanto, afectarían positivamente al resto del planeta.