Los implantes dentales y las patentes.

En esta entrada nos vamos a ocupar de una invención que en contra de lo que algunos podrían pensar, no hace tanto que está entre nosotros. Se trata de los implantes dentales cuyo inventor, el sueco Per-Ingvar Brånemark,  falleció el pasado mes de diciembre. En el caso del implante dental tiene especial interés el proceso por el que se llegó a la invención, en cuanto que como en tantos otros casos se trató de una invención accidental y quizás por ello fue muy arduo lograr que fuera aceptada por la comunidad médico-científica. Per-Ingvar Brånemark estudió medicina y en 1952 encabezaba un grupo que investigaba el proceso de cicatrización en conejos. Para ello insertaba cámaras ópticas fabricadas en titanio en la parte inferior de sus patas y para su sorpresa descubrió que era imposible extraerlas pues se habían soldado o integrado con el hueso. A esta integración de elementos fabricados en titanio con el hueso es a lo que se denominó osteointegración. Tras los experimentos llevados a cabo con conejos, los miembros del equipo se implantaron piezas de titanio en sus antebrazos y comprobaron la solidez de la integración.

Sin embargo, el camino que Per-Ingvar Brånemark debió recorrer para llegar a la aceptación de los implantes de titanio por la comunidad científica estuvo plagado de dificultades. En primer lugar, en aquellos años existía la convicción de que la introducción en el cuerpo humano de cualquier cuerpo extraño provocaba inflamación y posteriormente su rechazo. Además, algunos Intentos anteriores de realizar implantes habían concluido con resultados desastrosos. Como consecuencia de ello, tuvo muchas dificultades para lograr financiación para continuar su investigación.

El primer implante dental en un paciente humano se efectuó en 1965 en la Universidad de  Gotemburgo. Per-Ingvar Brånemark presentó su primera solicitud de patente en 1968, en concreto la solicitud de patente sueca de número SE19680016821 cuya primera reivindicación correspondiente al documento británico de la familia se reproduce a continuación:

Según se puede observar de las imágenes de la primera patente sobre un implante dental, estos se componen de tres elementos: el implante propiamente dicho, que se rosca en el hueso integrándose con él, el pilar y la corona que es la pieza dental propiamente dicha.

 

A mediados de los años setenta Per-Ingvar Brånemark se asoció con la empresa sueca Bofors, AG especializada en metalurgia aplicada a la fabricación de armamento con el objeto de comercializar los primeros implantes detalles. La sucesora de esa primera asociación empresarial, la compañía Nobel Biocare con sede en Suiza,  posee alrededor de un 40% del mercado mundial de implantes. Desde mediados de los años 80 se ha extendido la realización de implantes dentales con el fin de sustituir piezas dentales perdidas y hoy es una práctica habitual con una tasa de éxito del 90-95% en los primeros años y del 98% a lo largo de la vida. En 2011 Per Ingvar Brånemark fue galardonado con el premio al inventor europeo que concede anualmente la Oficina Europea de Patentes en la modalidad de “logros de toda una vida”, un premio indudablemente merecido, pues es posible identificar en la base de datos Espacenet 52 familias de patentes en las que figura como inventor. Per-Ingvar Brånemark falleció el pasado mes de diciembre a la edad de 85 años.

Dado que es una tecnología de aparición relativamente reciente, se trata de un sector de alta innovación y con elevado número de solicitudes de patentes. La Clasificación Internacional de Patentes dedica un grupo principal a estas invenciones (A61C8/00):

La Clasificación Cooperativa, como es habitual ya que es su característica distintiva, presenta un mayor número de subdivisiones:

A continuación se recogen algunas solicitudes de origen español de reciente publicación relativas a implantes dentales:

Los últimos avances en la implantología se centran en el tipo de titanio empleado, más concretamente en la utilización de metales porosos, que favorecen la osteointegración y la biocompatibilidad. Estos metales también se emplean en prótesis de cadera y de rodilla. La siguiente solicitud de patente WO2014018441 divulga la utilización de material metálico poroso en la mandíbula para favorecer la sujeción del implante:

Se trata de una tecnología donde la copia por parte del competidor no es complicada y que requiere por tanto una protección mediante patente si se desea obtener un beneficio económico. La próxima vez que acuda a un dentista, recuerde que probablemente la tecnología que se le aplique estará protegida mediante patente.

 


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4 comentarios

  1. Un artículo muy interesante sobre los implantes dentales y su historia. Ahora con las nuevas investigaciones se han conseguido muchos avances y en la última consulta fue económico y menos doloroso comparado con lo que me contaban mis amigas.

    Felicidades por el artículo.

  2. Me pregunto si el elevado precio de los implantes dentales, que no están al alcance de cualquiera, viene dado por el hecho de que están patentados. Si fuera así, habría que tomar alguna medida para facilitar el acceso a los mismos a amplias capas de la población.

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