Con la aparición de las academias militares y los cuerpos de ingenieros, se hizo patente que para acometer cualquier obra de mediana envergadura, pasaban sus directrices y criterios de diseño y construcción por la supervisión de los especialistas correspondientes; no olvidemos que es el siglo de los Ilustrados, tiempo de la razón. Los caminos de la trashumancia siguen ahí, formando parte del paisaje, pero esperando mejor ocasión para ser atendidos como merecen.      

El siglo XIX supuso un período avanzado en materia de representación gráfica sobre todo si comparamos con etapas anteriores tal y como hemos hecho en otros comentarios de éste blog; de tal modo, que por primera vez tenemos planos de detalles normalizados. La expresión  gráfica, por tanto, ya disfruta de sistemas empíricos perfectamante contrastados.