Hace cuatro años, el 20 de abril de 2010, explotaba la plataforma petrolífera Deep Water Horizon. Cada día vertía unos 800.000 litros de petróleo al mar. Algunos expertos consideraban que esta estimación era extremadamente baja, y que la cifra de vertido podría ser cinco veces mayor, 4 millones de litros (4.000 toneladas) de crudo diarios.

 

“La plataforma, gestionada por Deepwater Horizon (con sede en Suiza), se hundió el dos días después de explotar e incendiarse. Murieron 11 trabajadores que desaparecieron en el accidente, otros 115 fueron rescatados.” “British Petroleum (BP), intentó sin mucho sin éxito acabar con el vertido mediante ocho submarinos manejados por control remoto. Ya en 2009, BP tuvo que pagar una multa de más de 65 millones de euros debido a unas mejoras de seguridad ineficaces realizadas tras una explosión que tuvo lugar en la refinería Texas City en la que murieron 15 personas.”

Cuatro años después el Golfo continua experimentando los efectos de aquel y otros vertidos. El número de plataformas ha vuelto a crecer. Se han establecido algunas nuevas medidas de seguridad. Entre ellas el establecimiento de dos nuevos consorcios de prevención y lucha contra la contaminación pagados por las plataformas petrolíferas: el Marine Well Containment Company, y el Helix Well Containment Group, ambos consorcios mantienen equipos de guardia 24 horas 7 días a la semana para luchar contra los vertidos.

Sin embargo, poco se ha mejorado en las técnicas de limpieza. Los skimmers solo funcionan en la superficie de aguas tranquilas y más del 80% del petróleo en un derrame nunca sube a la superficie. Se siguen usando dispersantes como  Corexit que ya se empleó en el vertido del Exxon Valdez.“Corexit, fabricado por la compañía Nalco, cuyo consejo de administración incluye a ejecutivos de Exxon y de British Petroleum. El secreto a voces en Houston es que Corexit es un dispersante que fabrica la industria petrolera para vendérsela a sí misma.  Según la Agencia Federal de Protección del Medio Ambiente (EPA), el Corexit es uno de los dispersantes más tóxicos y menos eficientes para enfrentar derrames de crudo como el de las costas de Luisiana. La realidad es que mientras los dispersantes ayudan a mantener las capas de crudo lejos de las playas y humedales, tienen efectos a largo plazo sobre los ecosistemas y la fauna marina. Cuando se usó el Corexit en el derrame del Exxon Valdez, varios voluntarios sufrieron infecciones y problemas de salud. Pero todo eso era irrelevante: BP necesitaba evitar a toda costa que la capa de petróleo subiera a la superficie manchando su imagen. ”

Por otra parte las multas máximas siguen siendo de 75 millones de dólares. Las que se fijaron en el accidente del Exxon Valdez. El Gobierno intentó sin éxito subirlas a 134 millones de dolares.

La prohibición para que BP realizase contratos federales se levantó. Normalidad.

Sin embargo, tal como demuestra un estudio recientemente publicado los efectos sobre la fauna y la flora está comenzando a comprenderse. Con motivo del 25 aniversario del accidente del Exxon Valdez la NOAA acaba de publicar otro trabajo en el que describen como distintas especies de atún expuestos a muestras de petróleo recogidas después del accidente muestran una gran variedad de anomalías entre las que, entre otras, se encuentran deformaciones en las aletas, deficiencias en el crecimiento de los ojos y cardiopatías.

Cuatro años después todavía no se conoce la cantidad de peces muertos o la intensidad del daño causado al Golfo y cuanto durará. Solo se recuperó el 25% del petróleo vertido. Una proyección basada en la recogida de animales muertos predice que el vertido afectó a más de 80.000 pájaros, 25.000 mamíferos marinos y 6.000 tortugas además de los daños incalculables causados a invertebrados y flora

En este enlace pueden encontrar distintos posts de este blog sobre este vertido y otros.

Y en el Niger todo sigue igual.

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