La vaquita del mar y la cocaína

La vaquita marina (Phocoena sinus) es una marsopa de 50 kilos y 1,5 metros de largo, que acostumbra dar crías cada dos años y es considerada el cetáceo en mayor peligro de extinción del mundo.

Desde su aparición en 1958, cuando biólogos estadounidenses hallaron varios cráneos de una especie entonces desconocida, hasta que se realizó el primer censo en 1997, el número de ejemplares de este mamífero mitad ballena mitad delfín pasó de varios a miles a cerca de 600. En la actualidad se estima que hay unos 150 ejemplares. Esta estimación se realizó con un hidrófono (micrófono acuático) para capturar los sonidos que emite bajo el agua, similares a los del delfín.

Ahora, un nuevo informe de la Agencia de Investigación Ambiental (EIA, por sus siglas en inglés) llama a una acción de urgencia contra el comercio ilegal de pez totoaba (Totoaba macdonaldi), en peligro de extinción, y que se captura de forma ilegal para satisfacer la demanda del mercado chino. Su precio alcanza en este país los 16.000 yuanes por cada 100 gramos de su vejiga natatoria, por lo que las ha apodado como la ‘cocaína del mar’.

Por los ejemplares más grandes pueden pagarse hasta 40.000 euros por dicha vejiga, al atribuirle propiedades medicinales que la ciencia no ha probado. Como daño colateral, la vaquita marina (Phocoena sinus), un cetáceo que está en peligro crítico de extinción –quedan menos de 100 ejemplares en el mundo–, está siendo capturada por las mismas redes.

Se pagan hasta 40.000 euros por la vejiga de la totoaba, al atribuirle propiedades medicinales que la ciencia no ha probado

“Las totoabas son capturadas ilegalmente en grandes redes de malla que se establecen durante la noche y se dejan durante varios días. Debido a que las vaquitas son de un tamaño similar a la totoaba, quedan atrapadas accidentalmente en estas redes”, explica a Sinc Clare Perry, directora de la campaña de océanos de la EIA.

La última estimación de expertos del Comité Internacional para la Recuperación de la Vaquita (CIRVA) es que se ha producido un descenso del 42% en la población de estos cetáceos entre 2013 y 2014. “No existen datos sobre la población de totoaba”, añade Perry.

Debido a que las vaquitas son de un tamaño similar a la totoaba, quedan atrapadas en las redes de captura

En la cultura china, la vejiga natatoria de este pescado es muy valorada en Hong Kong y el sur de China por sus supuestos beneficios medicinales como tónico, es decir, para prevenir enfermedades, y para ayuda a mejorar la circulación sanguínea y la tez de la piel. Estas propiedades no han sido probadas en ningún caso por estudios científicos.

En la ciudad china de Guangzhou, la EIA encontró que la vejiga de totoaba se vendía abiertamente en seis de las doce tiendas encuestadas en mayo de 2015. En general, los comerciantes estaban al tanto que dicha venta era ilegal y sabían que el pescado solo se encuentra en México. Además, afirmaron conocer la existencia de contrabando entre Hong Kong y China continental.

Los comerciantes de Hong Kong se manifestaron más vigilados y solo dos tiendas exhibían estos restos de totoaba, pero los precios eran más altos.

EIA también ha identificado numerosas plataformas on line para su comercio. Detectaron páginas de Facebook que conectan a comerciantes y compradores de este pescado entre México, EE UU y Asia.

«La vaquita y la totoaba están plenamente protegidas por la legislación nacional y la internacional a través del Apéndice I de la Convención Internacional sobre Comercio de Especies en Peligro de Extinción (CITES), pero esas garantías no valen nada sin la intervención urgente en el terreno para hacerlas cumplir», concluye Perry.

Agencia SINC

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