Los Camarones de la Ría de Vigo al Descubierto

En la Ría de Vigo, situada en la costa noroeste de España, viven cinco especies distintas de camarón.

La Ría de Vigo, es un fascinante ecosistema marino, habitado por una variedad asombrosa de criaturas. Entre ellas, los camarones se destacan como protagonistas de una historia repleta de intriga y diversidad.

Fotografía: Departamento de Zoología. Universidad de Granada.

Son especies de la familia Palaemonidae del orden Decapoda. Muchas especies son carnívoros que comen pequeños invertebrados y se pueden encontrar en cualquier hábitat acuático excepto en las profundidades del mar.

Un género importante es Macrobrachium, que contiene especies pescadas comercialmente. Otros habitan en arrecifes de coral, donde se asocian con ciertos invertebrados, como esponjas, cnidarios, moluscos y equinodermos, como camarones limpiadores, parásitos o comensales. Generalmente se alimentan de detritos, aunque algunos son carnívoros y cazan animales diminutos. La familia contiene más de 1200 especies en 160 géneros.

En ella, situada en la costa noroeste de España, viven cinco especies distintas de camarón: Palaemon adspersus, P. elegans, P. longirostris, P. serratus y Palaemonetes (varians) antennarius. Estos crustáceos decápodos, típicos de ambientes costeros, encuentran su hábitat en los sedimentos blandos tanto intermareales como submareales de estuarios, así como en los fondos rocosos que se hallan cubiertos de algas.

Entre estas especies, Palaemon adspersus y Palaemon serratus son las más abundantes. Palemon adspersus se encuentra desde la zona del estrecho de Rande hacia la Ensenada de San Simón.  P. serratus prefiere las aguas desde el estrecho de Rande hasta las áreas exteriores de las islas Cíes.

Palaemon serratus destaca no solo por su importancia ecológica, sino también por su valor comercial. Su distribución geográfica cubre el Océano Atlántico, desde las costas de Escocia y Dinamarca hasta Mauritania, y se extiende por todo el Mar Mediterráneo, el Mar de Mármara y el Mar Negro.

Fotografía: Departamento de Zoología. Universidad de Granada.

La captura de P. serratus se destaca como una actividad pesquera tradicional de gran importancia socioeconómica en diversas comunidades costeras, especialmente en el norte de España. Los precios pueden alcanzar hasta 140€ por kilogramo durante la temporada navideña. Esta pesquería genera más de diez millones de euros anuales a la economía europea.

Los hábitats de Palaemon serratus se extienden desde las aguas someras hasta las zonas infralitorales, alcanzando profundidades de hasta 50 metros. Estos camarones prefieren los fondos arenosos y rocosos cubiertos de algas y fanerógamas marinas.

Crecimiento.

Su ciclo de vida es caracterizado por un rápido crecimiento y una corta esperanza de vida, que rara vez supera los cinco años.

Las hembras de estas especies tienden a ser más grandes que los machos. Las hembras de P. serratus pueden alcanzar una longitud media de 80 mm y un peso promedio de 4 gramos, mientras que los machos tienen una longitud media de 70 mm y un peso de alrededor de 2 gramos.

Los machos se diferencian de las hembras en que tienen un primer par de apéndices en el abdomen con unos pelos diminutos que les permiten fecundar a las hembras.

Reproducción.

La reproducción en estos camarones se lleva a cabo mediante la transferencia de un saco mucoso conteniendo espermatozoides desde el macho a la hembra, utilizando un apéndice específico para este propósito. La fertilización de los oocitos ocurre cuando son expulsados por la hembra a través de pequeños orificios en la parte anterior del abdomen.

Los embriones resultantes son transportados en los apéndices abdominales de la hembra hasta la eclosión, con cada hembra capaz de producir entre 1000 y 5000 embriones en cada puesta. El movimiento continuo de los apéndices abdominales de la hembra permite su aireación y limpieza.

Durante el período reproductivo, las hembras grávidas y los camarones de mayor tamaño tienden a migrar hacia aguas más profundas. Este proceso de reproducción se extiende desde noviembre hasta junio, presentando diferentes grupos reproductivos a lo largo del año.

Hembra con huevos. Fotografía: Departamento de Zoología. Universidad de Granada.

El desarrollo larvario de estos camarones comprende nueve estadios zoea y una etapa de post larva, antes de que adquieran la apariencia de juveniles, similares a pequeños camarones adultos. El tiempo medio de desarrollo larval oscila entre uno y dos meses, si bien esta duración puede variar en función de la temperatura del agua y la disponibilidad de alimento. La distribución espacial de las larvas coincide con la de los adultos de las diferentes especies, observándose una mayor predominancia de larvas de P. adspersus en la parte interna de la ría y de larvas de P. serratus en la parte exterior.

Alimentación.

Estas especies de camarón son omnívoras y se alimentan principalmente de una variedad de organismos marinos, incluyendo diatomeas, algas clorofíceas (verdes) y feofíceas (marrones), foraminíferos, diversos géneros de moluscos gasterópodos y bivalvos, poliquetos y otros crustáceos. A medida que los camarones crecen, tienden a consumir presas de mayor dureza, lo que puede estar relacionado con el desarrollo de un engrosamiento en la pared interna del estómago, facilitando la trituración de las presas con las piezas bucales y la musculatura estomacal.

La pesca de estos camarones se lleva a cabo principalmente mediante nasas con cebo, utilizando trozos de pescado fresco y graso, sugiriendo una inclinación hacia la necrofagia conforme los animales alcanzan la madurez.

Nasa de camarón. Fotografía O Percebeiro.

A veces aparecen ejemplares parasitados por un isopodo epicarido. Se identfican como un abultamiento lateral en la cabez de los camarones parasitados. En ocasiones están pigmentados de color negro, un resultado de la melanización, un proceos defensivo.

Palaemon serratus parasitado. Fotógrafo: Mark Thomas

Experimentos en acuarios han demostrado que los camarones son capaces de aceptar tanto presas vivas como muertas a lo largo de su vida, indicando una flexibilidad en sus hábitos alimenticios. Durante la alimentación, los camarones suelen localizar la presa utilizando sus flagelos olfatorios, luego se acercan para tocarla con sus segundas antenas antes de ingerirla.

Contrariamente a lo observado en algunos peces, los camarones no son estimulados por la observación de otros individuos alimentándose. En estudios realizados en acuarios, se ha documentado que los camarones pueden competir por el alimento, incluso cuando este está disponible en abundancia. Durante tales interacciones, el alimento a menudo cambia de dueño varias veces antes de ser finalmente ingerido.

Este artículo es un resumen de algunos de los aspectos de mi tesis doctoral que defendí en 1984.

Como cantaba Gardel, Volver con la frente marchita. Las nieves del tiempo platearon mi sien. Sentir que es un soplo la vida. Que veinte años (por dos) no es nada.

Figueras, A.J. (1984). Biología y pesca del camarón (Palaemon adspersus Rathke, 1837 y P. serratus Pennant, 1777) Decapoda: Natantia en la ria de Vigo (N.O. de España). Tesis Doctoral. Univ. Santiago de Compostela.

Palaemon serratus

Palemon elegans.

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