Ponen en marcha una prueba piloto de un sistema de sensores de gases que se basa en inteligencia artificial para monitorizar a personas mayores que viven solas
Para este proyecto, el Centre de Recerca en Enginyeria Biomèdica de la UPC (CREB) y Sensing&Control han recibido una ayuda de 125.000 euros en el marco del programa Innotec de Acció, la agencia para la competitividad de la empresa de la Generalitat.
Esta línea de ayudas cubre el 70 % del coste de proyectos de I+D e innovación que se desarrollan entre pymes catalanas y centros tecnológicos, universidades, grupos de investigación, hospitales o ingenierías.
La información recogida por los sensores se procesa con algoritmos desarrollados por el CREB y la inteligencia artificial aplicada por la empresa.
Los sensores tienen como funciones principales alertar de los peligros y extraer un patrón de comportamiento de la persona, lo que, gracias a la inteligencia artificial, permite identificar si una persona mayor se aleja significativamente de su rutina, "lo que constituye una señal de alarma de su comportamiento", según el consejero delegado de Sensing&Control, Narcís Avellana.
El sistema está formado por dos o tres dispositivos que se instalan en el comedor, la habitación y la cocina de la vivienda y los sensores que llevan incorporados pueden detectar diversos tipos de gases, como el dióxido de carbono o hidrocarburos, entre otros.
Esto permite saber si la persona está presente o no en un espacio, si se ha dejado el gas encendido, si hay mala ventilación o comida podrida en el piso.
Para el investigador del CREB, Jordi Fonollosa, los sistemas de monitorización convencionales, como las videocámaras o los sensores de movimiento a menudo son "bastante intrusivos y crean recelo, comprometen la privacidad y tienen limitaciones como los ángulos muertos".
