Lisowicia bojani, a giant dicynodont from Late Late Triassic of Poland | Dmitry Bogdanov
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El País

Descubierto un antepasado gigante de los mamíferos que rivalizó con los dinosaurios

El 'Lisowicia bojani' medía casi cinco metros de largo y pesaba nueve toneladas.

Un equipo de paleontólogos ha descubierto los restos de un animal del tamaño de un elefante que vivió hace unos 210 millones de años y que por su tamaño y época no debería estar ahí. Ninguna otra especie de su grupo llegó ni de lejos a un gigantismo similar. Aún es un misterio cómo llegó a ser tan grande justo en el momento en el que aparecían los ancestros de los mayores dinosaurios conocidos.

La nueva especie ha sido bautizada Lisowicia bojani por su lugar de procedencia, Lisowice, al sur de Polonia. Desde 2007 un equipo de paleontólogos polacos ha recuperado cerca de esta localidad más de 1.000 restos de reptiles, anfibios y unos 100 huesos de al menos dos especímenes de la nueva especie, explica Gregorz Niedzwiedzki, paleontólogo de la Universidad de Uppsala (Suecia) y coautor de un estudio que describe el hallazgo hoy en la revista científica Science.

El lisowicia era un sinápsido, el gran grupo de reptiles “con forma de mamífero” del que después se originaron los mamíferos propiamente dichos. “No eran nuestros ancestros directos, pero sí parientes, algo así como los primos de los mamíferos en el Triásico”, explica Niedzwiedzki.

Estos animales se alimentaban de plantas y ya habían desarrollado patas erguidas como las que después caracterizaron a los mamíferos y a los dinosaurios. Los sinápsidos más grandes que se conocían hasta ahora medían unos 3,5 metros y no llegaban a las dos toneladas. Por eso son tan sorprendentes las dimensiones de esta nueva especie: casi cinco metros de largo, dos metros y medio de alto y nueve toneladas de peso, un “gigantismo” que rivaliza con el de los dinosaurios herbívoros.

La nueva especie es, junto a los dinosaurios y sus ancestros, el mayor animal de cuatro patas que vivió en el Triásico (hace entre 250 y 200 millones de años). También es la última que sobrevivió de su linaje. Los autores del hallazgo especulan que tal vez el lisowicia alcanzó tallas tan grandes para maximizar la ingesta de alimento y atesorar más energía. Otra posibilidad es que ser mayor que sus depredadores le diese una importante ventaja de supervivencia. A juzgar por los restos hallados en el mismo yacimiento el mayor carnívoro de aquel tiempo era el smok, un “monstruo robusto, bípedo, de hasta seis metros de largo”, que pertenecía al grupo de los arcosaurios (que engloba a los dinosaurios y cuyos representantes actuales son las aves y los cocodrilos), dice Niedzwiedzki. El resto de dinosaurios presentes no llegaba al metro de longitud.

El hallazgo de esta especie demuestra “que los parientes lejanos de los mamíferos siguieron siendo dominantes en sus ecosistemas hasta bien entrada la era de los dinosaurios”, explica Christian Kammerer, investigador del Museo de Ciencias Naturales de Carolina del Norte. “Hasta ahora pensábamos que estos protomamíferos desaparecieron al final del Triásico y que solo los mamíferos coexistieron con los dinosaurios, pero este hallazgo nos muestra que los especímenes más grandes también vivieron al mismo tiempo que los dinosaurios más grandes”, destaca.

Este mismo año Kammerer lideró una investigación sobre huellas fósiles descubiertas en Suráfrica en el siglo XIX. Durante décadas se habían atribuido a algún tipo de dinosaurio, pero él demostró que en realidad las hizo un dicinodonte, el grupo de protomamíferos al que pertenecía el lisowicia. Según el trabajo, el camino hacia el gigantismo de los dicinodontes fue gradual y duró unos 20 millones de años, un tiempo similar al que tardaron los dinosaurios herbívoros, con los que se solaparon en el tiempo, y mucho después, los mamíferos.

Es “difícil” conocer el porqué de su gigantismo, pero también pudo deberse a la competición con otros reptiles herbívoros de menor tamaño para alcanzar la vegetación más alta, aventura Kammerer. Justo a partir de hace 210 millones de años aparecieron los saurópodos, dinosaurios herbívoros de largos cuellos que llegaban a alcanzar los 18 metros de alto y que por tanto podrían alcanzar vegetación aún más alta. “Tal vez esa sea la razón de que estos animales tuviesen tanto éxito en el siguiente período, el Jurásico, mientras los dicinodontes [como lisowicia] se extinguieron”, añade.

Esta nueva especie “representa un fósil fuera de lugar y de tiempo, lo que siempre resulta de gran interés para la historia de la vida”, resalta José Ignacio Canudo, paleontólogo de la Universidad de Zaragoza. “Este hallazgo muestra que en el Triásico de Europa se dieron las condiciones adecuadas para el gigantismo de un grupo de sinápsidos”, explica. Probablemente otro grupo de sinápsidos mucho más pequeños son los ancestros de los mamíferos actuales, cuyo linaje floreció después de la extinción de los dinosaurios. Estos animales no llegaron a alcanzar tallas como las del lisowicia hasta 150 millones de años después de su extinción y hoy alcanza enormes dimensiones como las de elefantes africanos y ballenas.

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