Científicos analizaron cerca de una década de registros sísmicos y oceanográficos para encontrar una correlación
Se llaman «stormquakes» (algo así como «tormentamotos») y ningún científico los había detectado hasta ahora. Este nuevo concepto se ha creado para denominar un fenómeno por el que los huracanes o las tormentas fuertes pueden provocar eventos sísmicos tan potentes como un terremoto de magnitud 3,5 en la escala de Richter. Aunque, eso sí, solo en condiciones muy concretas que se tienen que desarrollar en el océano.
«Durante una tormenta, los huracanes o "nor'easters" (ciclones extratropicales en el norte del Atlántico) transfieren energía al océano en forma de olas fuertes, que interactúan con la tierra sólida produciendo una actividad sísmica intensa», explicó Wenyuan Fan, profesor de Ciencias de la Tierra, el Océano y la Atmósfera de la Universidad Estatal de Florida y autor principal del nuevo estudio publicado en la revista «Geophysical Research Letters».
En concreto, las olas generadas por las tormentas generan otras «secundarias» hacia el fondo marino, que producen un tipo específico de fuerza de presión y crea un martilleo en el fondo marino. Es este efecto el que ahora se ha denominado como «stormquakes». La buena noticia es que no son percibidos por los humanos.
Para darse cuenta de este hecho, los científicos analizaron cerca de una década de registros sísmicos y oceanográficos desde septiembre de 2006 hasta febrero de 2019. Y encontraron una relación entre los ciclones fuertes y actividad sísmica intensa (vibraciones en la corteza terrestre) cerca del borde de las plataformas continentales.
En concreto, los investigadores descubriendo 14.077 «stormquakes» en el periodo de tiempo estudiado. Pero no necesariamente fueron producidos por los huracanes más destructivos en tierra.
Así, aunque el huracán Sandy sigue siendo recordado por los estragos que causó, no generó ningún «stormquake». Algo que sí hizo el huracán Bill, de 2009, que generó alrededor de 300 tormentamotos.
