Casi 200 en peligro crítico, pero no todas son malas noticias, porque en 2019 se descubrieron ocho nuevas especies, aunque una de ellas con un solo ejemplar, explica el presidente de la Sociedad Botánica Española, Juan Carlos Moreno
La “desaparición de hábitats naturales -gracias al urbanismo y la construcción de nuevas infraestructuras-, es la principal causa para la pérdida de especies”, pero también cuentan el tráfico de especies, la introducción de especies exóticas invasoras, o el cambio climático y el calentamiento global, entre otros aspectos, señala en entrevista con EFE el presidente de la Sebot.
Pérdida de hábitats
Lo “peor es la pérdida de hábitats” para plantas y animales que no acaba de frenar su deterioro, el del medio ambiente, su área potencial y la densidad poblacional “que se van viendo cada vez más reducidos y eso les lleva a acercarse a su extinción”.
“Tenemos más de mil especies de plantas con flores que están amenazadas y el cambio climático es uno de los riesgos más apuntados por los investigadores de estas fichas”.
Pero, hay un “centenar muy largo casi acercándose a las doscientas especies que están en estado crítico de desaparición”, según el catálogo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Es el caso de la especie conocida como “pico de palomas” (“Lotus gomerythus”), una legumbre encontrada en la isla canaria de La Gomera, “con espectaculares flores rojas, de la que solo existe un ejemplar, y que se ha librado del exterminio de herbívoros”.
La descubrieron biólogos especializados en censos y contratados por los gobiernos autonómicos insulares, que supieron “reconocer el valor de la planta”, que está emparentada con otras que se cultivan muy bien clónicamente y se venden en jardinería en Canarias, donde son muy populares, asegura el profesor titular de Botánica en el Departamento de Biología de la Universidad Autónoma de Madrid.
De esta se encontró un solo ejemplar en 2017, y después de algunos estudios, varios expertos junto a los del Jardín Botánico de La Orotava en Tenerife, decidieron describirla como nueva especie, que además se encuentra en “estado crítico” de desaparición dentro de las categorías de la UICN “desde su propia descripción”.
En el centro peninsular se ha descubierto la “Linaria vettonica”, una flor de color burdeos encontrada en las faldas de la Sierra de Gredos, territorio que comparten las comunidades autónomasde Madrid, Castilla y León, Castilla La Mancha y Extremadura.
A pesar de la cercanía a Madrid y de las exhaustivas campañas de recolección por parte de los botánicos, la especie no se había descrito anteriormente, señala Moreno.
Estas son dos de las veinte especies de plantas nuevas halladas en 2019 por botánicos españoles no solo en España, según la Sebot.
Especulación urbanística e infraestructuras
Hay casos muy parecidos al caso de La Gomera, especies que viven en un solo cañón de los Pirineos, con pocos ejemplares, y en un sitio donde se pretende construir una carretera, sostiene.
Y plantas que viven en una sola playa que se quiere urbanizar sin garantizar la protección de los movimientos especulativos, de la contaminación de los alrededores o las que viven en una sola cumbre montañosa y que el calentamiento global puede acabar con su hábitat propicio.
Hay “una problemática grande”, y lo que le pasa a especie de La Gomera les pasa a otras especies en Baleares donde están expuestas a la sobreexplotación o una exposición a herbívoros introducidos.
Moreno se lamenta que la falta de medidas para evitar la pérdida de esas especies en peligro crítico, porque depende de las administraciones que las recojan en su legislación, en las medidas administrativas y presupuestarias que vayan a llevar a cabo, porque la categorización de la UICN tiene un carácter científico técnico y no tiene nada que ver con lo que se haga a nivel oficial.
Afortunadamente, y “en contra de la creencia de que el territorio español está bien estudiado”, gracias a la gran heterogeneidad ambiental, de paisajes, de alturas, de litología, entre otros aspectos, son posibles “hallazgos de nuevas especies cada año”.
Nacimiento de la Sociedad Botánica Española
Y con la finalidad de unificar criterios, fuentes de investigación y trabajos, cinco sociedades locales han decidido unirse en la Sociedad Botánica Española (Sebot).
La nueva Sociedad agrupa a cinco entidades: la Asociación Española de Aerobiología, la Asociación de Palinólogos en Lengua Española, y las Sociedades Españolas de Biología de la Conservación de Plantas, la de Briología y la de Geobotánica.
La Sociedad Española de Biología de la Conservación de Plantas es la que más socios agrupa y como presidente de la misma Moreno ha asumido también la presidencia de la nueva federación botánica.
La Sebot emprende “una tarea pendiente de hace siglos literalmente, porque las sociedades francesas, británicas o italianas son del siglo 19. En España no hemos tenido una sociedad botánica nacional seguramente por desavenencias, porque cada uno llevaba la guerra por cuenta”.
Moreno es optimista sobre la ruta que inicia la Sebot, porque “nunca ha habido tantos biólogos, botánicos, zoólogos o ecólogos” en España, y sus casi 700 miembros pretenden “cubrir el déficit de una sociedad botánica multidisciplinar”.
Asimismo, responder juntas al reto de poner en valor la diversidad vegetal y la utilidad de las plantas en el bienestar humano.
Además, es una “muy buena iniciativa para lo jóvenes botánicos e investigadores”, concluye.
Viveros, importación de madera o invasoras
Los jardines botánicos hacen una gran labor para dar a conocer la riqueza botánica, según Moreno, que resalta el trabajo de algunos como el de Madrid o la red de estas entidades en Andalucía, entre otros, que están llevando a cabo “muy bien” la educación ambiental con material didáctico y visitas de escolares y ciudadanía en general.
Llama la atención sobre las plantas que se introduce en los viveros, en las que pueden llegar especies invasoras o patologías nuevas.
Y aunque hay catálogos oficiales de las plantas exóticas invasoras con las que está prohibido comerciar, pero no acaban llevarse a cabo las medidas necesarias y todavía se encuentran a la venta en algunos viveros plantas muy, muy peligrosas y se denuncia y parece que no acaba de calar ni entre las administraciones ni entre el público.
Llegan a través de cultivos, de importaciones de madera, de plantas que no necesariamente son invasoras pero que portan nuevos virus, hongos y enfermedades que pueden terminar con las especies autóctonas y llevarlas a una situación de peligro de extinción.
Recuperación de algunas especies
Entre las especies extinguidas pero que han logrado recuperarse está la “Linaria lamarchii” gracias al trabajo de científicos y de la Consejería de Medio Ambiente de Andalucía.
Esta especie desapareció por la urbanización de zonas del litoral de Huelva, muy cerca de las Marismas de Isla Cristina, señala el profesor de la UAM, pero ha logrado recuperarse a partir de semillas que se conservaban.
Sin embargo, se han perdido otras especies en algunos salares costeros en Valencia y en el Mar Menor la especulación y el urbanismo ponen aún más en peligro las especies amenazadas, concluye.
