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CNIEH

Las huellas craneovasculares, una vía para conocer el cerebro de nuestros antepasados

Un trabajo sobre la distribución cráneovascular en humanos modernos permite investigar el sistema sanguíneo cerebral en especies extintas o poblaciones del pasado

Artería y venas dejan sus huellas en los huesos del cráneo, y estas trazas se pueden utilizar en antropología, bioarqueología y paleontología para investigar el sistema sanguíneo en especies extintas o poblaciones del pasado. Esta semana se publica en la revista Journal of Anatomy, un artículo liderado por Emiliano Bruner, paleoneurólogo del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), sobre la distribución de estos rasgos craneovasculares en humanos modernos.

Los resultados sugieren que en general el tamaño o la forma del cráneo no influyen en la distribución de estos vasos, con algunas excepciones, como los canales mastoideos, en la zona posterior del cráneo, que representan una importante vía adicional de flujo sanguíneo en los cráneos más grandes o más anchos.

Además del tamaño y de la forma del cráneo, se han analizado las diferencias sexuales o las asimetrías. “los hombres presentan una mayor frecuencia de vías adicionales para el drenaje venoso a nivel de la nuca, rasgos que más allá del interés en antropología y arqueología, tienen también una importancia clínica en muchos tipos de patologías vasculares, así como en cirugía y en antropología forense.”, explica Emiliano Bruner.

Cambios evolutivos y parentesco

Estas huellas de venas y arterías pueden ofrecer informaciones sobre cambios evolutivos entre especies o sobre los niveles de parentesco entre individuos. Para ello, es necesario estudiar los mismos rasgos en los individuos modernos, ya que pueden proporcionar muestras numerosas y más informaciones a la hora de investigar los factores involucrados en estos caracteres.

La muestra utilizada en este estudio incluye dos poblaciones: una italiana y una checa. Ambas tienen el mismo tamaño craneal pero diferentes proporciones de la bóveda, y ofrecen un rango de variación que permite averiguar cómo cambian estos rasgos vasculares en función de la forma del cráneo.

“El sistema vascular es crucial para la oxigenación del cerebro, pero también para su regulación térmica e incluso para su sujeción mecánica. A pesar de ello, las informaciones sobre su sistema sanguíneo siguen siendo escasas”, señala Emiliano Bruner.

Este artículo titulado “Normal craniovascular variation in two distinct modern European adult populations“ se ha llevado a cabo en colaboración con la Universidad Karlova y el Museo Nacional de Praga, en el marco de un proyecto liderado por Emiliano Bruner y financiado por la Wenner-Gren Foundation.

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