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Las presas hidroeléctricas pueden causar efectos catastróficos en ecosistemas costeros

Los resultados de un estudio demuestran una alta perdida de tierras costeras en las bocas de los ríos obstruidos

Unos investigadores del Instituto Scripps de Oceanografía, parte de la Universidad de California en San Diego, y de la Universidad de California en Riverside, todas estas instituciones en Estados Unidos, encontraron que las presas pueden tener efectos altamente destructivos en los ecosistemas río abajo. El estudio fue publicado en Science Advances.

Los investigadores compararon cuatro ríos en la costa pacífica de México: dos represados y dos libres. Los resultandos del estudio demuestran una alta pérdida de tierras costeras en las bocas de los ríos obstruidos, incluyendo en áreas de alto valor ecosistémico como los bosques de mangle los cuales proveen protección de tormentas, hábitats para especies de pesca comercial y almacenamiento de carbono.

Los ríos que estudiaron los investigadores corren aproximadamente paralelos uno al otro a través de paisajes similares, hasta grandes lagunas costeras. Las grandes presas de los ríos Santiago y Fuerte proveen energía hidroeléctrica para la región, pero atrapan 95% del flujo de esos ríos. En contraste, los ríos San Pedro y Acaponeta fluyen relativamente libres, con un 75% de su flujo sin obstrucciones.

Más de un millón de toneladas de sedimentos quedan atrapados cada año en las presas a lo largo de los ríos Fuerte y Santiago, lo cual provoca un extraordinario retroceso costero en las bocas de los ríos. Este sedimento normalmente llegaría a las bocas del río, donde se depositaría a lo largo de la costa permitiendo que ecosistemas como manglares florezcan. Desde su represamiento, los ríos Santiago y Fuerte mostraron una pérdida anual de tierras costeras de hasta 21 hectáreas (aproximadamente 40 canchas de fútbol). En contraste, durante los mismos periodos de tiempo, las costas cerca de los estuarios de los dos ríos libres se mantuvieron estables o avanzaron hacia el mar.

"Procesos similares, al represar ríos e impedir el flujo de agua, están destruyendo estuarios y costas en muchas partes del mundo", dijo Exequiel Ezcurra, autor principal de la publicación y profesor en la Universidad de California en Riverside, además de profesor adjunto en el Instituto Scripps. "A pesar de las graves implicaciones para la conservación de ecosistemas, el proceso de degradación costera que resulta de las grandes presas no ha sido adecuadamente estudiado o cuantificado con un enfoque comparativo".

El retroceso costero genera amplios impactos económicos en la región, incluyendo la pérdida de hábitats pesqueros, menor protección contra tormentas extremas, disminución de biodiversidad y la pérdida de los modos de vida de los pobladores de los estuarios, además de un aumento en la emisión de carbono anteriormente secuestrado en sedimentos costeros. Las consecuencias económicas de estas pérdidas, según los investigadores, se valoran en más de 10 millones de dólares estadounidenses por año, de los cuales 1,3 millones provienen solamente de las pérdidas de capital natural que la región tiene en servicios de pesquerías.

"Los beneficios de trabajos efémeros generados en conexión con la construcción de una presa se deben sopesar contra los costos a largo plazo que la presa tendrá para las formas de vida locales", apunta Octavo Aburto-Oropeza, coautor y profesor en el Instituto Scripps.

Asimismo, las botánicas Sula Vanderplank de la Universidad Estatal de San Diego y Lorena Villanueva de la Universidad de California en Riverside, ambas coautoras del estudio, encontraron que esta inestabilidad impacta directamente la biodiversidad florística de las costas. Las barras arenosas de los estuarios de los ríos San Pedro y Acaponeta mostraron niveles significativamente más altos de riqueza de especias que los ríos Fuerte y Santiago, y muchas de las especies que están desapareciendo en los estuarios represados únicamente se encuentran allí, y tienen un alto valor de conservación.

Las presas hidroeléctricas son celebradas como fuentes de energía renovable y una alternativa de bajas emisiones y los hidrocarburos. Sin embargo, los daños que un proyecto hidroeléctrico puede ocasionar en la costa y la parte inferior de cuencas tropicales, en términos de pérdida de servicios de manglares y productividad estuarina, pueden aumentar significativamente el costo medioambiental de una presa y son rara vez calculados, según la información de la Universidad de California recogida por DiCYT.

"Este estudio ilumina la necesidad de tomar cuenta de los impactos medioambientales y económicos de presas hidroeléctricas en las costas y cuencas", dijo Aburto-Oropeza. "Tenemos que contabilizar los efectos que el represamiento río arriba tiene en la región entera".

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