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Los perfiles de riesgo de la crisis laboral del COVID-19: los jóvenes y el turismo

La situación de emergencia sanitaria provocada por el coronavirus COVID-19 va a tener un impacto muy negativo en el mercado de trabajo español

El contexto en el que nos desenvolvemos, con el COVID-19 en plena efervescencia, se caracteriza por una enorme incertidumbre. La intensidad y duración de los efectos de la crisis en el empleo dependerán, entre otros factores, del tiempo que sea necesario para controlar la epidemia y de la eficacia de las medidas que se adopten para contrarrestar la caída en la renta de las familias y las dificultades financieras de las empresas. Lo que sí se puede pronosticar es que, dada la naturaleza de la crisis, el impacto laboral en el corto plazo va a ser desigual en función del perfil de los trabajadores, por territorios y por ramas de actividad. 

Con relación al perfil de los trabajadores, habría que mencionar en primer lugar la situación de los trabajadores por cuenta propia, donde el comportamiento de la ocupación es menos sensible al ciclo económico, aunque el mantenimiento de la actividad puede enmascarar un deterioro significativo de la renta de los trabajadores autónomos. 

Previsiblemente, la destrucción de empleo se va a concentrar, como en la última crisis, en los asalariados con contratos temporales. La elevada volatilidad que caracteriza el mercado de trabajo español se explica por el excesivo peso de los contratos de duración determinada. Además, la temporalidad afecta especialmente a la población más joven, especialmente la de menos de 30 años donde el 55,4% de los trabajadores tienen un contrato temporal. Paradójicamente, las personas jóvenes que constituyen el colectivo menos vulnerable al coronavirus desde el punto de vista sanitario, son a la vez, las más expuestas a los daños que la epidemia puede ocasionar en el mercado laboral español. 

En cuanto a los efectos por ramas de actividad, la expansión del COVID-19 está teniendo ya un impacto significativo en el sector del turismo, ante el temor de que el desplazamiento y aglomeración de personas en congresos o en actividades culturales, de ocio y de entretenimiento puedan contribuir a la propagación de la enfermedad. Según la Encuesta de Población Activa (INE), en el segundo trimestre de 2019 trabajaban en España alrededor de 5,7 millones de personas en las ramas de hostelería, transporte y comercio, lo que representa el 29,4% del empleo total. Estas actividades van a verse notablemente afectadas por la cancelación de reservas, las restricciones a la movilidad de personas y el cierre de los comercios de productos que no son de primera necesidad mientras dure la declaración del estado de alarma. 

La desigual especialización sectorial de las economías de la Unión Europea va a manifestarse en un impacto desigual de la crisis por países, dado que, según la información que elabora Eurostat, el peso específico de las ramas de “comercio, transporte, hoteles y restaurantes” es muy elevado en los países del sur de Europa, como Grecia (33,5% del empleo total) y España (29,7%), y relativamente inferior en los países de centro y norte de Europa, como Francia (23,0%), Alemania (22,6%), Noruega (21,8%), Bélgica (20,8%), Finlandia (20,1%) o Suecia (19,9%) por mencionar algunos ejemplos. 

Por otra parte, las ramas vinculadas al sector público, que pueden actuar como factor de estabilización del empleo, están precisamente menos desarrolladas en los países del sur, dada la menor dimensión relativa de sus estados de bienestar. Mientras que en España y Grecia el peso específico de las ramas de “administración pública, defensa, educación, sanidad y servicios sociales” representan en torno al 22% del empleo total, en Finlandia, Francia, Bélgica, Suecia y Noruega alcanzan o superan el 29% de la ocupación. 

Volviendo nuevamente al caso español, el análisis regional de la especialización del empleo en las ramas de “comercio, transporte y hostelería” revela que las CCAA más vulnerables al impacto de la crisis son Andalucía (31,5%), Comunidad Valenciana (32,8%), Islas Baleares (36,3%) y Canarias (44,1%). En cambio, el mercado laboral de las CCAA de la mitad norte de España puede verse menos afectadas por la caída de la ocupación, dado el menor peso específico del empleo en el sector turístico, como sucede por ejemplo en el caso de Navarra (24,0%), País Vasco (24,1%), La Rioja (24,9%) y Castilla y León (25,3%).

En conclusión, la emergencia sanitaria provocada por el coronavirus va a tener consecuencias graves y desiguales en nuestro mercado laboral, a no ser que las medidas adoptadas por las autoridades en España y en la UE sean proporcionales a la situación de excepcionalidad que estamos viviendo. 

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