“No debería ser anómalo ni raro ver mujeres científicas trabajar en puestos de alto nivel”

Judith S. Birkenfeld (Alemania) soñaba con ser veterinaria de pequeña, pero le marcó cuando a los 10 años su padre, profesor de física en la escuela secundaria, construyó un coche solar con sus estudiantes y un péndulo de Foucault en su casa. “También pasé un año en Miami, en la escuela secundaria, y la mujer con la que viví durante ese tiempo fue la primera científica que conocí. Trabajaba en temas medioambientales y ella fue quien me enseñó lo que significa ser una científica”, recuerda. 

Estudió Física (Diplom) y Física Médica (MSc) en la Universidad de Heidelberg en Alemania que marcó su carrera. “Cuando estudiaba física allí, tuve varias clases con el profesor Josef Bille, considerado el padre del láser ocular y de la óptica adaptativa en oftalmología, un verdadero innovador, y ganador del prestigioso premio ‘European Inventor Lifetime Achievement Award’ por sus patentes sobre los láseres quirúrgicos para la cirugía ocular con láser (LASIK). Fue un profesor increíble, y consiguió que toda la clase se enganchara a la Óptica Biomédica con su entusiasmo interminable. Fue por él que me enamoré del tema en el que sigo trabajando ahora”.

Durante sus estudios, Judith obtuvo una beca DAAD en Harvard Medical School (HMS) en Boston (EE.UU.), y la beca Leonardo en la Universidad de Autónoma de Madrid. Después de la carrera se trasladó a Madrid para iniciar su doctorado en física en el IO-CSIC (Instituto de Óptica) en colaboración con la Universidad Complutense. Al final de su doctorado fue seleccionada como "M+Vision Catalyst Fellow" en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) en Boston. Posteriormente, comenzó un proyecto en el Wellman Center for Photomedicine/HMS en colaboración con el IO-CSIC con un grant de Marie Skłodowska-Curie Action. “Este fue el proyecto que me trajo de vuelta a España, bajo el amparo del grupo de Óptica Visual y Biofotónica, donde actualmente trabajo dentro de un proyecto europeo (Imcustomeye)”, señala Judith.

Su investigación pretende desarrollar un sistema que permita la detección temprana de una enfermedad ocular llamada queratocono que afecta a la córnea y que puede causar una grave pérdida de la calidad visual. El queratocono se trata de una enfermedad degenerativa que afecta a 1 de cada 2.000 españoles y suele aparecer entre los 16 y los 25 años, por ello la detección temprana es clave. “Esto permitiría mejorar la calidad de vida de muchas personas gracias al freno del progreso del queratocono, de modo que la necesidad de trasplantes de córnea disminuiría. Esto, a su vez, disminuiría el coste de la atención, por lo que también tendría un impacto en nuestro sistema de Sanidad”, explica la científica.

“Para lograr estos objetivos, trabajaremos con tecnologías de no contacto que permitan observar las estructuras oculares internas y desarrollaremos nuevos métodos para investigar la microestructura del colágeno en la córnea. Además, vamos a desarollar nuevos modelos personalizados de inteligencia artificial, enseñaremos a las maquinas a diferenciar entre las córneas normales y las anómalas”, explica.

“El mundo que nos rodea es maravilloso, pero desafortunadamente no todos podemos admirarlo”, cuenta Judith, quien asegura que su sueño es poder desarrollar una herramienta fácil de usar en casa que revisara los ojos por la mañana y te dijera cuándo es el momento de hacer una visita al oftalmólogo.

La mujer en la ciencia

Judith señala que es más fácil ser una científica a día de hoy “porque estamos sobre los hombros de mujeres científicas que han trabajado en su mayoría sin obtener nunca ningún crédito ni reconocimiento, y que han gastado mucha de su energía en conseguir nuestros derechos básicos”.

Un camino que, en su opinión, pasa por destruir la idea de que “hay trabajos que solo pueden hacer los hombres”. En este sentido, Judith explica que “estar en minoría en el trabajo, en este caso ser mujer en un ámbito laboral de hombres, es como el estado en el que te encuentras cuando te has mudado a otro país, o incluso a otra ciudad. Digamos que todo está en orden, tienes un nuevo apartamento, encuentras una escuela para los niños, y la gente es realmente agradable. Pero hay una barrera del idioma y algunas reglas sociales no escritas que son diferentes a las que estás acostumbrado, y que te resulta difícil aplicar. Así que, desde el principio, es difícil relajarse y pierdes parte de tu energía diaria en tratar de entender y ser entendido. Y también notas que estás en una especie de estado cuántico en el que eres muy visible porque eres diferente, pero, por otro lado, eres invisible cuando se trata de promociones de trabajo. Y para la mayoría de las mujeres lleva un tiempo entender que esto no sucede porque hagamos un trabajo peor que nuestros homólogos masculinos, sucede por un sesgo que existe en nuestra sociedad”.

Por ello, Judith aboga por normalizar la imagen de la mujer como científica: “no debe ser anómalo ni raro ver mujeres científicas trabajar en puestos de alto nivel. La visibilidad de Rosa Menéndez López, la presidenta del CSIC, es un excelente ejemplo. Tomó el puesto con tanta facilidad, que no dejó ninguna duda de que sería capaz de hacerlo. Pero necesitamos muchos más ejemplos para implementar esta normalidad en nuestra sociedad, y estoy absolutamente segura de que hay científicas brillantes que pueden ocupar puestos de trabajos de alto nivel en cualquier momento”.

Instituto del Óptica del CSIC

El grupo de investigación en Óptica Visual y Biofotónica (VioBio), perteneciente al Instituto de Óptica del CSIC, está dirigido por la Prof. Susana Marcos (Premio Jaime I; Premio Nacional de Investigación, Medalla Ramón y Cajal de la Real Academia Española de Ciencias, Premio Física, Innovación y Tecnología de la Real Sociedad Española de Física). Este grupo es reconocido por su labor en el desarrollo técnicas ópticas y fotónicas para la evaluación de los mecanismos de la visión, nuevas tecnologías diagnósticas en oftalmología y nuevos métodos de corrección ocular. Asimismo, sus actividades tienen un gran impacto científico, clínico e industrial.

El CSIC tiene múltiples medidas destinadas a promover la igualdad entre hombres y mujeres. Desde establecer cuotas paritarias en todas las comisiones de evaluación hasta iniciativas específicas e incluso premios internos como el distintivo de Igualdad, que se otorga cada año a los centros que más han hecho por promover la igualdad entre sus trabajadores. Desde 2002, la Comisión de Mujeres y Ciencia hace un seguimiento anual de la situación de las mujeres científicas, trabaja en visibilizar los méritos de las mujeres y llama la atención sobre situaciones injustas y sesgos inconscientes. El CSIC sigue las recomendaciones de la Comisión Europea y también la normativa española en materia de igualdad.