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“Nuestro objetivo es desarrollar un prototipo que sea lo suficientemente interesante para el mercado para desarrollarlo a un coste muy competitivo y lograr un uso lo más universal posible”

Entrevista a Beatriz Arias, neumóloga en el Hospital Infanta Leonor e integrante de uno de los proyectos seleccionados en el Hackaton ‘Vence al virus’ de la Comunidad de Madrid

¿Cómo surge la idea de convertir una máscara de buceo en sistema de ventilación no invasiva para los pacientes con insuficiencia respiratoria por COVID-19?

Nuestro dispositivo surgió viendo lo que habían hecho nuestros colegas en Italia, algo que en el principio sonaba muy rocambolesco y que era utilizar máscaras de buceo para intentar ventilar a los pacientes. Pero luego cuando el virus fue llegando a España vimos que tenía su justificación y nos vimos abocados a ponerlo en práctica.

Con esta máscara lo que intentamos es simplemente reproducir lo que hace una terapia de soporte respiratorio, es decir, administrar oxígeno a alto flujo con un determinado nivel de presión, que es lo que ayuda al paciente a respirar mejor y a que se recupere. Y de ahí desarrollamos una serie de piezas y un sistema para poder aplicarlo en los pacientes del hospital.

¿Cómo funciona el dispositivo?

Inicialmente, el principal diseño que vimos exportado desde Italia tenía tanto la expiración como la inspiración desde la parte de arriba de la mascarilla de buceo, aprovechando los circuitos de aire que estaban diseñados a tal fin en la máscara de snorkel. Sin embargo es verdad, que intentando asemejarlas a las máscaras de soporte respiratorio no invasivo que nosotros utilizamos habitualmente, vimos que efectivamente el paciente respira mejor y le resulta mucho más confortable si el aire proviene desde delante. Fue ahí cuando se produjo el momento eureka y comenzamos a desarrollar una serie de piezas y un sistema para poder aplicarlo en los pacientes del hospital: El paciente iba a notar el aire directamente a la nariz y la boca, y luego la expiración no iba a ser tan importante si salía por uno u otro circuito, sino que iba a ir todo ello filtrado a través de la chimenea superior, de la válvula de Charlotte. El resultado final es este dispositivo que además es más fácil de reproducir y más económico, algo a tener en cuenta cuando tienes varias piezas que hay que imprimir. Esta versión de la máscara es la más sencilla, la más económica y la que nos da realmente la funcionalidad que nosotros pretendíamos.


En todo momento hemos sentido el apoyo de la Fundación madri+d y de la Comunidad de Madrid para intentar desarrollar este proyecto

Dos de las mejores características que tiene este dispositivo es que no es solamente low cost, sino que es esterilizable entre cada paciente, luego reutilizable al 100% y además el aire va a salir totalmente filtrado sin tener riesgo de contagio entre el personal sanitario o incluso otros pacientes.

Háblanos del equipo humano que lo ha hecho posible.

Detrás de este proyecto hay un equipo muy heterogéneo formado por médicos (cirujanos, traumatólogos y yo como neumóloga), e ingenieros industriales, aeronáuticos y químicos, y a priori muy alejados unos de otros. El origen surgió con un compañero traumatólogo del hospital y posteriormente, y de la manera más peregrina, se fueron añadiendo a la causa los ingenieros.

¿Qué ha supuesto para vosotros ser uno de los 20 proyectos seleccionados en el Hackatón ‘Vence al virus’ de la Comunidad de Madrid?

Nuestro proyecto nació antes del Hackathon porque, desgraciadamente, nos vimos forzados a utilizar estas máscaras en el pico más álgido de la pandemia y vimos que efectivamente funcionaban en los pacientes. Luego llegó el Hackathon y vimos la oportunidad de presentar el proyecto de manera más oficial, así que adaptamos el desarrollo para poder presentarlo.

Realmente supone mucho haber sido uno de los ganadores. El trabajo se ve recompensado. La loca idea de usar este dispositivo, desarrollándolo y mejorándolo, se ve respaldada.

¿De qué manera os está ayudando la Fundación para el Conocimiento madri+d en este proceso?

En todo momento hemos sentido el apoyo de la Fundación madri+d y de la Comunidad de Madrid para intentar desarrollar este proyecto. Y no solamente ayudándonos a mejorar las ideas que ya teníamos o el concepto  que teníamos del desarrollo del dispositivo, sino también dándonos la facilidad de acceder a información y a formación a las que de otra manera no hubiéramos tenido acceso y conociendo cuáles son nuestros puntos fuertes para fortalecerlos y nuestras debilidades para poder mejorar y conseguir llevar el proyecto adelante.

¿En qué punto se encuentra actualmente el proyecto?

Ahora mismo estamos en fase de desarrollo. La empresa Decathlon eliminó todo el stockage donándolo a todos los hospitales que lo solicitaron en mitad de la pandemia, así que tenemos que partir de un nuevo proyecto de máscara desde cero: Intentando replicar aquellos beneficios y aquellas bondades que nos ha transmitido la experiencia del uso de esta máscara en la vida real y desarrollando el concepto que nosotros tenemos para optimizar los recursos.

Después habrá que decidir cuál es el mejor desarrollo posible, intentando ver si realmente es una máscara o ver a qué nos podemos agarrar para mejorar el soporte respiratorio del paciente.


Si nuestro esfuerzo puede repercutir en que los pacientes puedan ser tratados mejor en aquellas partes del mundo donde no disponen de dispositivos homologados nuestro objetivo se habrá visto superado con creces

También es muy importante la idea de economizar, porque es verdad que un ventilador de alta gama es lo mejor, obviamente, pero también es lo más caro. Y es de lo que se ven totalmente faltos los países en vías de desarrollo. Entonces esto quizá le da un giro a intentar llevar todo lo más económicamente posible de una terapia de soporte respiratorio de bajo coste con la mejor eficiencia. Si nuestro esfuerzo puede repercutir en que, clínicamente, los pacientes puedan ser tratados mejor en aquellas partes del mundo donde no disponen de dispositivos homologados de primera mano, nuestro objetivo se habrá visto superado con creces.

Toma la palabra Ricardo Larrainzar Garijo, cirujano ortopédico del Hospital Universitario Infanta Leonor y otra de las piezas del equipo humano que trabaja en el desarrollo de CoronaMask. Nosotros estamos con la idea de conseguir un dispositivo, porque esto no es un dispositivo médico, es una brillante adaptación de una máscara de buceo. Y para que se pueda universalizar su uso tenemos que conseguir dos cosas: Primero el marcado CE europeo de homologación, por lo tanto se tiene que parecer bastante a los modelos que hay en el mercado y cumplir los requerimientos que marcan las autoridades europeas. Y por otro lado, que sea suficientemente asequible el coste e interesante para un tercero para financiarlo. Porque esto surge en el entorno de la crisis COVID-19, pero es que la patología respiratoria-infecciosa existe, ha existido y existirá. Hoy es el COVID, mañana podría ser la gripe, pasado la tuberculosis, etc. Disponer de un sistema de soporte respiratorio no invasivo que permita, con uso precoz el evitar la progresión de la enfermedad respiratoria tiene todo el sentido del mundo. Por lo tanto, nuestro objetivo es, con todo lo que hemos aprendido de esta crisis por el COVID, intentar desarrollar un prototipo que cumpla los requerimientos establecidos por las autoridades sanitarias, que sea lo suficientemente interesante para el mercado para desarrollarlo a un coste muy competitivo que sea el menor posible para tener un uso lo más universal posible.

¿Cuáles han sido las principales dificultades con las que os habéis encontrado en estos meses?

Retoma Beatriz Arias. Al tratarse de una idea tan innovadora, que parte de una máscara de buceo, lo que nos está costando más es quizá convencer de que esto funciona. Porque hemos visto que funciona y estamos intentamos publicar la evidencia con pruebas, con documentos bien fundamentados y documentados. Pero quizás sea ésta la parte más dificultosa. Me gustaría dejar claro que no queremos validarlo para que su uso se convierta en la norma. No. Hay otros dispositivos y otros ventiladores y las camas de UCI, que tienen que ser utilizados cuando así se indica. Pero sí queremos obtener el respaldo de que en circunstancias de crisis, que esperemos que no se vuelvan a repetir, su uso es eficaz.

Y luego el tiempo. Porque si ahora mismo cualquier hospital está al 150%, en el servicio de neumología estamos al 200%, porque debemos realizar el seguimiento de las secuelas en pacientes COVID mientras reanudamos las visitas que hemos tenido absolutamente paradas en estos meses. Es duro intentar seguir con el desarrollo del proyecto partiendo de poco tiempo de maniobra.

¿Y cuál sería vuestro mayor logro?

Realmente la mejor sensación que se puede llevar un médico es ver que tu dispositivo funciona, lejos ya de que lo publiques o de que este proyecto salga adelante, que por supuesto será una satisfacción personal, cuando se ve que realmente el paciente sale adelante es la mejor satisfacción que puedes tener. No necesitas más.

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