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Autor
Mario Rubiralta (Catedrático de Química Orgánica, Facultad de Farmacia, Universidad de Barcelona, Director General del Parc Científic de Barcelona)

Perspectivas de los Parques Científicos en España

Los parques científicos podrían ser la solución para una transferencia exitosa de la tecnología del conocimiento que actualmente se genera en España. Los <a href="http://www.madrimasd.org/InformacionIDI/Noticias/Noticia.asp?Buscador=OK&amp;id=18225&amp;Sec=2" target="_BLANK">parques tecnológicos</a> han triplicado sus empresas y empleados en ocho años. En los parques españoles trabajan más de 40.575 personas, en 1.520 empresas que facturan 5.500 millones de euros, cinco veces más que hace ocho años.
Las universidades españolas más dinámicas y competitivas, académica y científicamente, han introducido recientemente un tercer objetivo a su tradicional misión de crear nuevo conocimiento (investigación) y realizar a través de su actividad formativa la preparación de nuevos titulados superiores (docencia). Este nuevo objetivo, definido como universidad emprendedora, aborda la difusión y la transferencia de nuevo conocimiento y tecnología a la sociedad, en general, y al sector empresarial, en particular, mediante nuevas estructuras e instrumentos diseñados para favorecer la valorización inicial de los resultados de la I+D pública mediante una adecuada gestión de los derechos de propiedad intelectual e industrial y la posterior comercialización de los mismos. Con este fin, algunas universidades han desarrollado parques científicos o parques científicos y tecnológicos como nuevas estructuras de transferencia de tecnología que faciliten las interacciones entre el sector académico y la empresa a imagen de las universidades más dinámicas y emprendedoras de Europa.

Con el desarrollo de estas nuevas estructuras, las universidades participan activamente como uno de los agentes fundamentales del Sistema Español de Innovación con el fin de aumentar la competitividad de las empresas y ayudar al fortalecimiento de nuestra economía.

En nuestro país, el concepto de parque científico se entiende como "aquella estructura de servicios que, principalmente como entidad jurídica independiente, dispone de unos espacios de calidad, gestionados de forma profesional, donde se establece una fuerte interacción entre investigación pública y privada e innovación. Estos espacios se hallan, en general, dentro de un campus universitario o en una zona próxima, con una clara influencia del entorno académico. En estos espacios, de dimensiones menores que las de los parques tecnológicos, se halla una alta concentración de personal investigador, tanto del sector público como de la empresa, así como diferentes perfiles profesionales y técnicos relacionados con la I+D. En general, los parques científicos presentan una oferta tecnológica de alto nivel que se traduce en una actividad del tipo centro tecnológico, bien por medio de una oferta tecnológica propia, o bien mediante la incorporación en los espacios del parque de un centro tecnológico independiente de la organización del parque."

Los parques científicos, nacidos de la iniciativa de las universidades, pueden considerarse como una nueva estructura de transferencia de tecnología generada por evolución de las actividades y experiencias de las OTRIS universitarias, con una clara voluntad de aumentar la competitividad empresarial mediante la mejora de su capacidad tecnológica. La finalidad de las universidades españolas más emprendedoras con la creación de parques científicos (o científicos y tecnológicos) es participar responsablemente en el Sistema Español de Innovación ofreciendo unas estructuras de apoyo a las empresas, adecuadas para facilitar la transferencia de los resultados de la I+D generada por los grupos de investigación públicos, así como ofrecer una oferta tecnológica de primer nivel (plataformas tecnológicas) con la finalidad de que las empresas ubicadas en el parque y aquellas usuarias de sus facilidades sean más productivas y más competitivas tecnológicamente.

Los parques científicos como nuevas estructuras de interrelación universidad-empresa

Los parques científicos han estructurado su estrategia comercial sobre tres tipologías de clientes empresariales.

  1. Las empresas con capacidad de competir internacionalmente que ya disponen de unidades de I+D propios pero que entienden que su acercamiento a un entorno generador de nuevo conocimiento les pueda conferir una ventaja competitiva.


  2. PYMES y empresas menos innovadoras que no se hallen apoyadas sectorialmente por otro tipo de estructuras de apoyo como los centros tecnológicos. En general aquellas que requieren una mayor implicación y relación con grupos de investigación con tecnologías propias.


  3. Empresas de nueva creación de base tecnológica (spin-off y start-up).
Para estas tres tipologías se abordan diferentes estrategias en función de las características de las políticas tecnológicas de los entornos regionales.

El parque científico desarrolla mediante sus recursos tecnológicos o por aquellos recursos aportados por algunos de sus clientes, públicos y privados, los siguientes aspectos:

  1. Creación de valor científico y tecnológico mediante grupos de investigación y desarrollo tecnológico ubicados en el propio parque o en el área del campus universitario.


  2. Creación de una masa crítica de investigadores, de empresas y de servicios tecnológicos que facilitarán y promoverán nuevas acciones innovadoras en las PYMES relacionadas sectorialmente.


  3. Proyección internacional y participación en proyectos europeos, facilitando la relación y el contacto con otros actores y agentes, especialmente del sector financiero (capital riesgo).


  4. Facilidad de creación de alianzas estratégicas y acuerdos de joint ventures entre empresas, generalmente ubicadas en el propio parque científico, o entre empresas y el propio parque científico a través de su oferta de plataformas tecnológicas (Laboratorios o Unidades de I+D mixtas).


  5. Establecer una dimensión suficiente de empresas spin-off postgraduadas (que han finalizado el período de tres años de incubación tecnológica) con el fin de promover alianzas, fusiones o adquisiciones que conduzcan a una base tecnológica empresarial más potente y competitiva internacionalmente.


  6. Establecer una política comercial que, aprovechando la imagen internacional del parque científico y apoyado por una política industrial de la administración adecuada, promueva la atracción de empresas tecnológicas internacionales.
Los parques científicos, como el Parc Científic de Barcelona (PCB), aportan una tipología de espacios de laboratorio especializado y de oficinas donde se abren al libre mercado de oferta de conocimiento y demanda de actividad innovadora todas las relaciones posibles entre grupos, centros de I+D o investigadores individuales con empresas consolidadas, con nuevas empresas start-up o con empresas spin-off de origen académico.

Se crean así, laboratorios mixtos cuyos gastos de funcionamiento (incluidos los gastos de alquiler de espacio) y los asociados a la I+D son aportados por el sector privado y cuya dirección científica se halla asociada a un investigador del sector público. En general los acuerdos se establecen por períodos limitados (de uno a diez años) y llevan asociadas subcontrataciones de tecnología aportadas por los servicios del propio parque, por Plataformas Tecnológicas, o por otros servicios cientificotecnológicos. Se establecen además actividades entre agentes (clientes) del parque basadas en alianzas estratégicas (joint-ventures). El parque favorece la inmediata incorporación de una empresa (o grupo público de investigación) para la realización puntual o temporal de trabajos que requieran la utilización de infraestructuras del parque (Hotel Tecnológico). En general esta modalidad está abierta para momentos de elevados picos de actividad que obligan a buscar una diversificación de espacios y servicios (la experiencia demuestra que esta necesidad es mayor a final de año para las empresas más consolidadas con la finalidad de cubrir objetivos, o en el sector público para responder a contratos o proyectos concretos que requieran de espacio adicional de forma temporal o de técnicas no asequibles en el medio de trabajo habitual).

Además, los departamentos universitarios más relacionados tecnológicamente o sectorialmente con las especialidades o empresas ubicadas en espacios del parque pueden establecer acuerdos de asociación (Laboratorios Asociados) con la finalidad de disponer de mayores facilidades de acceso y de utilización de las infraestructuras, espacios reservados para actividades de transferencia no apropiadas en espacios departamentales, que sin ser la de los grupos públicos cuyos laboratorios se hallan en el propio parque, puedan considerarse como usuarios preferentes.

Los parques científicos como incubadoras de nuevas empresas de base tecnológica (spin-off y start-up).

Uno de los objetivos para mejorar el tejido productivo de un Sistema Regional de Innovación es promover la creación de nuevas empresas de base tecnológica (spin-off o start-up) a partir de los resultados de la I+D. De forma especial, las universidades más emprendedoras han aceptado el reto de participar en el crecimiento económico al aportar ideas, generalmente protegidas previamente en forma de patente, que puedan ser útiles comercialmente en el mercado tecnológico. En general, los parques científicos, que son entornos mixtos, con presencia de grupos de investigación públicos y empresas, con una adecuada oferta tecnológica, son espacios especialmente adecuados para la ubicación de empresas spin-off facilitando una mayor supervivencia y desarrollo de las nuevas empresas innovadoras de base tecnológica.

El Parc Científic de Barcelona (PCB), en colaboración con el Centro de Innovación de la Fundación Bosch i Gimpera (que actúa de trampolín tecnológico del CIDEM), incorpora diferentes empresas spin-off de ámbitos multidisciplinares (Edificio Torre D) y en el marco de la Bioincubadora CIDEM-PCB dispone de unos 750 m2 de laboratorios donde se ubican 6 bioempresas spin-off. Uno de los objetivos del PCB es aprovechar las instalaciones científicas y las importantes infraestructuras tecnológicas (plataformas biotecnológicas), juntamente con la existencia de un entorno científico público en biociencias (Instituto de Investigación Biomédica IRB-PCB y el Centro de Nanobioingenierías) y de unas 22 empresas del ámbito farmacéutico, para considerar el PCB un entorno excepcional de incubación de bioempresas spin-off nacidas de las I+D pública. Los espacios de la Bioincubadora CIDEM-PCB se suministran completamente equipados para su inmediato funcionamiento. El CIDEM aporta una subvención para disminuir el coste del alquiler de dichos espacios, que disminuye a lo largo de los tres años en que una spin-off puede verse favorecida por las condiciones de la bioincubadora. El PCB facilita libre mente el uso de las infraestructuras científicas generales (que si tienen un coste para el resto de empresas) durante el período de incubación considerado de tres a cuatro años desde la constitución de la spin-off como sociedad mercantil.

Debilidades y oportunidades de los parques científicos españoles

Los parques científicos españoles han tenido un nacimiento tardío en relación con los desarrollos observados en las universidades europeas a mitad de los 90 donde la importancia de la nueva transferencia de tecnología se traduce en el diseño o rediseño de estructuras tipo parque científico, estrechamente vinculados a las nuevas funciones de la universidad europea emprendedora en el marco del nuevo Espacio Europeo de Investigación.

No ha existido una política de innovación regional que planificara la ubicación y la especialización de los parques científicos. Excepto en el proyecto del Parque Científico de Madrid donde dos importantes universidades acuerdan dinamizar conjuntamente el proyecto no se han establecido, en general, acuerdos entre universidades para optimizar este tipo de recursos.

A pesar de la positiva respuesta empresarial a los proyectos operativos de parques científicos, existe una fuerte demanda de espacios de laboratorio en el Parc Científic de Barcelona, no ha habido una exigencia clara, a la Administración, desde sectores privados para apoyar esta nueva manera de entender la apuesta de las instituciones públicas de investigación por la mejora de la innovación tecnológica y la competitividad empresarial.

El Sistema Español de Innovación ha incorporado los parques tecnológicos como actores fundamentales pero, hasta muy recientemente, no ha analizado la importancia de esta nueva estructura de parque científico.

La financiación de los parques científicos mediante fondos FEDER y ayudas de la Administración central a parques científicos y tecnológicos (créditos a 15 años) ha permitido ejecutar los proyectos de parques científicos de las universidades españolas pero no ha asegurado su viabilidad económica. Los retornos por la comercialización de los espacios, servicios y la PI existente en estos proyectos sólo permiten mantener una cuenta de explotación equilibrada si realmente se quiere potenciar la absorción de conocimiento y de las nuevas tecnologías por parte de las PYMES y de las nuevas empresas tipo spin-off. Existe una clara imposibilidad de aportación de la cofinanciación de la inversión en edificios y equipamientos desde la misma unidad de negocio. (Comparando con los proyectos europeos se observa que el 100% de las inversiones se realizan mediante aportaciones mayoritarias de las administraciones junto con aportaciones de entidades financieras).

Finalmente, los colectivos universitarios no han asimilado convenientemente los cambios que se están produciendo en las universidades europeas, especialmente en relación con la tercera misión de la universidad (universidad emprendedora), con el fin de acercar a la sociedad, y a las empresas en particular, los enormes conocimientos generados por los grupos de investigación públicos.

A pesar de todo ello, existe una clara oportunidad de abordar en España la conocida "paradoja europea" desde la óptica del acuerdo entre los tres agentes del Sistema de Innovación: las universidades y organismos públicos de investigación, las empresas y las administraciones. Promover una equilibrada estructuración de la transferencia de tecnología, que evite la actual atomización de proyectos, buscando masas críticas competitivas internacionalmente y con una estrecha colaboración, por un lado, entre universidades y, por otro, entre parques científicos y tecnológicos y los centros tecnológicos, debería ser uno de los ejes de trabajo para los próximos meses.

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